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ENTREVISTA A LA PRESIDENTA DE ESCUELAS CATÓLICAS

Vicenta Rodríguez: "Si usted me pregunta, no tengo que salir a gritar por las calles"

7/12/2016 - 

VALENCIA. Vicenta Rodríguez (Salamanca, 1960) tiene la mirada afilada, el habla enérgica y gesticula con las manos. Su desenvoltura sugiere una personalidad difícil de amilanar. Pero es que cualquiera no podría situarse al frente de Escuelas Católicas, la agrupación religiosa que ha tomado la voz de la educación concertada de la Comunitat.

Les ha tocado vivir tiempos de contienda, con un Gobierno autonómico que ha manifestado su firme apuesta por la educación pública. La relación empezó con dureza y estalló con protestas en las calles. Sin embargo, de un tiempo a esta parte la estrategia parece haberse encaminado hacia la negociación, con las armas bajadas, tal y como proclamaron durante el acto de campaña anual #Yosoydelaconcertada. En unos días espera mantener un encuentro con el conseller de Educación, Vicent Marzà, para abordar el tema que más les preocupa en este momento: la renovación de conciertos en Bachiller que se decidirá el próximo enero.

- ¿A qué responde este cambio de actitud con la Generalitat?
- Es momento de tender la mano, creo que merece la pena. Sobre todo porque el enfrentamiento y la movilización contra la Conselleria serían un error ahora mismo. Cuando buscas un acuerdo, no puedes empezar criticando o insultando, sino buscando lo que te une. Queremos explicarle a Marzà porqué somos importantes y necesarios en esta sociedad. Lo que el sistema educativo valenciano requiere ahora es serenidad porque tenemos que llevar a cabo proyectos educativos, paliar el fracaso escolar, el acoso... No vamos a dedicarnos a los vaivenes políticos. Ellos defienden sus programas electorales, nosotros la concertada, y entonces nos encasquillamos. Las posturas radicales nunca llevan a nada.

- No pensaban igual el curso pasado, cuando se mostraron beligerantes.
- El año pasado tuvimos que decir en la calle lo que no pudimos negociar en los despachos. No se nos convocó nunca, el conseller no se sentó con nosotros para preguntarnos. De hecho, en cierta medida rectificaron, en el sentido de que acabaron quitando menos conciertos de los que habían previsto y se perdieron menos puestos de trabajo. Eso fue porque se dieron cuenta de que había errores, de que no había calculado bien. Si nos hubieran preguntado antes, habríamos mirado los datos entre todos y encontrado una solución. Porque si usted me pregunta, no tengo que salir a gritar por las calles.

- ¿Entonces ustedes se lo pidieron y ellos no les quisieron recibir?
- Nada, nada. Nunca nos llamaron ni nos consultaron. Nosotros no solamente se lo pedimos, sino que empezamos a enterarnos por la prensa o los colegios de las cosas conforme iban sucediendo. De repente nos llamaban un centro diciendo que tenían una carta donde ponía que le quitaban dos unidades. A nosotros, ni a los sindicatos, ni a los padres, nadie nos avisó de que se estaban quitando aulas y los niños se iban a la calle. Hubo colegios que tuvieron que agrupar niños de 3 y 4 años para que se mantuviese el aula. Es decir, no hubo diálogo.

"Lo que el sistema valenciano requiere ahora es serenidad, no vamos a dedicarnos a los vaivenes políticos. Las posturas radicales nO llevan a nada"

- ¿Qué le piden en este momento a Marzà?
- Lo único que le pedimos es que, antes de ponerse a lanzar medidas, las comentemos entre todos. A lo mejor vemos cosas que la Conselleria no, por la simple practicidad de que estamos en el día a día y conocemos la realidad de los centros. ¿Por qué se lanzan ustedes a hacer cosas sin preguntarnos qué nos parece, qué pegas vemos, qué dificultades? Si hablamos antes, luego no tendremos que andar poniendo vendas a las heridas.

- ¿A qué medidas concretas se está refiriendo?
- Al bono libro, al bono infantil... Los bancos los han puesto en marcha y han sido un desastre, pero nosotros ya señalamos la inmensa carga de trabajo que conllevaban. Si es que hasta protestó la pública. Ahora nos ha llamado la subdirectora general de Centros, nos hemos sentado cuatro o cinco veces y hemos buscado soluciones. De hecho, van a publicar una resolución reconociendo que ha habido errores por su parte. El bono infantil nos parece un paso de gigante porque se han ampliado mucho las bases para el acceso de las familias. El otro día reconocimos que es una medida muy buena, para que vean que no vamos a andar poniendo palitos en las ruedas.

