ALICANTE. La empresa ilicitana Greene Waste to Energy, creada hace siete años por cuatro emprendedores químicos para convertir residuos de todo tipo en nuevas fuentes de energía, está a punto de dar un salto internacional con la entrega de una planta de gasificación (que se construye estos días en el polígono Elche Parque Empresarial, donde tiene su sede) para la isla griega de Creta, tal como ha contado Alicante Plaza. Esta planta convertirá en energía, mediante cogeneración, los lodos de la depuradora de la ciudad de Rethymno, que ahora no se reutilizan.
La empresa cuenta detrás con un importante respaldo financiero en forma de accionista mayoritario, que resulta fundamental para una startup científica como esta, dado que el retorno de su actividad comercial aún no resulta suficiente para sostener la inversión necesaria en I+D. Sin ir más lejos, en 2016 tuvo un resultado de explotación negativo de casi medio millón de euros, aproximadamente como el año anterior. El accionista de referencia, del que la firma no suele hablar (lo identifica como "un inversor privado de la Comunitat Valenciana" en sus comunicados), es sin embargo un viejo conocido del sector financiero valenciano: Carlos Castellanos.
Al margen de presidir Egeria, Castellanos es también conocido por ser uno de los accionistas de referencia de Cleop, que como adelantó este diario ha vuelto a construir edificación residencial en Alicante, con un proyecto de la gestora de cooperativas PADI Gestión. Castellanos, consejero histórico de la constructora valenciana, controla cerca de un 5% del capital entre su participación directa y la que maneja su sociedad Agro Invest. Precisamente, la misma firma que posee el 70% del capital de Greene. Esta sociedad figura asimismo desde 2013 como presidenta del consejo de administración de la startup ilicitana, y representa también al financiero valenciano en el consejo de Cleop.
Como ha contado este diario, Greene Waste to Energy, dirigida por Juan José Hernández Samaniego, está ultimando una planta de gasificación de lodos para la isla de Creta. El gas obtenido se transformará en electricidad y calor mediante un proceso de cogeneración y permitirá importantes ahorros energéticos en la depuradora, ya que con él se producirá energía eléctrica suficiente para autoabastecer la operación y el mantenimiento de esta planta de tratamiento de aguas residuales. El proyecto cuenta con un presupuesto de 2 millones de euros y financiación europea.