María Oliver prefiere "viviendas de cooperativas" a la Universidad Europea
María Oliver prefiere "viviendas de cooperativas" a la Universidad Europea
VALÈNCIA. La posibilidad de cambios vuelve a agitar las aguas de València en Comú. Si la herida ahora cicatrizada entre los concejales de Participación, Jordi Peris, y de Educación y Patrimonio, María Oliver, a punto estuvo de provocar el revocatorio del primero, la renovación de la plataforma -la semana pasada se celebró la asamblea reconstituyente- podría aprovecharse ahora para ejecutar el movimiento.
Durante este martes, miércoles y jueves, la confluencia ha abierto un plazo para votar los documentos organizativos que se han presentado para reestructurar el partido. Y sólo dos opciones tienen los votantes: optar por el texto que ha elaborado el secretario general de Podemos, Jaime Paulino, -Hacia una refundación de València en Comú- o apostar por el que ha elaborado Manolo Colomer -Més en Comú. Revisando la organización para mejorarla-. El tercer documento -Podemos es la opción-, finalmente era retirado.
Una vez pasado ese proceso, se deberá conformar la Mesa de Coordinación -Ejecutiva de València en Comú-. A partir de ese momento, fuentes del Consejo Ciudadano Municipal de Podemos y de la actual Coordinadora de la plataforma municipal, aseguran a Valencia Plaza que se convocará un Plenario el 27 de marzo en el que se quiere plantear un cambio de portavocía en el grupo municipal del Ayuntamiento: María Oliver por Jordi Peris.
En este sentido, el secretario general de Podemos València, Jaime Paulino, no terminó de confirmar ni descartar esta posibilidad ante la llamada de este diario aunque admitió que en la plataforma hay una mayoría de personas "que les gustaría que la portavocía recayera en María Oliver". Ahora bien, recalcó que la confluencia vive ahora mismo "un proceso reconstituyente en el que conviene pensar cada paso que se da para no cometer los errores del pasado que han abocado a que el grupo municipal se haya distanciado".
Por su parte, la propia María Oliver, aunque aseguró desconocer la iniciativa, señaló a Valencia Plaza que le parecía "lícito" que se plantease la cuestión "si existe esa inquietud en València en Comú". Sin embargo, también puntualizó que se debía "calibrar las consecuencias que lleva aparejada" la decisión.
Pero los movimientos en València en Comú no sólo alcanzan a Peris y Oliver, también al concejal de Transparencia y Cooperación, Berto Jaramillo. Para entender tal laberinto de alianzas, cabe remontarse al momento en el que se cerró el plazo para presentar documentos organizativos para la refundación de València en Comú. La división de la confluencia era tal, que se registraron tres textos equidistantes con planteamientos totalmente opuestos entre sí.
Mientras el concejal de València en Comú y diputado en la Diputación de València, Berto Jaramillo, apostaba por disolver la plataforma -hace meses señalaba en una entrevista que estaba secuestrada por un "grupúsculo de Izquierda Unida"- y que ésta estuviera integrada únicamente por gente de Podemos, el secretario general de los morados en València, Jaime Paulino, dibujaba una estructura más equilibrada: en su texto planteó una Mesa de Coordinación conformada por 12 miembros, de los cuales seis serían "a propuesta de Podemos y otros seis elegidos por el Plenario" de la plataforma respetando el criterio de paridad de género.
Es decir, un 50-50 para que el órgano de dirección lo componga Podemos y la plataforma. "Una postura intermedia entre los otros dos documentos" que registraron -el tercer texto apenas contempla cambios en la estructura actual- y que puede "reunir un amplio consenso y satisfacer a los dos extremos", señalaba Paulino la semana pasada a este periódico.
No obstante, el pasado 18 de marzo, los tres concejales de València en Comú firmaron la propuesta elaborada por Paulino, incluido el propio Jaramillo que había elaborado su propio documento de cara al cónclave y que finalmente retiraba del proceso. El documento presentaba cambios después de haberse presentado en la asamblea y recogía en un anexo el proceso para resolver un revocatorio de un cargo público. Un hecho que se describe complejo y que, a priori, supone un alivio para el edil.
El verano pasado el Plenario de València en Comú planteó si ejecutar un revocatorio o no a Jaramillo por haber intentado destituir a sus dos asesoras -Neus Fábregas y Mariana Urueña- de manera unilateral. Sin embargo, el intento de 'pucherazo' el día en que se renovaba la Coordinadora y la Comisión de Garantías dejaba en el limbo esta cuestión.
"Es prácticamente imposible que se revoque a cualquier concejal", señalan fuentes de Podemos consultadas por Valencia Plaza. "Primero debe haber una propuesta de revocatorio, después validarlo Garantías y finalmente someterlo a votación en un plenario. Tras todo ese peregrinaje, podría aún así rechazarse" añaden. No obstante, cabe apuntar que previamente la plataforma no contaba con ningún tipo de artículo en sus estatutos en el que se planteara cómo llevar a cabo tal proceso.
La iniciativa, de plantearse y acometerse finalmente, pondría en jaque a la formación y a su relación con el Govern de la Nau: Oliver no sólo asumiría una gran cantidad de concejalías, pues se convertiría en portavoz de su grupo en el consistorio y previsiblemente las exigencias de ValC se endurecerían con Ribó -con el que ya chocó a cuenta de la Universidad Europea-. Para el resto de ediles la jugada también sería beneficiosa: Peris, aunque perdiera la portavocía, evitaría que su oposición interna dañe más su imagen y Jaramillo evitaría exponerse a perder el cargo de concejal. Mar revuelto en València en Comú.
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