El presidente de la Generalitat y líder del PSPV da por "imposible" un gobierno alternativo y mantiene su negativa al PP aunque admite que el debate sobre una posible abstención "debe producirse"
VALENCIA. El PSOE tiene la difícil misión para las próximas semanas de definir su posición sobre si permitir la investidura de Mariano Rajoy a través de la abstención o atrincherarse en el rechazo mantenido que hasta ahora defendía, entre otros muchos, el ya ex secretario general Pedro Sánchez. Una opción, esta última, que conduciría al país a unas terceras elecciones salvo que fructifique alguna otra vía que sueñan los socialistas como un concesión del PNV al PP o un acuerdo in extremis con Podemos y otras fuerzas.
Unos caminos que el presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, no ve con demasiada fe. "Se debe explicar a la sociedad y a los militantes en qué situación estamos, cuál es el escenario de verdad y no las falacias, y la verdad es que no hay más que dos alternativas: ayudar a facilitar el gobierno al PP o finalmente decir que no hay posibilidad y optar por terceras elecciones", resumió este lunes, para sentenciar que un "gobierno alternativo" es "imposible".
El jefe del Consell ha sido uno de los dirigentes implicados en primera persona en la crisis del PSOE de los últimos días, dado que fue uno de los dimisionarios de la Ejecutiva la pasada semana, el primer paso para la caída de Pedro Sánchez. No obstante, y en esto coincidía con el madrileño, también ha sido uno de los líderes autonómicos que se ha mostrado más firme a la hora de rechazar una abstención para facilitar un gobierno del PP.
"En este momento no se dan las circunstancias para que el PP merezca nuestro apoyo, ahora bien, ese debate se debe producir", comentaba este lunes en declaraciones a La Sexta, para explicar que cuando el Comité Federal del PSOE someta a votación su decisión sobre la gobernabilidad del país él decidirá el sentido de su voto, si bien insistió en que "en este momento" es "claramente contrario".
Unas palabras que fuentes de su entorno se encargaron de reafirmar a este diario posteriormente al subrayar que la decisión está tomada. "No es no, al menos en el caso del presidente", subrayo un alto cargo de Presidencia a las preguntas de Valencia Plaza.
La aclaración es pertinente. El explosivo Comité Federal del pasado sábado ha desatado las conjeturas y elucubraciones sobre de qué manera el PSOE podría comenzar a engrasar un viraje hacia la abstención. De hecho, incluso desde el propio entorno del presidente Puig existen dudas sobre cuál es la mejor opción para España, la Generalitat y el propio PSOE. Ahora bien, las citadas fuentes aseguran que el líder de los socialistas valencianos se ha mantenido firme en todo momento y su "no" será "definitivo". "Si posteriormente la mayoría del Comité Federal toma una decisión en otra línea no será con el voto de Ximo Puig", aseguraron fuentes de Presidencia.
En esta línea, diversas fuentes socialistas próximas al jefe del Consell insisten en una serie de argumentos para justificar el "no" a Mariano Rajoy. En el caso del presidente de la Generalitat se centran en la propia fidelidad al discurso que ha venido manteniendo hasta ahora y en su intención de desactivar las críticas ante la manifiesta división de la delegación valenciana que se evidenció en el Comité Federal, donde nueve miembros votaron a favor de la propuesta de Pedro Sánchez y ocho en contra del secretario general del PSPV.
Así, las citadas fuentes apuntan a que Puig no tiene ninguna motivación para virar en la posición de rechazo que ha mantenido hasta ahora y no considera que vaya a beneficiar a España ni al Gobierno valenciano. Además, mantener su postura le permitirá calmar los ánimos y "dejar sin discurso" a los que habían dado por supuesto que la maniobra para tumbar a Sánchez incluía una abstención a Rajoy.
Por otro lado, fuentes socialistas consideran que la abstención sería negativa dado que, en este momento y tras todo lo ocurrido, el PSOE no posee capacidad negociadora con el PP, por lo que tendría que permitir que Rajoy gobernara sin poner condiciones bajo la amenaza de terceras elecciones. En este sentido, la opción de mantenerse firmes en el "no", a juicio de dirigentes socialistas, les permitiría "poder ser alternativa a medio y largo plazo" aunque ahora la situación implique un trance electoral que se presume duro.
Otra de las razones por las que la abstención no es la opción ideal para Puig y los suyos es porque no existe incentivo alguno para ningún liderazgo que conduzca a asumir el alto precio que supone dejar pasar a Rajoy. Sobre esto, la reflexión es que el coste ya no será solo colectivo para las siglas PSOE, sino que habrá que añadirle los costes individuales para presidentes autonómicos y otros referentes del partido.
Entre los argumentos, también hay dirigentes que no abstenerse implica anular la "teoría golpista" esgrimida por Sánchez y los suyos. No dejar gobernar a Rajoy desactiva en buena parte el discurso de este sector y debilita la posibilidad de que el ex secretario general trate de presentarse a unas primarias. Sobre esto, las fuentes socialistas consultadas señalan que abstenerse daría alas a Sánchez y confirmaría que su derrocamiento se debió a esa intención, cuando la realidad, según afirman, es que el objetivo se reducía a impedir que el líder "se blindara para los siguientes cuatro años".
Por último, la opción de no abstenerse también contribuye para varios dirigentes socialistas el bloquear el discurso de Podemos como líderes de la izquierda que vienen a sustituir al PSOE. Un argumento clave de cara a unas posibles terceras elecciones.