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'Valencia SAD Holding', vida o muerte en el nuevo campo de batalla

EL BROKER ENMASCARADO. 15/06/2010 Si alguien consulta la descripción de actividades que la bolsa londinense hace de un equipo de futbol cotizado, se da cuenta de la realidad: "Arsenal Holdings Plc es la compañía holding del grupo empresas. El Grupo opera un club de fútbol, Arsenal Football Club, y lleva a cabo la actividad de desarrollo inmobiliario asociado con su proyecto Emirates Stadium..."

VALENCIA. Hoy en día sólo es posible entender el 'deporte' del futbol si uno es capaz de entender el 'negocio del futbol'. Así, si alguien consulta la descripción de actividades que la bolsa Plus Stock Exchange londinense hace de un equipo de futbol cotizado, se da cuenta de la realidad: "Arsenal Holdings Plc es la compañía holding del grupo empresas. El Grupo opera un club de fútbol, Arsenal Football Club, y lleva a cabo la actividad de desarrollo inmobiliario asociado con su proyecto Emirates Stadium".

Los estadios de futbol se han convertido en un activo tan estratégico como el propio equipo de futbol (el nuevo Mestalla versus Villa, Silva, Mata,...). Un nuevo estadio siempre significa más ingresos, más diversificados, más recurrentes. Por lo tanto, la construcción del mismo supone un hito excepcional en la vida de cualquier club de futbol. Debe planificarse hasta el más mínimo detalle (4 presidentes, no sé cuantos consejeros,...).

En el año 2004, los gestores del Arsenal Football Club tomaron la decisión estratégica de construir un nuevo estadio dejando atrás 93 años de historia del mítico Highbury Square (Mestalla). En el mes de julio de 2006 el proyecto se convertiría en realidad, inaugurándose un complejo deportivo y de negocios colosal, valorado en 430 millones de libras.

Pero todo estaba planificado. En el mes de febrero de 2004 se aseguraría la financiación de la construcción del nuevo estadio. Además estructurada de manera que la financiación del campo fuera totalmente independiente de la financiación del equipo de futbol para no contaminar la gestión del campo con la del equipo (las pruebas demuestran que el Valencia no siguió esta recomendación financiera elemental).

En marzo de ese mismo año se contrató a la compañía norteamericana Envision. Compañía encargada de gestionar la búsqueda de un patrocinador para poner nombre al nuevo estadio (famosa por conseguir un contrato exclusivo de publicidad de más de 1.000 millones de dólares para el pabellón de baloncesto y sus áreas comerciales de los L.A. Lakers, el "Staples Center").

En octubre de 2004, el nuevo estadio, oficialmente, tenía patrocinador, el "Emirates Stadium". Este es uno de los contratos comerciales más importantes en la actualidad en el mundo del futbol. Así, entre un variado colectivo de empresas interesadas, la compañía aérea dubaití Emirates Airlines estamparía su marca en el legendario club de futbol ingles para los próximos 17 años, tanto en el estadio (2021) como en las camisetas (2014). Unos ingresos recurrentes, a largo plazo valorado en 150 millones de euros (el contrato de "naming rights" firmado entre Bayern Munich y Allianz de 20 años de duración esta valorado en 220 millones de euros), de los que una parte de ellos se anticiparían en el tiempo.

También este mismo año, 2004, el Arsenal pondría a la venta de forma anticipada los abonos (asientos, palcos, zonas vips,...) del nuevo campo. Comenzaría la comercialización de las zonas comerciales. Una vez inaugurado el nuevo campo y a pleno rendimiento para la temporada 2006/07, el Arsenal pasó a ingresar esa misma temporada una media de 3,1 millones de libras por cada día de partido, doblando los ingresos en referencia a la temporada anterior.

Es evidente que la construcción del campo marca un antes y un después en la vida de un club de futbol. El nuevo campo del Valencia SAD antes de su construcción ya ha supuesto una pérdida de ingresos de más de 135 millones de euros (siendo prudente), a razón de un año y medio de retraso en la finalización de sus obras. Imperdonable.

Es necesario exigir a los gestores (señor Llorente y compañía), las autoridades públicas (ayuntamiento y compañía, los acreedores (Bancaja) y accionistas (Fundación) que agilicen la puesta en marcha de las obras del nuevo Mestalla con fórmulas imaginativas: venta directa de diferentes zonas del complejo deportivo, venta y leaseback del campo, titulización de derechos de crédito futuro, emisiones de bonos...

Seguramente, con un Valencia Holding cotizado en bolsa, hace año y medio que los aficionados ches disfrutarían del nuevo campo y una situación financiera solvente.

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