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junto a los alemanes Helloween

25 años del concierto de Iron Maiden en El Puig

19/03/2023 - 

VALÈNCIA. Para todos los millones de fans de Iron Maiden en el mundo, 1993 es una fecha marcada a fuego. En ese año, Bruce Dickinson, vocalista de la banda desde 1981 tras la salida de Paul Di´Anno, el primer cantante del combo, abandonaba el grupo que le había encumbrado a la cima con álbumes como, The Number of the Beast (1982), Somewhere in Time (1986) o Fear of the Dark (1992). 12 años de carrera junto a Maiden creando parte de la historia viva del heavy metal se cerraban. Los británicos comenzaban una nueva etapa buscando una nueva voz para seguir cosechando éxitos. Blaze Bayley fue el elegido. 

El décimo álbum de Maiden, el primero sin Dickinson y con la voz de Bayley, salía a la venta en 1995 con el nombre de The X Factor. En su gira, X Factour, la banda liderada por Steve Harris no pasó por València, pero sí por nueve ciudades españolas. Volvíamos a quedarnos fuera. Con su siguiente LP con Bayley, Virtual XI (1998) sí pisaron, al fin, suelo valenciano en la primera de sus dos (hasta ahora) actuaciones en València, el 26 de mayo de 1998 en El Puig. La segunda fue con unos Maiden recobrando una posición privilegiada en la música, en el Auditorio Marina Sur en 2010, dentro de su gira, The Final Frontier World Tour con la voz de Bruce Dickinson

En aquella gira peninsular, Virtual XI World Tour, estuvieron actuando en su primer tramo en seis ciudades españolas, entre ellas Ourense, San Sebastián y por último en València, más concretamente en El Puig, y en su segunda parte en Zaragoza, Albacete y Dos Hermanas. Una larga gira por todo el mundo que demostraba que la Doncella seguía en forma con su nuevo vocalista, aunque su fama y popularidad no estaban en su mejor momento. 

En un primer momento aquel histórico concierto, recordemos, el primero de Iron Maiden en València, se iba a celebrar en el Velódromo Luís Puig (de hecho en las entradas aparecía el nombre del recinto), pero finalmente se realizó en un descampado de El Puig. “Fue muy extraño porque nadie supo de motivo”, señala Félix Jiménez, promotor de conciertos.  “Se rumoreó que fueron historias municipales, que el Ayuntamiento de València no quiso ceder finalmente el Velódromo y se trasladó ahí; a un sitio absolutamente desconocido, un descampado al lado de la fábrica de Cruzcampo, detrás de la fábrica, con un olor a levadura enorme”. Un lugar que puede parecer poco común para un concierto bajo los estándares actuales, pero más habitual de que parece en aquellos años. 

Maiden era un grupo muy grande, quizás los más grandes junto a Judas Priest del heavy europeo y mundial. Su llegada a València, luego de estar fuera en todas sus giras, era algo especial. “En aquella época un día de concierto, especialmente de un concierto de banda grande, era algo grande. Se puede decir que había ambientazo incluso días antes”, recuerda Andy, que estuvo en ese concierto después de haber visto a la banda anteriormente en otras ciudades. “Aunque en València tradicionalmente han habido pocos conciertos grandes. Y tampoco recuerdo las calles muy animadas porque el concierto no era en València, sino en El Puig, muy lejos. Y tampoco había ambientazo en los alrededores porque era posiblemente el peor recinto que recuerdo para un concierto. Un descampado pegado a la carretera, en medio de ningún sitio y que apestaba a basurero”, recuerda. 

Uno podría suponer que se habilitaría un recinto más importante para un grupo del nivel de Maiden, por mucho que hubieran cambiado de vocalista y no estar en la cúspide de su carrera, seguían siendo enormes. “Si tocaron en ese descampado es porque València tiene una carencia muy grande de sitios de rock”, sentencia Andy. “En otra época hubieran tocado en la Fuente de San Luís, o en el campo del Levante. El descampado ese se había utilizado antes para algún festival. Imagino que por eso lo pillaron, aunque era un lugar horrible”.

El recinto no se llenó, algo extraño, era la primera vez de Maiden en València y se había generado expectación con su llegada. “En cuanto a gente... No tengo datos, pero aunque seguro que no se llenó tampoco estaba vacío. Eso sí, yo no recuerdo ver a gente de fuera. Eran casi todos de la tierra, y esta no es una tierra de rock”, lamenta. Los británicos no llegaban solos a la cita con España, traían en la gira, como ya hicieron en la anterior, a los alemanes Helloween. Un grupo que por sí  mismo ya tenía tirón y que en marzo de ese año habían publicado su octavo álbum, Better than Raw. “También tocaron antes Dirty Deeds, que era una banda de la escudería de Steve Harris, un heavy británico muy apañado. Helloween me gustaron bastante, en el cómputo global yo creo que estuvieron mejor que Maiden”, analiza Félix. 