- Habla de buscar la serenidad, ¿no la hay?
- Hay inquietud. En el momento en el que el conseller dice que los conciertos son “una anomalía del Estado”, que va a cumplir su programa sí o sí, pone en tensión a los titulares de los centros. También a los profesores de Bachiller o FP que temen por perder su puesto de trabajo. Si a un colegio le quitas el concierto, se queda en régimen privado, y muchos no pueden sostenerlo. También hay familias que careen de los medios para pagarlo. Entonces eso genera inquietud, ansiedad, por si es el último curso que tienes este colegio.

"ES NEGATIVA La sensación de un Gobierno que toma decisiones en base a la presión, con el que no hay Un diálogo PREVIAMENTE"

Hay una reunión prevista con Marzà para hablar sobre los conciertos de Bachiller, ¿creen que cederá en su postura de eliminarlos?
- Más que ceder, de lo que se trata es de reconocer la labor educativa de la concertada en todos los niveles, también en Bachiller. Si se cede, es porque no se reconoce. Defendemos la existencia de los conciertos porque lo vemos justos dentro de la sociedad valenciana, algo que esperamos que compartan. Vamos a confiar en la buena voluntad y la predisposición al diálogo.  

- Y si mantienen su intención de suprimirlos, ¿volverán a salir a la calle?
- Lo he dicho siempre, y se lo dije al propio conseller en un acto. Que sea necesario salir a la calle para conseguir que reculen en determinadas medidas es muy peligroso. Imagínate que no se conceden los conciertos, salimos a la calle y entonces dan marcha atrás. La sensación es de un Gobierno que toma decisiones en base a la presión, con el que no hay diálogo.

- ¿Les han pedido que participen en la nueva Ley Integral de la Educación valenciana?
- No, de momento no. Pero yo creo que eso de la ley valenciana tiene un recorrido muy corto, sobre todo ahora. La Lomce está paralizada a la espera del pacto entre partidos y que se configure una nueva norma estatal. Entonces, hacer una ley valenciana queda un poco extraño sin ese paso, porque es el marco en el cual debe trabajarse cualquier texto autonómico. Queda un poco incoherente.

"Eso de la ley valenciana tiene un recorrido muy corto, sobre todo ahora que estamos a la espera de un pacto ESTATAL"

- Antes habían sido críticos con eliminar las reválidas, ¿por qué ahora les parece bien?
- Es que ahora las reválidas están muy bien. El hecho de que sean censales, no definitivas, nos parece positivo. También que la norma de Selectividad siga el mismo sistema que había porque, a unos meses de acabar el curso, no podemos cambiarles las normas al alumnado.

- Pero si ahora están bien, es porque antes estaban mal, ¿no?
- Bueno, como no se han llegado a aplicar… Quizá les faltaban realismo. Me parece que era un proyecto ideológico más que una búsqueda de la mejora del sistema educativo. Las reválidas no ayudaban a los alumnos realmente.

- ¿La concertada tiene virtudes con respecto a la pública?
- Somos redes complementarias. Es verdad que nosotros tenemos una estabilidad en nuestras plantillas que da sosiego al profesorado. Nuestros proyectos educativos están hechos de una manera coherente, no dependiendo del equipo directivo. Me parece muy interesante el carácter sólido que eso confiere, con unas profundas raíces, con unos valores muy claros, tanto en lo pedagógico como en lo humanístico, incluso en lo religioso en nuestro caso… Al final se genera un horizonte claro para toda la comunidad educativa.

- Y por ende, la pública tiene sus carencias.
- En mi opinión, esa es una de ellas. Cuando se viene trabajando desde hace años en un mismo proyecto, no es tan drástico el tránsito de los alumnos de sexto de Primaria a primero de Secundaria. Se ha trabajado en establecer una continuidad, un seguimiento, que en ningún momento se pierde. Este es otro motivo por el que defendemos los conciertos en Bachiullerato: porque hay alumnos que están desde los 3 años en un mismo centro y continúan con su ideario, sus amigos y la misma opción educativa que hicieron sus padres.

- El hecho de que haya partidos políticos implicados, ¿no convierte todo esto en una lucha ideológica más que en una cuestión de alternativas educativas?
- Nosotros somos Escuelas Católicas, no la Mesa por la Libertad, donde ya están sindicatos, políticos... Queremos complementariedad, no vamos a defender una cosa en demérito de otra. Son muy respetables los profesores que trabajan en la pública y las familias que la eligen, pero también la concertada. Ya he hablado muchas veces de la matemática evangélica, ¿no? Sumar esfuerzos y multiplicar posibilidades es mejor que dividir y enfrentar.

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