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'series vintage'

Outcast: El diablo se viste de serie

La nueva ficción del creador de The Walking Dead constata la tendencia seriéfila sobre posesiones demoníacas, que se completará en unos meses con el estreno de la adaptación televisiva de la mítica El exorcista

11/06/2016 - 

VALENCIA. Un cerro de palomitas, a ser posible la habitación en penumbra y, si no son espectadores solitarios, el brazo de su acompañante cerca para estrujarle a pellizcos en los momentos críticos. Es todo lo que necesitan para disfrutar del miedo que se siente con el estreno de Outcast, la nueva serie de Robert Kirkman, el creador de los populares cómics y la exitosa serie The Walking Dead. En menos de tres minutos van a comprobar que en esta ficción el horror, la violencia y el asco no se andan con chiquitas, aunque la historia comience con un aparente juego infantil. 

Como la famosa niña de El exorcista, en Outcast algún que otro pequeñajo abandona su aspecto angelical, poseído, según el párroco del pueblo, por lo que parece ser una manifestación demoníaca. En el mundo real, para estos niños dominados por satanás, o váyase usted a saber por quién, se inventó la LOGSE, los deberes y las actividades extraescolares, métodos infalibles que dejan extenuados a cualquier diablillo. Estén tranquilos, por tanto, que es imposible que la plaga llegue hasta aquí, a no ser, eso sí, que Mariano suba el precio de las chuches, ya que, por lo que parece, la promesa política de la semana en sentido contrario nos salvará del infierno de la crisis.

Volvamos a El Exorcista. Seguramente recordarán la intensa escena final. En el exorcismo definitivo, el padre Karras, llevado por un ataque de furia, zarandeaba violentamente a Regan, la niña poseída. Una escena que fue polémica por entonces por su enorme violencia, y que volvemos a ver en Outcast de forma parecida aunque mucho más agresiva. 

Porque lo que estamos viendo, más allá de cuestiones eclesiásticas y asuntos de fe, es el maltrato a un menor. El impacto para el espectador, les aviso, es fuerte. ¿La razón? El canal responsable es Cinemax, “la hermana pequeña “de HBO. La misma cadena que produjo la sanguinolenta The Knick de Steven Soderbergh, y que tiene en proyecto la nueva serie de R.R. Martin, The Skin Trade, una historia de crímenes atroces perpetrados por una organización de hombres lobo. Las piezas encajan: el gore está en su ADN.

El niño poseído del primer episodio de Outcast

El protagonista de Outcast se llama Kyle Barnes (Patrick Fugit), un hombre al que le persiguen las representaciones demoníacas desde que él era un niño y su madre le maltrataba. De adulto lo volvió a vivir por segunda vez con su propia mujer e hija, de los que tuvo que separarse. En el presente, torturado por la culpa y el aislamiento, se encuentra de nuevo la manifestación en el cuerpo del que hasta entonces era un dulce niño, vecino del pueblo.

Pese a todo lo que le ocurre en su vida, Kyle representa el papel del escéptico más absoluto. Es Scully de Expediente X, y cómo no, para completar el típico dúo que lucha contra la oscuridad desde dos puntos de vista opuestos, le acompaña su particular Mulder, el reverendo Anderson (Philip Glenister). Una pareja muy bien articulada, unos personajes construidos con profundidad, apoyados además sobre la interpretación de dos buenos actores, como debe ser en las buenas series. Todos los elementos para evidenciar en su primer episodio que no se trata únicamente de meternos sustos y mamporros cada cierto tiempo, sino que se complementa con un interesante viaje interior de su protagonista. Su creador se esfuerza por dejar claro, con buen tino, que la serie trata sobre todo de la redención de un personaje que no comprende qué le ha estado ocurriendo toda su vida, por qué aquellos que más quiere se han ido volviendo locos, por qué ha caído en el agujero más profundo.

Kyle acompañado del reverendo Anderson

Su éxito se mide en ventas internacionales

El interés por Outcast fuera de los EEUU es indiscutible. Vendida a 127 países, en España puede verse por el canal de FOX España, disponible en plataformas como Movistar+, Orange y Telecable. La serie además es pionera en estrenarse previamente en Facebook Live, la herramienta de vídeo en directo de la red social. Es decir, van a la última en todos los aspectos, buscando espectadores hasta debajo de las piedras si es necesario. Primero atrapar, enganchar, y después atraer hacia el canal. Una estrategia con bastante lógica.

Ya sea por la firma de su creador, o por la temática de terror sobrenatural tan exitosa como puede ser The Walking Dead, sumado al excelente primer episodio, Outcast a priori aparenta ser una serie de largo recorrido. De hecho, ya se ha confirmado su segunda temporada, aunque últimamente este dato puede llevarnos a engaños, y sea más una estrategia de marketing que un signo de éxito real. 

Las ventas internacionales son, en ese sentido, el mejor termómetro para valorar a día de hoy su éxito, porque demuestran el incesante sonido de la caja registradora más allá de los suscriptores en EEUU del propio canal de cable, cuyo número es limitado. Calculen las cifras con las ventas a 127 países. De caerse de espaldas.

Los exorcismos seriéfilos resucitan

Después del boom de los zombis y vampiros, las posesiones demoníacas han resurgido en las series de última generación, como la reciente Ash vs Evil Dead, la divertida secuela de la saga de películas Posesión infernal (Evil Dead), que mezcla comedia y terror. En enero de este año fue la FOX quien estrenó otra historia sobre satanás, el spin-off del cómic The Sandman de Neil Gaiman, titulada Lucifer, y que no era para tirar cohetes. Y en 2014 NBC hizo lo propio con la fallida Constantine, basada en el comic Hellblazer, sobre un cazador de demonios. Fallida porque la serie no sobrevivió a más de una temporada.

Pónganse el cinturón. Vuelve la niña de El exorcista.

Era lógico, por tanto, que terminase llegando algún día la secuela de El Exorcista. La película de terror más taquillera de la historia, que escandalizó en 1973 al reverendo Billy Graham, líder de la ultraderecha religiosa norteamericana, resucita en formato serie. El reparto está compuesto por Geena Davis como madre de la niña poseída, y los dos curas que investigarán el fenómeno son Alfonso Herrera (Sense8) y Ben Daniels (Flesh and Bone).

Hay dos aspectos, sin embargo, preocupantes. El primero es la firma de su showrunner, Jeremy Slater, coguionista de la desastrosa última versión de Los cuatro fantásticos. Cualquiera tiene un patinazo, por otro lado. El segundo es el canal que la produce, la FOX, una cadena que no suele ser tan gore como sí lo es Cinemax. En ese sentido, cuando estamos delante de este género, esperamos ver terror y sangre a mansalva ¿no creen? Aunque mejor no precipitarse y esperarnos al estreno. Mientras tanto, si les gusta el género, disfruten de Outcast, que por ahora es la mejor serie sobre posesiones satánicas de esta última hornada diabólica.

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