“Siempre he dicho que es el peor concierto que he visto de Maiden, pero igual no fue tan malo”, apunta Andy. “Ya has visto que el ambiente era poco favorable. Y además era la gira de un disco un poco decepcionante, y después de haberlos visto bastante (relativamente) o sea que tal vez fuera impresión o cansancio mío”. Hoy en día el cartel del concierto haría salivar a cualquier fan del heavy: Iron Maiden con Helloween sería un bolo espectacular y caro, muy caro. “De los teloneros, ni me acuerdo. Maiden siempre llevaban a Helloween y se me hacían un poco cansinos y rutinarios. Los otros no recuerdo absolutamente nada”, concluye Andy. Quizás el público, también por la lluvia que cayó en un momento dado, no estaba muy animada. “Era un época intermedia, no se sabía lo que iba a pasar con Maiden, el heavy mental estaba de capa caída y Maiden también, se notó en la asistencia de público”, comenta Félix.

Portada de Virtual XI

Iron Maiden acababan de publicar su Virtual XI, que no funcionó en ventas como sus anteriores trabajos, y lo estaban presentando, era lógico que tocaran más canciones del álbum. “Tiraron bastante del Virtual, aunque no tanto como otras veces; por ejemplo, la visita siguiente. Hubo muy pocos clásicos”, apunta Félix.  “El concierto de Maiden en sí, pues eso...mal no debió de estar. Y tal vez Blaze estaba más apagado. En la gira anterior sí me gustó”, comenta Andy. “Ya sé que no es Bruce, pero me gustaba su punto. Abrieron con Futureal, porque Maiden siempre solía abrir con el primer tema del disco que presentaban y poco a poco casi no recuerdo”. 

No fue un concierto especialmente reseñable a nivel musical, o eso al menos se desprende cuando charlas con algunos de los asistentes. “Yo no los había visto en directo todavía, me perdí un par de veces en Madrid y Barcelona, y por fin podía verlos; luego una decepción muy grande por ver lo que vi. Muchos de los que estábamos pensamos que era lo que había, que iban a seguir así, que hasta ahí había llegado”, comenta Félix.

A pesar que Maiden tocaron un buen surtido de canciones del LP que presentaban, cayeron temas incuestionables y claves en su discografía: Heaven can Wait, 2 Minutes to Midnight o Fear of the Dark y The Number of the Beast. A Félix sí le gustó el concierto, pero tenía claro, como luego sucedió, que Blaze Bayley no era el vocalista de la banda. “Sí me gustó. El problema de Bayley es que no es el cantante adecuado para Maiden, y que Bruce Dickinson pesa mucho”

Era otra época en todos los sentidos, y la promoción de un concierto, que tal vez en este no funcionó como debiera, era muy importante. Los canales de difusión y promoción eran menores pero muy claros, y uno sabía perfectamente dónde buscar la información. “En cuanto a enterarnos del concierto... todavía no había Internet, o tenía muy poca gente. Entonces funcionaba el boca a boca”, apunta Andy. “Un día venía alguien diciendo... van a venir estos, y luego resulta que era verdad, o  no, ya veíamos los anuncios en revistas y sitios así. Y claro que era excitante, aunque en este concierto ya teníamos 28 años o más, y estábamos un poco de vuelta”

Esta fue la última gira para Blaze Bayley con Maiden, que tras dos discos y sus correspondientes tours decía adiós al combo con el regreso de Bruce Dickinson para la siguiente gira, The Ed Hunter Tour de 1999. Aunque los álbumes y las giras con Bayley en Maiden son las menos recordadas, no hay que olvidar que ambos LP contaron con grandes canciones, entre las que destacan, Man on the Edge y Sign of the Croos (The X Factor) y Futureal y The Clansman (Virtual XI).

Félix trajo a València a Bayley en solitario una vez que ya no estaba en la Doncella, pero seguía siendo todo un icono por su paso por ella. “Recuerdo con mucho cariño ese concierto, porque él era el tour manager, el chico del merchan; entró él directamente a presentarse cuando estábamos montando. Un tío encantador, muy buena persona y la reacción de la gente muy buena, pero todas sus visitas a València, creo que nunca ha pasado de las 80 personas”, señala. También realizó un concierto con el primer vocalista de Maiden, Paul Di´Anno. 

