Cristina Ghetti distorsiona la línea y el color en la galeria Salmaia de Altea

ALTEA. De entre todas las abstracciones que trajeron las vanguardias artísticas en el tránsito entre el siglo XIX y el XX, la relacionada con la geometría y las circunvoluciones entre figura y formas utilizando como elemento base las figuras simples, la línea, el punto, el cuadrado, el rectángulo y el triángulo, es la que tiene mayor aceptación entre el público no entendido, que acepta la investigación y la experimentación con estas percepciones que le son naturales como algo singular, pero no extraño, no distorsionado. La belleza matemática de la geometría es percibida por el ojo humano como una forma de conciencia subyacente, a la que se han ido añadiendo toneladas de sinergia, provocadas por el juego, un componente fundamental de la evolución humana, y la utilización de la abstracción geométrica por la publicidad, a lo largo del siglo XX, inspirada en Kandinsky, Mondrian o el alicantino Sempere.

El trabajo de la artista argentina afincada en València Cristina Ghetti (Buenos Aires, 1969) en la abstracción geométrica la ha llevado a ocupar un sitio importante dentro de los referentes actuales de esa tendencia en Latinoamérica. Su obra cubre tanto el campo de la pintura, el video y la performance, exponiendo regularmente en Ferias de Arte, mientras su trabajo se exhibe en Galerías que la representan en USA, Latinoamérica y Europa. Ha participado en exposiciones internacionales en museos como: Vertigo, MACBA Museo de Arte contemporáneo de Barcelona, Geometric Abstraction Since 1950, Museum of Contemporary Arts, Miami (USA), Mesotica. The America Non Representativa, Museo de Arte y Diseño de San José (Costa Rica), Geometric Abstraction in Latinoamerica, George Mason University, Washington (USA) y recientemente en Nuevas propuestas argentinas, en el Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura de San José (Costa Rica).

La galería alteana Salmaia inauguró la exposición de Ghetti OpJectes, dentro de las actividades de la III edición de la Nit de l’Art / Altea 2019, el pasado 1 de junio, en un evento

acompañado de la performance de danza contemporánea Pre Broken de la artista Juana Varela, una muestra que se podrá visitar hasta finales de septiembre.

Ocho piezas en las que Ghetti desarrolla su particular visión del Op Art, el arte óptico que juega con la percepción del espectador, distorsionando su concepción del espacio y la profundidad, creando ilusiones ópticas en las que el observador se ve impelido a participar activamente, ya que la mirada crea y modifica el objeto, mientras que el desplazamiento permite captar las diferentes combinaciones y repeticiones de las formas, las figuras y los patrones. En el caso de Ghetti, la tensión entre la unión de dos puntos, las líneas y vectores que producen un efecto cinético multiplicado por su utilización del color y el blanco y negro en clara sintonía con el Pop Art, colores vivos y planos en tres técnicas, acrílico sobre lienzo, sobre madera y aluminio sobre pared, en una ondulación cuasi audible, como una representación gráfica de los sonidos de un oscilador. Cristina Ghetti parece buscar, incluso encontrar, la manera de superar aquella frase lapidaria de Saint-Exupéry, “lo esencial es invisible a los ojos”, con su formulación de bandas paralelas policromáticas, o los degradados ondulares desde el núcleo oscuro hacia los exteriores de tonalidades cálidas, insinuando una propagación hacia el blanco, hacia el silencio, en gradientes vectoriales y también seccionales.

Parte del trabajo de Ghetti mantiene puntos de contacto con la octogenaria artista británica Bridget Riley, incorporando a la experimentación de esta en el Op Art, el cálculo de las secuencias y series de bandas paralelas o concéntricas utilizando el ordenador como herramienta básica para el cálculo, permitiendo que la máquina realice gran número de operaciones prefijadas con antelación en el programa correspondiente y en un espacio de tiempo muy breve, y consiguiendo, con ello, establecer puentes entre el arte geométrico tradicional, anterior a la aparición de la informática como herramienta, colaborando en el proceso de renovación de esta tendencia artística, presente en el arte occidental desde principios del siglo XX, con aquellos pioneros llamados Victor Vasarely, Yacob Agam, la propia Bridget Riley o Eusebio Sempere.