MADRID (EP). El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha procesado este viernes por los delitos de rebelión al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, al exvicepresidente Oriol Junqueras, al candidato Jordi Turull, a la expresidenta de Parlament Carme Forcadell, a la número 2 de ERC Marta Rovira y a otros seis exconsejeros, además de a los exresponsables de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sánchez y Ömnium Cultural Jordi Cuixart.
No son procesados por ningún delito el expresidente Artur Mas, la coordinadora del PDECAT Marta Pascal y la expresidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia Neus Lloveras.
En el auto de procesamiento, el juez procesa además a los otros 5 exmiembros del Gobierno catalán cuando sucedieron los hechos, Meritxell Borràs, Lluis Puig, Carles Mundó, Santi Vila y Meritxell Serret, por delitos de malversación de caudales públicos, y de desobediencia.
A Puigdemont, Junqueras y los siete consejeros procesados por delito de rebelión también les procesa por malversación, sin perjuicio de que su calificación pueda incardinarse en el delito específico de malversación (artículo 432 del Código Penal) o quedar absorbida en el delito agravado de rebelión con distracción de caudales públicos de su legítima inversión contemplado en el artículo 473.2 del Código Penal.
La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha anunciado este viernes que emprende "el camino del exilio" y, por tanto, no acudirá al Tribunal Supremo, donde estaba citada para conocer el auto de procesamiento del juez Pablo Llarena, que la investiga junto a otros líderes independentistas.
En una carta a la militancia recogida por Europa Press, Rovira justifica su decisión porque es la única forma de hacer sentir su voz y de plantar cara al Gobierno de PP, "que persigue a todo el mundo que está a favor de votar y que castiga a cualquiera que intenta cambiar lo preestablecido".
Rovira explica que seguirá como secretaria general de ERC y que exiliarse le permitirá "hacer de madre" de su hija Agnès.
"No puedo esconder la profunda tristeza que siento de alejarme de tanta gente que quiero y que quiero mucho", prosigue Rovira, pero asegura que, de haber comparecido ante el Supremo y de haber acabado en la cárcel, se hubiera sentido silenciada interiormente y para ella esto hubiera sido peor.
La secretaria general de los republicanas ha acusado a los tribunales de censurar la libertad de expresión de los soberanistas y de "aplicar descaradamente criterios políticos" impulsando lo que ha tildado de amenazas judiciales arbitrarias.
"Estas últimas semanas he vivido dentro de una cárcel interna", prosigue Rovira, que sí que compareció ante el Tribunal Supremo cuando fue citada por primera vez, a principios de febrero, cuando pudo eludir la cárcel tras abonar una fianza de 60.000 euros.
Rovira afirma que el camino que emprende es duro, pero lo considera "la única forma de recuperar la voz política", y ha acusado al Gobierno central de estar dispuesto a saltarse el Estado de derecho y las libertades civiles para conseguir sus fines políticos.