El 21 de agosto de 2010 Iron Maiden regresaban a València, en este caso a la ciudad, al recinto del Auditorio Marina Sur. Según la prensa de la época 22.000 personas acudieron al concierto, que fue el único de aquel año en tierras españolas (actuaron en esta misma gira en el Festival Sonisphere de Madrid al año siguiente). Maiden llegaban a la cita de un modo muy distinto que en su primer encuentro con el público valenciano, con el regreso de su vocalista, Bruce Dickinson y con un setlist renovado, con un especial énfasis en su último disco, The Final Frontier (2010)  y en Brave New World (2000), el que significó el primero disco de la segunda etapa de Dickinson con la Doncella. 

“Recuerdo que fue un auténtico conciertazo”, comenta, Ramón Valiente, asistente al evento. “Teloneaba Edguy, que personalmente no eran un grupo que me llamase la atención. Recuerdo el calor que hacía en pleno agosto, y aquellos tipos vestidos con los trajes que solían tocar. Ver a Maiden, con Dickinson al micro, al lado de casa fue una auténtica locura”, apostilla. 

En 2010 ya convivíamos por Internet y la noticia del concierto llegó a todos los rincones, València se inundó de pósters del concierto y las revistas del sector los anunciaban. Era un evento único. “Los que estábamos metidos en el mundillo nos enteramos por todos lados, revistas, webs, blogs, etc... Obviamente, en pleno agosto, el reclamo fue increíble. Tengo el recuerdo de una congregación brutal de gente de todos sitios de España y fuera de nuestras fronteras”, recuerda, Valiente. 

El concierto iba a ser todo un evento a nivel nacional, València iba a albergar el único concierto de la gira, el otro concierto era al año siguiente y estaba enmarcado en un festival. Eso ayudaba a potenciar la importancia del concierto. Si querías ver a Maiden en esa gira presentando el álbum, tenías que venir a València, transformando a la ciudad por dos días (el día anterior hubo otro gran concierto en La Marina) en la capital del rock duro español. “Desde que me enteré, meses antes, que Iron Maiden actuaría en València, la ilusión y las expectativas eran altas”, comenta, Mateo Osuna, otro asistente al bolo. 

“Además, la fecha, en agosto, un mes en el que rara vez estaba en la ciudad, hacía que me apeteciese más. Así que dos días antes cogí un autobús, y tras siete horas de viaje, llegué dispuesto a disfrutar de la segunda vez que iba a asistir a un concierto de la banda”, recuerda.

La noche anterior, en el mismo lugar, había habido una autentica descarga de heavy patrio con Atlas, Tierra Santa y Barón Rojo a la cabeza, Obús finalmente no actuaron. “Aunque suene raro, no tuvo nada que envidiar ese mismo viernes, cuando se montó otro concierto en el mismo sitio cerrando Barón Rojo”, apunta.

Iron Maiden de concierto en México (Foto: EL UNIVERSAL VIA ZUMA WIRE / DPA)

Para Mateo no era la primera vez que disfrutaba de la Doncella en directo, y en concierto que estos ofrecieron en La Marina no le pareció reseñable. “La anterior fue en Barcelona, 2006, en la gira "A Matter of Life and Death Tour". Y la verdad, después del tiempo de espera, no me pareció un buen show”, comenta. “Empezando por el recinto, una explanada enorme, y si no recuerdo mal, sonando los primeros temas aún con luz natural (nada que ver con la magia del Palau Sant Jordi), y terminando con el setlist, nada acertado para mi gusto”. 

“Lo que sí estuvo a la altura en ambas ocasiones fue la elección de los teloneros. Trivium en Barcelona, y Edguy en Valencia. En este caso, disfruté mucho más Tobias Sammet (Edguy) y compañía, que del cabeza de cartel. Corto (demasiado), pero intenso, con los inconvenientes añadidos del horario y el calor con los que les tocó lidiar”, comenta Osuna.

En aquellos años València estaba dentro del circuito de heavy rock nacional e internacional gracia a la sala Repvblicca, algo que años más tarde acabaría desapareciendo y dejando huérfana a la ciudad de giras internacionales. “Del ambiente musical, dentro del ámbito del rock y del heavy metal en especial, fue francamente bueno para València en esas fechas. Las pequeñas salas, los garitos, el panorama heavy del momento y las grandes salas que teníamos, hicieron de manera habitual que grandes bandas tuvieran en cuenta a València para meternos en el circuito”, señala, Valiente.

“Los mejores recuerdos que guardo de esa tarde/noche, son, por un lado, la ilusión de mis dos primos, de 8 y 12 años, que son los que realmente se divirtieron, ya que, a pesar de que a su corta edad ya tenían algún festival a sus espaldas, era su primer espectáculo de esta envergadura”, comenta Mateo. “Y por otro, poder saludar a Ramón (y a Jordi). Pasábamos muchas horas juntos durante el curso, pero no nos veíamos durante el verano”.

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