El 2022 nos ha dejado una sensación agridulce: al mismo tiempo que veíamos como por fin empezaba a quedar atrás la pandemia, Putin invadía Ucrania iniciando una guerra aquí al lado, en la misma Europa. La guerra no es la única causa, pero ha contribuido, sin duda, a la imparable subida de precios de la energía y de muchas materias primas, sumiéndonos en una nueva crisis económica que sigue afectando, hoy en día, a familias, empresas y autónomos.
En el ámbito político vimos como el Botànic volvía a responder tarde y mal, o al menos insuficientemente, a las necesidades de los ciudadanos. Ya llegó tarde y se quedó corto con las medidas adoptadas durante los meses más duros de la pandemia, y ahora, vemos como un año entero lleva el sector cerámico, tan importante sobre todo en la provincia de Castellón, advirtiendo del perjuicio que les iba a suponer el incremento en el coste del gas. Pero ellos, como quien oye llover...
Y es que el Consell de Ximo Puig estaba y está alejado de la realidad. No hay más que escuchar el discurso de fin de año de un president autocomplaciente e impostado. Exprimiendo, una vez más, las dos o 3 buenas noticias del año 2022. Como la llegada de la gigafactoría de Volkswagen a Sagunto que es una grandísima oportunidad, aunque, todo sea dicho, a punto estuvo de desvanecerse por la desidia de unos y otros, aquí y en Madrid.
Pocos éxitos más tiene el Botànic en 2022, porque la rebaja fiscal es una auténtica tomadura de pelo. Es indignante y me avergüenza cada vez que escucho a Puig o algún miembro del PSPV sacando pecho por ella.
Y el resto de los indicadores y datos siguen siendo, 8 años después de gobiernos botánicos, bastante lamentables: listas de espera y caos organizativo en sanidad, más niños estudiando en barracones, listas de espera en dependencia, plazas de residencias de mayores, paro juvenil y competitividad de las empresas valencianas, entre otros.
Y qué decir de la infrafinanciación: un año más y Puig ha sido incapaz de plantarse en Madrid y reivindicar la reforma urgente del sistema de financiación. Una actitud sumisa que también vemos con el recorte del trasvase Tajo Segura: palabras y palabras, pero hechos, cero.
Para el ya comenzado 2023 yo pediría, no voy a ser original, que termine la guerra. Es más, que terminen las guerras. Y, en segundo lugar, salud. Salud física, por supuesto, peo también buena salud mental. Y para ello es primordial que quien goce de buena salud sea la propia Sanidad Pública Valenciana, tan maltratada y sumida en el caos a pesar de la grandísima labor de los profesionales sanitarios. Ningún gobierno tiene la altura de miras y la valentía de afrontar los importantes cambios estructurales que hace falta para sanar nuestra sanidad.
Y además, me gustaría que mejorara también otro tipo de salud, la salud institucional.
Porque estamos viendo con demasiada frecuencia en los últimos tiempos como se desprestigia la política y las instituciones. Por ejemplo, con ese manoseo constante de la justicia que existe desde hace años, y que se ha acrecentado últimamente.
Pero también con nuevos casos de presunta corrupción que acechan al PSPV y puede que hasta al Consell del Botànic II. En este sentido, desearía que se pusiera en marcha cuanto antes, la comisión de investigación sobre el caso Azud que se aprobó en las Cortes Valencianas hace ya un año a iniciativa de Ciudadanos.
Por último, y aunque me consta, visto lo visto, que es complicado, deseo también un gobierno con altura de miras y que no tenga mirada cortoplacista y electoralista. Un gobierno que sea capaz de apreciar todo el potencial que tiene esta comunidad y de hacer las reformas, valientes y necesarias, que se merecen valencianos y valencianas para mejorar así su calidad de vida y consolidar esta tierra como uno de los mejores lugares del mundo para trabajar y para vivir.
Y una cosa tengo clara, que para ello debe haber un cambio: la prioridad es que no haya Botànic III. Con los socios sectarios, populistas y nacionalistas del PSOE, es imposible avanzar y crecer en libertades y calidad de vida. Son lastres. Seguiremos trabajando el próximo año por ello.
Feliz 2023 a todos.