ELCHE. La década de los 80 y la Movida es una de las apuestas fuertes de cultura en Elche en estos primeros compases del 2018. Tras la proyección del interesantísimo documental de ‘De un Tiempo Libre a esta parte’ de Beatriz Alonso Aranzábal, integrante de Los Monaguillosh, que precisamente se centra los grupos más pequeños y no tan conocida de aquellos años, el sábado llega a La Llotja una de las figuras más relevantes de la época: Jaime Urrutia. Quien fuera líder y vocalista de Gabinete Caligari abrirá el ciclo musical en la ciudad que complementará hasta abril la exposición fotográfica de Miguel Trillo en el Museo de Arte Contemporáneo de Elche (MACE).
‘Al calor del amor en un bar’, ‘La culpa fue del Cha Cha Cha’, ‘Cuatro Rosas’ y por supuesto, ‘Camino Soria’ —uno de los mejores temas del pop español—. Es de esperar que estos y otros sean los temas más esperados en la cita del sábado con Urrutia, que también acompañará estos grandes éxitos con otras canciones de su época en solitario, no tan prolífica. Sin embargo, hay una parte de Gabinete Caligari que no se suele conocer, precisamente tapada por la larga sombra que proyectan esas canciones que ya forman parte de clásicos del pop contemporáneo español.
Hablamos de los Gabinete Caligari oscuros, cañís, forajidos; dispersos, que sólo duraron en su disco debut, Que Dios Reparta Suerte (3 Cipreses, 1983). Claramente contagiados por el espíritu de la época, dos años antes de que cerrara la sala Rock-Ola, hecho en el que para muchos muere la Nueva Ola, o la Movida, distintivo que se puso por la prensa y que no acabó de gustar mucho a sus protagonistas —algo similar a la denominación de La Ruta del Bakalao en Valencia—, se centran en atmósferas mucho más oscuras y anglosajonas. Bastante lejos de lo que harían después, mucho más pop.
Eran los Gabinete Caligari post-punk; del post-punk cuando se llamaba after-punk. Incluso con algún ramalazo psychobilly. Un debut en el que no todo es así, puesto que el pop estuvo también aquí, pero la otra rama se perdió de raíz ya en el siguiente trabajo. Un disco interesante en el que se dan cita ese post-punk de temas como ‘Héroes de la Unión Soviética’ o ‘Grado 33’ con otros de rock muy cañí como ‘Que Dios Reparta Suerte’ y sorprendentes ramalazos de psychobilly como ‘Un Día en Texas’. Algunas coordenadas sonoras totalmente olvidadas dentro del imaginario de Gabinete.
Aunque si hay una canción que define esta primeriza y única etapa oscura del grupo liderado por Jaime Urrutia, esa es ‘Olor a Carne Quemada’, tema que aparece en su primer single un año antes, en 1982. Una fantástica carta de presentación, con una historia verdaderamente siniestra atendiendo a la letra, referente al propio repaso vital del recluso al sentarse en la silla eléctrica. Una carta, sin embargo, que poco tendría que ver después con el grupo pop en el que se convirtió durante la década. Sin duda, la cara menos conocida de Gabinete Caligari, que vive tapada por los grandes singles. Por supuesto, uno de sus mejores temas.
O quizá el mejor.