Benicàssim arrebata Mar de Sons a Castelló y la capital prepara otro festival para el verano

CASTELLÓ. Quería Castelló su propio festival de verano y en 2020, el año en el que los planes culturales se resistían, lo tuvo. El Mar de Sons apareció por sorpresa durante el mes de julio para llenar de conciertos el Grau hasta finales de agosto. Con rostros como Bisbal, Lola Índigo o Pablo López se conseguía responder a una ambición perseguida desde hace mucho tiempo por el mismo ayuntamiento, que no era otra que "entrar en el circuito de los grandes artistas nacionales". La primera edición fue, además, bien acogida y tanto sus organizadores como la institución pública quedaron satisfechos. Tanto que aseguró la alcaldesa, Amparo Marco, que se apoyarían nuevas ediciones para dar continuidad a una propuesta que había ayudado a "dinamizar la ciudad en una temporada estival marcada por la covid-19". También los responsables del Mar de Sons prometieron en noviembre una segunda edición en la capital que no iba a "rebajar expectativas".

Pero eso era antes. Ahora el festival ha cambiado su rumbo y ha empezado a desgranar el cartel de un ciclo de conciertos que tendrá lugar en el recinto de festivales de Benicàssim del 30 de julio al 15 de agosto. Un cambio de ubicación que se debe -a priori- a las ventajas que le ofrece dicha ciudad, como puede ser un aforo mayor, pero que también podría responder a una falta de consenso entre la organización del festival y el Ayuntamiento. 

De hecho, el director de la empresa promotora, Music Is The Answer, Javier Sánchez, no esconde su cambio de preferencias y ha afirmado en un comunicado que "Mar de Sons está donde se apoya de forma inequívoca la música y es por esto que se decide apostar por Benicàssim y el valor que aporta el municipio al festival". Expone además que solo había entre manos un "acuerdo verbal" con la ciudad. Por su parte, desde el Ayuntamiento han preferido restar importancia al cambio de sede y han señalado a este medio que "cualquier empresa privada es libre de desarrollarse donde considere oportuno". 

Eso sí, como ha podido saber Castellón Plaza, la capital ya trabaja en su alternativa para el verano. Un nuevo festival, del que todavía no se conoce el nombre, pero que para más inri, está organizado por el ex director del Mar de Sons, Juan Carlos Vidal. Tras discrepancias con la empresa, el que fuera también director de Music Is The Answer se desvinculó de la cita a principios de año y ha optado por organizar su propio evento a cuatro manos con el Ayuntamiento de Castelló. Una cita que, según avanza, ya tiene parte de su cartel cerrado y, en efecto, dará a conocer en breve los primeros nombres de sus artistas confirmados.

Asimismo, el festival dará continuidad a un compromiso que ya anunció el Mar de Sons en su momento y que no pudo completar, como es potenciar la marca de Castelló. Así, la programación que volverá a llevarse al Grau, podría seguir la reconfiguración del espacio que ya se pensó para el anterior festival y que consiste en repartir los conciertos por el distrito marítimo para potenciar la hostelería de la ciudad, así como para resaltar turísticamente los atractivos de Castelló, en lugar de concentrar toda la artillería en una ubicación fija. 

Por su parte, el Mar de Sons, con Beret y Estopa confirmados, se suma al calendario musical de Benicàssim. Un verano en el que volverá a notarse la ausencia de los grandes macrofestivales, pero en el que esta vez el vacío quedará suplido por la oleada de nuevas propuestas que esperan llenar de conciertos itinerantes las tardes estivales. Y es que en las últimas semanas se han anunciado diferentes citas para el recinto de la ciudad. Por un lado el Mar de Sons y por otro el Luce Benicàssim que, organizado por los responsables del FIB, tiene previsto llevar hasta la provincia la música de Vanesa Martín, Izal o Nathy Peluso. En todos los casos, los directos contarán con pista y grada, manteniendo las distancias de seguridad. Una alternativa que permitirá consumir música en directo y con la que estos proyectos pretenden coger algo de aire hasta el año que viene, cuando se espera volver a la normalidad.