VALÈNCIA. Vuelven los líos a la Conselleria de Economía. El departamento que dirige Rafael Climent, el que peor ha llevado el mestizaje entre cargos de Compromís y el PSPV de todo el Govern del Botànic, vuelve a estar partido en dos por un conflicto de competencias entre las dos formaciones.
El foco del incendio en esta ocasión se sitúa en la Dirección General de Industria que dirige Diego Maciá y el detonante ha sido la propuesta presentada por Climent para la reforma del Reglamento Orgánico Funcional (ROF) de la Conselleria, el documento en el que se delimitan qué competencias corresponden a cada uno de los departamentos que la integran.
El documento presentado por el conseller ha soliviantado a los cargos de la Conselleria nombrados por el PSPV, que ya han evidenciado su oposición al mismo. La resistencia a aceptar el nuevo reparto de competencias que quiere imponer Climent ya impidió aprobar el ROF en la reunión del Consell de la semana pasada, tal y como estaba previsto.
El conseller convocó este miércoles un encuentro interno con todos los responsables a su cargo para tratar de reconducir la crisis. Entre los presentes estaban los secretarios autonómicos de Empleo, Enric Nomdedéu (Compromís), y Economía, Blanca Marín (PSPV), además de varios directores generales de las dos formaciones.
El intento por cerrar la crisis interna resultó baldío. Los responsables socialistas volvieron a mostrar su oposición frente a un texto que, en la práctica, se interpreta como un vaciamiento de competencias de la Dirección General de Industria a favor del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), dirigido por Júlia Company, uno de los cargos de la máxima confianza del conseller.
El trasvase afecta a asuntos esenciales como la investigación e innovación industrial, el control de los parques tecnológicos o la coordinación de la Red de Institutos Tecnológicos. De confirmarse este reparto, la Dirección General de Industria quedaría reducida a un departamento meramente administrativo sin capacidad para hacer política industrial.
La aprobación del ROF está pendiente desde hace prácticamente nueve meses. De hecho, fueron los cambios realizados en esta Conselleria el pasado verano motivados precisamente por el enfrentamiento entre Climent y su 'número dos' los que generaron la necesidad de revisar el reparto de competencias.
La tensión, que estalló a cuenta del polémico tema de los horarios comerciales, derivó en una fractura interna en la que se llegó hasta el punto de celebrar consejos de dirección –reuniones internas de coordinaación– diferenciados por partidos. Climent también puenteó a la secretaria autonómica, a la sazón directora general del Servef, para tomar directamente el control de ese órgano.
El presidente optó por mover a una de sus piezas para cerrar la crisis y envió a la hasta entonces secretaria autonómica de Economía, María José Mira, a la Conselleria de Hacienda de Vicent Soler. En paralelo, el PSPV cedió con el desdoblamiento de la Secretaria Autonómica para dejar las competencias de Empleo en manos de Enric Nomdedéu.
Uno de los cambios más relevantes se produjo precisamente con las competencias en industria y energía. El todopoderoso Ivace de Júlia Company, que maneja un presupuesto de 109 millones de euros y un importante porcentaje de fondos europeos, dejó de estar bajo el paraguas de la Secretaria Autonómica de Economía (PSPV) para depender directamente del conseller.
Como compensación, los socialistas mantuvieron bajo su órbita la Dirección General de Industria, desgajada del Ivace. El reparto de competencias tras la división quedó por concretar a la espera del ROF, pero la propuesta del exalcalde de Muro de Alcoi ha vuelto a reavivar un incendio interno que nunca llegó a estar extinguido.