ALICANTE. El alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, ha descartado este lunes la posibilidad de vincular el presupuesto de 2018 a una cuestión de confianza para forzar su aprobación, como sucedería si no se llega a presentar una moción de censura para desbancarlo en el plazo de un mes. Ha confiado en que la propuesta se apruebe en el pleno, si es posible esta vez, antes de que acabe el año, y ha recordado que ha sido elaborado a partir de las aportaciones de los tres socios que componen el tripartito. En esta línea, ha dicho que es un buen presupuesto, pero que si no se aprueba, se prorrogarán las cuentas de 2017 y cada grupo deberá hacerse responsable de su decisión. Para que el documento prospere debe reunir más votos a favor que en contra, como sucedió este año, tras la abstención de los dos ediles no adscritos, Fernando Sepulcre y Nerea Belmonte.
Sobre las relaciones en el equipo de Gobierno, ha confirmado que esta semana se producirán las primeras reuniones para tratar de avanzar en las prioridades de gestión en lo que queda de mandato, objetivos concretos y realizables. Respecto a la posición de Guanyar, ha recalcado que no habla de futuribles y que, en todo caso, "tiene la mano tendida".