CASTELLÓ. Argenta sigue consolidándose como uno de los gigantes del sector azulejero castellonense. La compañía liderada por José Cifre continúa con su senda de crecimiento y el año pasado sumó más de 9 millones de euros a su facturación hasta alcanzar prácticamente los 189.
La firma radicada en Vall d'Alba ganó casi 6,6 millones de euros en 2018. Aunque esto supone reducir en más de un 40% los ingresos netos del ejercicio anterior, la firma ha logrado este saldo positivo después de materializar inversiones por valor de 40 millones de euros para "la ampliación y modernización" de sus cuatro plantas productivas, según recoge el informe de gestión de sus cuentas, recientemente incorporadas al Registro Mercantil de Castellón.
En concreto, durante el año pasado Argenta dotó a su planta principal, la de Vall d'Alba, de una nueva rectificadora "para poder ser más flexibles y satisfacer los pedidos de los formatos rectificados en tiempos considerablemente cortos". Asimismo, "para mejorar el control de calidad de producto acabado" se está dotando de un nuevo laboratorio a la factoría de Onda "con equipos como un flexómetro para grandes formatos y un autoclave con capacidad para piezas de hasta 1.200 milímetros de largo". Esto da muestra de la apuesta de la compañía por los grandes formatos, que aportan más márgenes de beneficio y son más demandados por el mercado.
Pero las inversiones de la compañía no acaban ahí. Para el próximo mes de noviembre la firma tiene previsto llevar a cabo "una reforma de gran calado" en su factoría 4, la de Vilafamés, donde produce pavimento porcelánico esmaltado. Esta nueva inversión implicará el cambio de las prensas, líneas de esmaltado, hornos y el parque de boxes de la fábrica.
Además de adaptar la planta a los productos que demanda el mercado, la reforma aumentará entre un 40 y 50% su capacidad de producción diaria, sin que esto suponga un incremento de costes para así "seguir produciendo bienes altamente competitivos" gracias a hornos más eficientes, recoge el informe de gestión.
Todo ello lo ha realizado la compañía con un incremento de las deudas a corto plazo de 20,5 millones de euros, hasta contabilizar el pasado 1 de enero un total de prácticamente 130 millones. Las deudas a largo plazo logró reducirlas en 1,5 millones hasta los 58,4. Eso sí, las cuentas a cobrar también se han incrementado en 3 millones hasta superar los 81.
A pesar del continuo crecimiento de Argenta, finalmente el año pasado no pudo alcanzar los 200 millones en ventas que su director general, José Cifre, había previsto de "continuar las condiciones de mercado". Lo cierto es que estas condiciones no se han mantenido, como ha venido demostrando el sector en el último ejercicio, y esto también lo ha notado la firma de Vall d'Alba. Tanto es así que la cantidad de producto acabado que almacena creció el año pasado por valor de más de 6 millones de euros hasta los 38,9. Esta es la parte principal de sus aprovisionamientos, que rondan los 50 millones.
Las dificultades del sector también se dejaron notar en la cantidad de trabajadores que emplea. Y es que, aunque Argenta cerró 2018 con una plantilla de 476 trabajadores, 12 más que en 2017; a lo largo del año pasado llegó a contar con bastantes más empleados, puesto que su plantilla media fue de 511,5 personas.
La marca también estrena identidad corporativa diseñada por el estudio Culdesac