VALÈNCIA. Jozef Kabaň, director de Diseño de Volkswagen, contempla hoy con mucho respeto el Volkswagen Phaeton D2, que nunca llegó a la producción en serie: «El coche sigue teniendo un aspecto muy atractivo y bellas proporciones, e impresiona por su palpable alta calidad y valor». Junto con sus compañeros Marco Pavone, responsable de Diseño Exterior, y Tomasz Bachorski, responsable de Diseño Interior, Kabaň se encarga actualmente de diseñar los futuros modelos de Volkswagen. Cualidades como la calidad y el valor, que caracterizaron al Phaeton desde el principio y destacaron sus pretensiones como producto de alta gama, hoy en día siguen desempeñando un papel importante en Volkswagen.
El excepcional modelo conducible del Phaeton D2 fue precedido por un proceso de selección interno para elegir entre cuatro conceptos diferentes. El diseño desarrollado por Pavone y Bachorski obtuvo el visto bueno, causando sensación por sus contornos deportivos y planos y su interior de alta calidad. Posteriormente, se construyó el prototipo próximo a la producción en serie, basado en la plataforma longitudinal modular (MLB), que se sometería a la decisión final del Comité de Supervisión. Sin embargo, como todas las energías estaban enfocadas a orientar a Volkswagen hacia la electromovilidad, se decidió no seguir adelante con la producción de la berlina de lujo.
Aunque el modelo sucesor planificado no se llevó a cabo como resultado de esta decisión, el primer Phaeton demostró de lo que Volkswagen ya era capaz hace 20 años con su confort de lujo, sus innovadores sistemas de conducción y su pionera calidad de acabado. De este modo, se consiguió crear un efecto de halo para toda la marca, que todavía puede apreciarse en muchos modelos hasta el día de hoy. Tomasz Bachorski, responsable del diseño interior del modelo de alta gama de entonces, afirma: «El hecho de que el Phaeton D2 se adelantara a su tiempo puede apreciarse hoy en día en características como la pantalla curvada, que estaba prevista para el sucesor del Phaeton y que se lanzó al mercado en 2018 en el Innovision Cockpit del Touareg».
Una mirada retrospectiva a los 20 años del Phaeton: la entrada en el segmento de lujo.
El proyecto lanzado por el ex presidente del Comité Ejecutivo de Volkswagen, Ferdinand Piëch, a finales de los años noventa, fue muy ambicioso desde el principio. Él quería abrir un nuevo segmento de mercado para Volkswagen con una berlina de lujo y, al mismo tiempo, elevar toda la marca a un nuevo nivel.
Con sus 5,06 metros de longitud, 1,90 metros de anchura y 1,45 metros de altura, estas dimensiones ya garantizaban un puesto para el Phaeton entre sus competidores del segmento de lujo. Sin embargo, a pesar de su tamaño, su aspecto visual era discreto. Su diseño fluido con líneas de techo ligeramente arqueadas creaba un aspecto atemporal y poco ostentoso. Los únicos elementos que destacaban especialmente eran los grupos de luces redondas traseras instalados bajo los elementos rectangulares de cristal.
Elegancia y materiales de máxima calidad.
Los suaves contornos de la carrocería albergaban un interior que emanaba elegancia. Elementos cromados, chapa de madera de hasta 30 capas de material y cuero: este trío se reunía en la palanca de cambios automática, que parecía tan sólida y potente como la palanca de mando de un yate a motor. Los paneles de madera cubrían las rejillas de ventilación, que se abrían eléctricamente y de forma silenciosa cuando era necesario en función del ajuste del aire acondicionado automático y de la radiación solar. La ventilación se efectuaba casi sin corrientes de aire, incluso en la posición más alta.
Salón sobre ruedas.
El interior del Phaeton constituía una especie de salón móvil, en el que se combinaban la calidad sin concesiones y los materiales de primera calidad con los detalles técnicos cuidadosamente dispuestos. Los ocupantes del vehículo quedaban aislados del mundo exterior por puertas que se cerraban de manera satisfactoria con un ruido sordo y gruesos cristales, mientras que los espacios entre los componentes eran extremadamente estrechos y estrictamente paralelos. El sistema de sonido opcional Dynaudio también contentó a los oídos de los más exigentes aficionados del audio hi-fi.
La calidad del Phaeton destacaba en los viajes largos. Su suspensión neumática de serie con amortiguación adaptativa le permitía deslizarse con suavidad por la autopista. Gracias a su altísima rigidez torsional, la carrocería no traqueteaba ni crujía en absoluto. El capó, las puertas y la tapa del maletero estaban hechos de aluminio. También se ofrecía una variante del Phaeton con una longitud adicional de 120 milímetros y un espacio más amplio en la parte trasera del habitáculo, como modelo para chóferes. Los asientos individuales con sistema de masaje y ventilación estaban disponibles de manera opcional, al igual que en la versión de serie.
El nombre Phaeton también simbolizaba el estatus exclusivo de la gran berlina. No era solo una referencia a la mitología griega, sino que también representaba un vínculo con los modelos clásicos de Horch y Ŝkoda con el mismo nombre.