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análisis aP - LAS CONSECUENCIAS DE LA SUSPENSIÓN CAUTELÑAR

Ayudas a dedo: Compromís da por vengado el plurilingüismo; el PP intentará dejar a Chulvi sin piscina

5/01/2018 - 

ALICANTE. Como si de una contienda futbolística se tratara, Compromís y PP hacen balance de los litigios judiciales, cuitas políticas y venganzas varias que vienen librando en el seno de la Diputación de Alicante. Si bien es verdad que el equipo de gobierno de César Sánchez le había marcado dos goles al Gobierno el Botànic, con la anulación del decreto de coordinación en Turismo y Deportes y la suspensión del decreto de plurilingüismo ante el TSJ, Compromís acorta distancias en el marcador ante un PSPV impasible, que sólo ha puesto contra las acuerdas al PP con el Fondo de Cooperación, siempre despreciado por César Sánchez, ahora disfrazado en obras financieramente sostenibles. El auto de suspensión cautelar de las ayudas a dedo del presidente a sus diputados selectos, como eran Alejandro Morant o Bernabé Cano, es un buen contragolpe de Compromís, que ve corroborada su política de oposición en un auto judicial, pero que venía advirtiendo de manera reiterada. Los tres diputados valencianistas sacan pecho y ven vengado el recurso del PP al decreto de plurilingüismo de Marzà, algo que, al parecer -según algunos mentideros-, César Sánchez se había comprometido a no interferir, al menos, desde la Diputación de Alicante.

Pero el PP clama ahora venganza. Se siente dolido: el auto judicial es un torpedo a un equipo de gobierno en minoría, pero que gobierna como si tuviera mayoría absoluta: se vale de un tránsfuga, Fernando Sepulcre, satisfecho con un sueldo cojo, pero completado por asistencias a los organismos autónomos de la casa -a razón de 200 euros por cada asistencia- y con exiguos botines merced a los ligeros retoques que logra introducir en el presupuesto de la institución.

Y el PP se va a revolver, como ha anunciado este jueves Carlos Carlos. Va a impugnar todas las ayudas nominativas que otorga la Generalitat Valenciana:  "Ya que Compromís y el señor Fullana han decidido que los juzgados son los lugares donde se debe decidir la legalidad de las subvenciones, desde la Diputación de Alicante estamos analizando hacer los mismo con las subvenciones nominativas otorgadas por el Gobierno del Botànic y la Diputación de Valencia”, ha recalcado el portavoz provincial quien además ha hecho hincapié en que este grupo político solamente critica en la institución alicantina lo que también es una práctica habitual en su homóloga valenciana y en la Generalitat.

Y curiosamente, el primer damnificado de este sucesión de recursos que anuncia el PP puede ser el portavoz del PSPV en la Diputación de Alicante, y alcalde de Xàbia, José Chulvi, que en los presupuestos de la Generalitat tiene asignada una ayuda directa para construir la piscina cubierta, algo que los populares ya le recriminaron en el pleno de presupuesto. Chulvi se defendió: "Es una ayuda que me quitaron los gobiernos del PP, y que ahora llega con retraso", se defendió.

Y además, el fallo de las ayudas a dedo se produce después de que el PP haya estirado todavía su mayoría con una subida de sueldos selectiva -al personal de confianza del Patronato de Turismo- y un aguinaldo doble para uno de los diputados más singulares: el alcalde de La Nucía, Bernabé Cano, que gobierna su municipio con tics autoritarios, que fue relegado por Ciudadanos al inicio del mandato, pero que conforme el tránsfuga Sepulcre ha girado la vista hacia un lado, Cano ha recibido una vicepresidencia y una subida de sueldo, pese a su imputación judicial. ¿Qué bien se debe vivir fuera de la disciplina de un partido? Se pregunta más de uno.


La incógnita es ahora lo que está por venir: le puede tocar a cualquier. Los del PP ya lo saben: los otros beneficiados de estas ayudas, además de Busot, los diputados y alcaldes de Mutxamel y La Nucía, saben que sus subvenciones a dedo serán suspendidas, más allá de que el TSJ corrija esa decisión que la Diputación de Alicante quiere impugnar. El problema es que ya nadie está a salvo: cualquier alcalde que reciba una subvención nominativa puede sufrir los rigores de la justicia. ¿Con razón o sin ella? En el fondo hay un debate sobre el modelo de diputación que se quiere: el PP defiende el modelo tradicional, él que ha gestionado en los últimos 23 años, casi a veces, siguiendo el modelo de antaño del PSPV, frente a Compromís, que le gustaría una diputación sin color político, con un reparto de ayudas con criterios objetivos y con otras prioridades. ¿Un choque de vieja política frente a la nueva? Pues en ese interín, se ha colado otra ayuda a dedo, que el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, dio a su municipio para construir dos rotondas de acceso a Calp que ya nadie impedirá. Sánchez prometió más como esas para arreglar puntos negros de la N-332 y Compromís, en plena bisoñez, asintió. Hoy, la obra es imparable. Sánchez respira desde la distancia, mientras sus agraciados diputados rechinan contra el irreverente Fullana y sus chicos de Compromís, verdaderos animadores de este mandato provincial, junto al PP, claro está. Sin unos, no hay los otros.

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