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ARTE EN 8 BITS

30 años riéndonos en bucle: por qué el GIF es el formato digital que surfea todas las modas

Hablamos del fenómeno social de los loops y las microanimaciones con Pedro Alpera, uno de los creadores españoles más reconocidos a nivel internacional dentro del sector. Un anticipo de lo que contará en su próxima visita a València el próximo 26 de abril

5/04/2018 - 

VALÈNCIA. Esta es la historia de un formato digital “prehistórico” y de nombre algo feo, pero demasiado divertido para dejarlo desaparecer. Lejos de caer en el olvido con la llegada del 3D o la realidad virtual, el GIF (acrónimo de Graphical Interchange Format) vive una tercera juventud gracias a las redes sociales, la mensajería instantánea y el espectacular crecimiento de los dispositivos móviles como herramienta prioritaria para comunicarnos con los demás. No dejan de ser imágenes animadas o reales en movimiento que se reproducen en bucles infinitos, pero nos encantan. A tenor de su extraña capacidad para arrancarnos la risa con la mayor de las perogrulladas, cualquiera diría que los loops conectan con algún recóndito agujero negro de nuestra psique.

El GIF es corto, sencillo, pesa poco y ha demostrado tener un inmenso potencial viral en la sociedad de mediados del siglo XXI. Es la puntilla perfecta para un comentario sarcástico; un sazonador de emociones de lo más versátil. Pululan por internet cientos de miles de GIFs dispuestos a remarcar la rabia, la pena, todo aquello que es ridículo o asombroso. Siempre al pie del cañón, listos para compartir.

En 2017, el GIF animado cumplió treinta años de vida y su inventor, un informático norteamericano llamado Steve Wilheim, recibió un premio por ello. Cinco años antes, la palabra GIF fue incluida en el diccionario Oxford, reconociéndose así de alguna manera la aportación de este tipo de formato a la cultura de internet, que es en gran medida la cultura pop del siglo XXI.

Como la mayoría de los inventos, el GIF nació para dar solución a un problema. En 1987, enviar una imagen por internet podía convertirse en un auténtico suplicio. Wilheim, que trabajaba para CompuServe (la principal proveedora de servicios de internet en Estados Unidos por aquel entonces), tenía que enviar una newsletter interna y buscó el modo de crear una imagen en color con movimiento que no tardara un siglo en llegar a su destino. Así desarrolló el primer GIF de la historia, que representaba a un avión en pleno ascenso.

Este fue el primer GIF de la historia

El GIF ha evolucionado mucho desde entonces; si bien no en su esencia, sí en su creatividad. Este formato se popularizó en los noventa, coincidiendo con el boom de la animación en 2D para las webs en internet, pero decayó cuando aparecieron en escena las animaciones Flash, más sofisticadas y capaces de incorporar sonido. En 2013, coincidiendo con la eclosión de las aplicaciones de microformato como Vine, la moda de los loops infinitos volvió con fuerza. A los usuarios les pirra, de modo que Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest, Tumblr -todas las grandes plataformas- han acabado abriéndole sus puertas.

Estrellas de la microanimación

Sí, las microanimaciones en 2D también tienen su Hall of Fame –versión friki, se entiende-. Concretamente España cuenta con profesionales muy reconocidos fuera de nuestras fronteras, como los barceloneses Alla Kinda (que han trabajado en series como Pocoyó) o Pedro Alpera, ilustrador sevillano cuyas animaciones para el fondo de pantalla de la popular aplicación de intercambio de archivos We Transfer le han proporcionado en los últimos años una enorme exposición internacional. Es muy probable que te hayas topado con sus muñecos Hablamos con él por teléfono como adelanto de la master class gratuita que ofrecerá el 26 de abril dentro de las actividades que ha programado la escuela de Arte y Diseño Barreira en València para la semana de puertas abiertas que tendrá lugar del 22 al 27 de este mes.

 “El 3D no ha suplantado a las animaciones bidimensionales, que se siguen utilizando mucho incluso en producciones cinematográficas modernas. Además de ser más baratas y fáciles de producir, estéticamente tienen un valor diferente. Permiten soluciones gráficas más pictóricas que no pueden conseguirse con las tres dimensiones. Por ejemplo, puedes hacer manchas de color”, comenta Alpera, quien recientemente ha impartido cursos al equipo de producción de la película Buñuel en el laberinto de las aceitunas.

En su opinión, los líderes del mundo 2D en estos momentos son Neil Sanders (“Merece la pena ver sus animaciones, un crack de los loops; además comparte sus procesos”) y Alex Grigg (“Es espectacular, no solo por sus animaciones, también por el buen gusto que tiene a la hora de ilustrar. Una maravilla”). A nivel nacional, destaca el trabajo de Alla Kinda, pero también los GIFs de José Lorenzo y el valenciano Magoz, Jose Bernaus y Rogelio Folgueras.

“La limitación técnica se convierte siempre en un acicate creativo para nosotros –comenta el creador sevillano-. Ocurre como con Instagram, que ha impuesto los formatos cuadrado y vertical, cuando antes estaban prohibidos porque no se adaptaban bien a la pantalla del móvil. El hecho de que el GIF funcione con bucles ha determinado de alguna forma esa tendencia a crear animaciones de humor, porque ese tono funciona muy bien con este formato”.

“Es muy curioso cómo el éxito del GIF supone una vuelta a los orígenes, a pesar de toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición en la actualidad. De alguna manera nos retrotrae a los juguetes de animación, a los zootropos. Incluso dentro de la realidad virtual se ha abierto un campo nuevo de animaciones en bucle”.

Lo que se mueve detrás de un 'Like'

Las microanimaciones han acabado convirtiéndose en una forma de arte muy demandada no solo por los usuarios de redes sociales y por el sector de la publicidad, sino por cualquier tipo de aplicación. En realidad están por todas partes, en todos los botones que pulsamos en cualquier aplicación móvil o web.

“En mis clases siempre analizo con los alumnos la evolución de los likes de Twitter. Parece a simple vista que el corazoncito únicamente se pone de color rojo, pero en realidad es una animación que tiene anticipación, se echa para atrás, viene después hacia delante, se colorea, se rellena y se rodea de partículas. Es como una pequeña película”. Los estudios de experiencia de usuario son cada vez más complejos, y certifican la influencia psicológica que tienen este tipo de microanimaciones. Cualquier pequeño cambio en un botón es fruto de un largo proceso de análisis. La vinculación emocional de un usuario a una red social depende de este tipo de detalles hasta un punto que no todo el mundo estaría dispuesto a reconocer. “Cada vez que palpita un corazón de Me Gusta, tu sensación de recompensa aumenta. Incluso aunque se lo estés dando tú a otra persona. Es como un caramelito. Internet nos da demasiados estímulos y se necesitan estas pequeñas cosas para centrar la atención del usuario”, corrobora Alpera.

“Es como la ruedecita o la barra de precarga en las webs… existe porque se sabe que tu paciencia aumenta cuando ves un objeto que se mueve delante de tus ojos y cuenta el tiempo. Hace muchos años, cuando los diseñadores hacíamos una web metíamos a veces un cargador falso como efecto psicológico. Puede que no lo parezca, pero todo está sumamente estudiado”.

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