Compromís no logra representación en la Cámara Baja por Castellón y dirige su cabreo hacia los socialistas por el resultado de unas elecciones en las que Podem aguanta el tipo
CASTELLÓ. Los resultados del 10N en Castellón -más allá de la victoria de un PSOE que consolida su hegemonía en la provincia aunque pierde casi 10.000 votantes, que ve cómo el PP recupera parte del terreno perdido en las últimas citas electorales (que sube en casi tres puntos más)- ha tenido en la debacle de Ciudadanos y en el auge de Vox dos de los aspectos más destacados, en justa correspondencia con lo que ha sucedido en el conjunto del país. Podem, por su parte, ha logrado aguantar el tipo y mantener el escaño que había logrado en el pasado mes de abril, pese a perder casi 5.000 sufragios. Mientras tanto, Més Compromis logra un discreto resultado en Castellón, que apenas alcanza el 7%, insuficiente para tener representación en Madrid.
Así, escrutado el cien por cien de los votos, se certifica la salida de la única representante castellonense de Ciudadanos (Cs) en el Congreso, Sandra Julià, y la llegada a la Cámara Baja del general Alberto Asarta, cabeza de lista de Vox, a quien le ha bastado el tirón nacional de la formación y el discurso generalista y patriótico de su partido para lograr el escaño.
Mientras los socialistas asimilaban los resultados con sabor agridulce al no haber logrado uno de sus grandes objetivos que se habían marcado en esta campaña -ansiaban ganar un diputado y situar a María del Carmen Aguilella como la tercera de sus representantes en el Congreso- el éxito de Vox también les aguó la fiesta.
El PP, por su parte, sin lograr el segundo escaño castellonense ha visto cómo se esfumaba el segundo diputado en el Congreso pese a incrementar en casi 7.000 el número de votantes y superar, de este modo, el profundo bache que han supuesto las últimas contiendas electorales. Así, el valldeuxense Óscar Clavell será el único representante del PP de Castellón en la Cámara Baja en en esta nueva legislatura.
Por otro lado, la derrota electoral de este domingo prácticamente ha tenido un solo color, el naranja. Ciudadanos Castellón no solo se queda sin representación, sino que ve cómo se les escapa 30.000 votos en apenas unos meses. Debacle sin paliativos que, aunque ha venido acompañada por la caída generalizada de la formación en toda España, vendrá acompañada de lecturas que dirigirán la responsabilidad en la número uno de la formación en la provincia, Sandra Julià, quien a nivel interno tendrá que responder a las críticas internas y ya fuera, como está, de las instituciones que hasta ahora la arroparon.
Así Ciudadanos, que apenas representa el 6,9% de los votos, solo aguanta en Benicàssim (donde, pese a su pobre balance, ha obtenido su mejor resultado, con casi el 9,2%). Por contra, en Moncofa -municipio de la candidata naranja- pasa a ser la quinta fuerza con apenas el 6,3%. Vinaròs o Torreblanca también caen, como lo hace en Vila-real, donde ha perdido más de un 10% hasta apenas representar el 7,7% del electorado. El descontento interno en Ciudadanos Castellón tras las elecciones abre un periodo de reflexión que pone en entredicho la continuidad de la que ha sido hasta ahora la número uno del partido en la provincia, tal como se apresuraron a señalar en la misma noche electoral fuentes del propio partido, que apuestan porque Julià se aparte de la dirección para emprender una nueva etapa "de recomposición interna".
La otra cara de la jornada estaba instalada en el hotel Mindoro de la capital castellonense, donde apenas unas pocas decenas de simpatizantes y militantes de Vox celebraron el éxito de meter a su cabeza de lista, el general Alberto Asarta, en el Congreso de los Diputados y alcanzar los 54.700 votos en la provincia, lo que representa el 18,64% de los escrutinios.
Especialmente crítico con el PSOE y la inoportunidad del 10N se mostraron los representantes de la coalición Més Compromís en Castellón, que dirigieron su enojo al mismo Pedro Sánchez, cuya decisión "ha servido para poner la alfombra roja a la extrema derecha", según señaló su número uno en la lista al Congreso, Marta Sorlí.
Finalmente, en Podem-EUPV dieron por bueno el resultado de este 10N, que le permite asegurar el escaño en el Congreso pese a perder unos 4.000 votos y quedarse en los 39.000. Marisa Saavedra, cabeza de cartel, mostró su confianza en que el nuevo reparto parlamentario que ha surgido de las elecciones pueda desembocar en una alianza de fuerzas y un gobierno de izquierdas.