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Susana Lloret: "Bombas Gens no surge solo como contenedor de la colección Per Amor a l'Art"

9/07/2017 - 

VALÈNCIA. "En el arte no hay fronteras". Con estas palabras la directora general de la Fundació Pero Amor a l'Art, Susana Lloret, abría las puertas de Bombas Gens Centre d'Art el pasado viernes, una esperada inauguración de cuya expectación ella misma era consciente. Apenas un día después de poder ser visitado por el público ya se plantea como uno de los principales polos de atracción cultural de la ciudad, un hype engrosado durante meses cuyo examen empieza ahora. Profesora Titular de Psicometría, fue en 2014 cuando Lloret decidió ocuparse a la fundación a tiempo completo, un proyecto que empieza con el centro de arte, bajo la atenta mirada de Nuria Enguita, y que que continuará en los próximos meses con la apertura del jardín y un centro de día anexo al espacio expositivo. La rehabilitación del complejo fabril y exposición de su rica colección, guiada por Vicente Todolí, la sitúa como una de las principales mecenas en una comunidad que, por cierto, está trabajando en desarrollar su Ley de Mecenazgo.    

-¿Es todo lo que esperaba cuando hace meses se empezaba a perfilar el proyecto?
-De momento no es todo porque falta parte del jardín, donde irá una pieza preciosa que no quiero desvelar, y aportará algo muy especial al centro de arte, una parte en la que poder digerir lo que habrá. Esta es una exposición de estímulos emocionales. En lo que se refiere al proyecto global falta el edificio que acoge la parte social, aunque la actividad ya está. Lo que hay es mucho mejor de lo que imaginé. Las paredes han tomado vida, la luminosidad... cuando lo vi por primera vez me quedé impresionada, quiero que el público sienta esa impresión.

-¿Qué plazos se manejan para que esté listas y abiertas todas las instalaciones?
-Nos falta una segunda fase, la que hace referencia al jardín y al centro de día. Manejamos septiembre u octubre.

-Una vez esté todo abierto, para la Fundació Per Amor a l'Art, ¿es esta la casilla de llegada? 
-El proyecto no es Bombas Gens, sino de la Fundació Per Amor a l'Art, que engloba las tres áreas: el centro de arte, el centro de día y el centro de coordinación de Wilson. Todo tiene su espacio en el edificio, pero cada cosa tiene su lugar y su finalidad. Esta es una etapa que se ha alcanzado, la de tener la infraestructura montada, ahora viene la de llenarla de vida. Y vendrán más. Ahora que está el edificio estamos pensando en distintos proyectos, talleres... es una evolución constante.

Foto: EVA MÁÑEZ.

-¿Qué papel quiere ocupar el centro de arte en la geografía cultural valenciana?
-Este es un centro de arte contemporáneo, hay más, afortunadamente, cada uno con su propia programación. Nosotros queremos sumar una opción más, pero sí es cierto que hay cosas que nos caracterizan, algunas buscadas y otras que nos han venido dadas. Primero, la parte patrimonial del edificio, algo singular. Aquí hay toda una historia que contar, desde la propia rehabilitación del edificio, el refugio de la guerra civil y la alquería. Todo eso añade una singularidad al lugar que permite llegar a más público, que quizá vengan aquí más por la parte histórica y luego se encuentren con una exposición de arte contemporáneo que les mueve. Vicente Todolí habla del arte como algo que abre puertas, que enseña cosas que no había pensado. Ahí nosotros quizá tengamos ocasión de abrir alguna puerta que otra, que en principio no hubiéramos abierto si hubiéramos tenido un contenedor más convencional.

Luego viene la cuestión del arte. Lo que tenemos no es una colección, sino distintas por cada una de los artistas. También hemos tenido la singularidad de coleccionar exposiciones de artistas, algo que la fotografía te permite con cierta facilidad. No es como un cuadro, que produces uno y se exhibe como pieza única. Jugamos con el concepto de serialidad, la hemos respetado, teniendo una representación del artista que abarque una obra completa, y a veces esa obra completa la componen 30 fotografías o 140, como la de Nobuyoshi Araki. Además, contaremos con personas en las salas de forma que conecten al arte que esta colgado con el visitante. Las cosas están, pero que esas cosas lleguen no depende de lo bien que las cuelgues.

-¿Qué función tendrán los mediadores de sala?
-Son personas con una formación en arte, además de una formación específica en la exposición que esté en cada momento a su cargo, con lo cual está capacitado para hacer de conexión entre la exposición y la persona que va a visitar. Están para que se les pregunte, para informar, además de las visitas guiadas. Habrá una asistencia espontánea al público que venga y quiera preguntar. Es el lazo de unión entre la obra 'muda' y el público.

