VALÈNCIA (EFE). La economía de la Comunitat Valenciana acusó una primavera en caída libre y un primer semestre de 2020 atenazado por la covid-19 de forma más severa que otras regiones y que el conjunto de España debido al peso del turismo, la construcción, cierta industria y las exportaciones, y llega a final de año con una tasa de paro superior al 17 % y más de 470.000 valencianos afectados por un ERTE en algún momento de la pandemia.
La especialización productiva de la economía y la mayor presencia de autónomos y microempresas llevaron a sufrir un fuerte choque en el segundo trimestre del año y un rebote posterior de la actividad que perdió fuerza con la segunda ola de la pandemia, y se espera que se repita la historia de otras grandes crisis: los efectos son más pronunciados pero la recuperación es más rápida que en el conjunto nacional.
Las regulaciones de empleo han acumulado más de 69.400 expedientes que han afectado a más de 470.300 trabajadores, el 66 % de ellos del sector servicios, si bien el 61 % ya ha salido de esta medida, mientras que el desempleo ha subido desde los 366.262 parados de febrero hasta los 433.672 del mes de noviembre (67.400 personas).
En los primeros nueve meses, a falta de conocer los datos de cierre de 2020, las exportaciones bajaron un 11 % interanual, con resultados desiguales según sectores: el agroalimentario, el primero en volumen de ventas, creció un 9,2 %; el automóvil, en segundo lugar, cayó un 24 %.
En el sector financiero, CaixaBank y Bankia han anunciado su fusión y recientemente los accionistas de ambas entidades han dado el visto bueno a la operación por absorción de la segunda, que dará lugar a una entidad con más de 20 millones de clientes, más de 50.000 empleados, 6.700 sucursales y sede social en València.
Ha sido un año sin ferias, a excepción de Cevisama que se celebró en febrero, un mes antes del estado de alarma, y se ha aprobado la asunción por parte de la Generalitat de la emisión por importe de 227,5 millones de euros que hizo Feria Valencia en 2002 para financiar la ampliación del recinto.
La Generalitat baraja diferentes alternativas para ayudar a esta institución, que podría necesitar ayudas por valor de 3 millones de euros si persiste la inactividad durante los primeros meses de 2021.
Parte del recinto se ha acondicionado para servir de almacén de material anticovid de la Generalitat.
El Corredor Mediterráneo ha acometido avances importantes en el último año, pero se sigue reclamando mayor celeridad en las obras y, como otros muchos proyectos, tiene una oportunidad de recibir inversiones de los fondos europeos para la reactivación económica.
Además de las ayudas directas a los sectores y a los ciudadanos para ir superando la crisis, los Presupuestos de la Generalitat presentados para 2021, de 25.627,6 millones (un 11,3 por ciento más) han sido diseñados para combatir la pandemia de coronavirus e impulsar la reactivación económica y social.
Las previsiones contemplan una caída del PIB este año de entre el 11 y el 14 % y una recuperación del 6-8 % en 2021.
Respecto al déficit, la Generalitat cree que cerrará el año con un déficit de entre el 1,5 % y el 1,7 %, por debajo del 2 % que indica la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), aunque señala que las previsiones de cierre están condicionadas al comportamiento de gasto de los meses de noviembre y diciembre.
Para 2021, la AIReF estima un déficit para la Comunitat Valenciana del 2,3 % del PIB, el más alto de las Comunidades Autónomas.
La deuda de la Comunitat a 30 de septiembre asciende a 49.651 millones. La reforma del sistema de financiación autonómica sigue pendiente un año más