VALENCIA. Josep Castell Prat, director general y accionista mayoritario de Plastin -empresa catalana dedicada a la transformación de plásticos por inyección-, acaba de recibir el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para comenzar a operar con su sicav Oporto Finances. No es una sociedad más entre las más de 3.300 que circulan actualmente por España sino la primera que ha visto la luz -y ha sido debidamente registrada por el organismo supervisor- desde Obenque Capital a finales del pasado mes de abril.
Nada más y nada menos que han pasado 147 días y desde entonces 33 sociedades de estas sociedades han pedido la baja ante el organismo presidido por Elvira Rodríguez. Casi nada. "Cada vez hay más incertidumbre ante los más que posibles cambios en estas sociedades, lo que está llevando a no pocos a fusionarlas con fondos u otras sicavs. darlas de baja o estudiar llevárselas fuera sino lo han hecho ya", apuntan fuentes financieras consultadas por este diario.
"Es normal porque un cambio regulatorio les haría perder atractivo aunque todavía hay quien opta por canalizar sus inversiones a través de ellas como sucede en el caso de Oporto Finances porque llevamos muchos años con el temor a cambios legislativos sobre estas sociedades y al final nunca acaba pasando nada. Hasta que pasa claro", añaden. Y no les falta razón porque, tal y como publicó Valencia Plaza a finales de agosto, ya se habían esfumado entonces cerca de 200 sicavs y el número de altas (15) era la más baja desde 1996, cuando ese año solo se habían dado de alta dos.
Oporto Finances, que está presidida por el propio Josep Castell Prat y en cuyo consejo aparecen su mujer (Valentina de Sagarra Vilarrubia) y dos hijos de ambos (Clara y Ferrán Castell de Sagarra), está domiciliada en Madrid. Más concretamente en la Ciudad del Banco Santander ubicada en Boadilla del Monte, algo lógico -y lícito- teniendo en cuenta que está gestionada y depositada en el también llamado 'banco rojo'. Dicha sicav fue constituida a mediados de junio pasado y tres meses después ha recibido la autorización de la CNMV para iniciar sus operaciones en los mercados financieros.
Plastin, por su parte, es una empresa situada en Manlleu (Barcelona), cuyos inicios se remontan al año 1958. De ahí que cuente con más de medio siglo de vida y más de 30 años especializada en el sector de la inyección de plástico para la perfumería y la cosmética. Todo ello trabajando con las principales firmas, tanto a nivel nacional como internacional, tal y como se presenta la empresa en su web corporativa.
Al cierre del pasado año, y según datos recabados por este diario de Informa, las últimas ventas conocidas correspondientes al pasado ejercicio superaban los 4,4 millones de euros. "Hay que ser un valiente para montar una sicav en España en estos momentos, pero siempre está la posibilidad de llevársela fuera", apuntan las mismas fuentes consultadas.