-Hablaba de la importancia del espacio que, además, han querido hacer explícito dedicando una de las exposiciones a conectar el espacio con la fotografía, a través de Manolo Laguillo. 
-Es algo que surgió, como tantas otras cosas, sobre la marcha. De repente ves que reclama su espacio, empiezas a encontrarte con objetos y personas que te cuentan lo que ha supuesto para ellos el espacio y cómo ha cambiado. Entonces ves que esta fábrica fue durante mucho tiempo el corazón del barrio, cuando tienes todo eso a tu alcance te das cuenta de que tienes que documentar en vídeo y fotografía todo el proceso de transformación, porque ya nunca será lo que fue. Es una especie de tributo empezar la andadura haciendo un reconocimiento a lo que fue en el pasado y a los testimonios de las personas. Todo eso estará recogido. Es una manera de que el barrio vea esa parte de su historia, estamos orgullosos de tenerla y de conservarla.

-¿Cuáles son las aspiraciones en el ámbito nacional e internacional de Bombas Gens?
-No hay barreras. Llegar a cuanto más público mejor. Ojalá pudiéramos ser un centro de referencia a nivel internacional, yo creo que la colección que tenemos está en muchos casos a la altura y tiene a artistas suficientemente singulares y únicos como para generar interés. Esperamos establecer colaboraciones con otros centros. Bombas Gens no surge solo como contenedor de la colección Per Amor a l'Art, aquí hay dos salas de las cuatro que se dedicarán a colección permanente pero hay otras dos que serán para temporales. Lo que pretendemos es hacer todo ese tipo de intercambios y colaboraciones con galerías, artistas y centros de manera que se genere un proyecto dinámico que viaje de otros sitios aquí y de aquí a otros sitios.

Foto: EVA MÁÑEZ.

-¿Por qué era importante conectar en el espacio el centro de arte y de día?
-Nosotros hemos puesto en marcha un proyecto que desarrolla actividades que para nosotros son importantes, que nos han motivado a actuar. Hemos dedicado la parte social a la infancia-adolescencia, hay un trabajo muy importante por hacer en un momento clave; la parte de arte y de enfermedades raras. La fundación tiene esas áreas porque, por distintos motivos, son las que se nos han presentado en la vida. Una vez que teníamos esas motivaciones evidentemente queríamos generar sinergias entre unas y otras. Parte de los talleres que tengan lugar en el centro de arte se van a repensar para que tengan cabida también en el centro de día. De diferentes maneras se dará esa sinergia. A casi todos los artistas que han pasado por aquí les que hemos enseñado el espacio y les contábamos el proyecto social y a quién iba dirigido. El arte les puede aportar una herramienta para expresar su necesidad de transgresión de una manera creativa y no destructiva. Traer a artistas que hayan pasado por ahí y hayan resuelto esa necesidad de contestación, de romper convencionalismos, a través de su arte les va a dar un buen ejemplo.

-En las últimas semanas ha estado mostrando el espacio, entre otros, a representantes de la administración pública, ¿cuál espera que sea la relación con éstas?
-Nuestra filosofía de trabajo es colaborar con cualquier entidad u organismo a quien le pueda interesar lo que tenemos y viceversa. Hay una colaboración que sí está definida. Tenemos una bodega medieval de la época del descubrimiento de América y, en el parque de Marxalenes, está Casa Barrinto, que está perfectamente rehabilitada pero que no recibe visitas porque falta una persona que se encargue de guiarla y que cuenten las historias que dan vida a los muros. Nosotros hemos pedido permiso al Ayuntamiento de València y vamos a establecer colaboraciones para hacer visitas guiadas a esos recursos que no son nuestros pero que los vamos a incorporar. Nosotros ponemos el personal, ellos el espacio, y todo ganamos.

-Imposible no preguntarle por la legislación del mecenazgo. Actualmente se está desarrollando la ley valenciana, aunque todavía no se ha presentado,¿cuál es su valoración?
-El mecenazgo está claro que es mejorable y por eso se está legislando, para mejorarlo. Puedo decir que están contando con nosotros para elaborar esa nueva ley. Esto ya es un principio muy bueno. Cuando uno tiene ocasión de decir lo que piensa y que esa opinión se tenga en cuenta quiere decir que las cosas van bien. No sé cómo acabará, pero es un proceso en el que tengo confianza. 

Foto: EVA MÁÑEZ.

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