CASTELLÓ. Hay mil formas de interpretar un festival. Hay mil formas de definir a un festival. Y hay mil formas de enfrentarse a estos recintos plagados de gigantescos conciertos. Pero lo que el Arenal quiere, ante todo, es que su público siempre aspire a ser un sounder y a vivir una experiencia sounder. [Qué importa el cartel, confiad porque os traeremos a los mejores]. De ahí que las entradas se agoten con tanta fugacidad meses antes de conocerse los artistas que completarán más tarde la fiesta. No es que los músicos sean un adorno, pero sí son una parte más de la importancia de llamarse sounder.
Ayer el festival de Borriana le recordaba a su público con una actuación, a cargo de David Rees y The Girl and the Piano, los cabezas de cartel que han tocado a lo largo de sus 10 años de andadura. Sacaron músculo y crearon un deseo que más tiene que ver con el futuro que con el presente. Un futuro, claro, de seguir apostando por el festival. En cápsulas de diez segundos, se recordaron temas de The Cranberries, Maldita Nerea, Iván Ferreiro, Bebe,Vetusta Morla, Supersubmarina, Calvin Harris, Scissor Sisters, Russian Red, Two Door Cinema Club, La Pegatina, Love of Lesbian, Kaiser Chiefs, The Kooks, Lori Meyers, Dorian, Steve Aoki, The Fratellis, Izal, Biffy Clyro, Bastille, Azealia Banks, Mika, Rudimental, Fangoria, Amaral, Carlos Sadness, Martin Garrix, Jess Glyne, Icona Pop o Bad Bunny, entre muchos otros. La gente, sus sounders, aplaudían con fervor en el final.
Por lo que hace a la propia jornada del viernes, fueron Rayden, Sofia Ellar y Zahara los primeros en acercarse con sus letras al festival. Las actuaciones contaron con mucho público, pero ya daban a entrever que la de ayer iba a ser una jornada más bien nocturna. Mucha gente permanecía durante horas en los campings del Arenal, porque no podían languidecer antes del concierto de uno de los dj más reconocidos de planeta, Martin Garrix. Y así fue: los shows fueron poco a poco in crescendo. Con Dorian- un clásico ya en el cartel- el bailoteo pop y el brilli brilli empezaba a sumar.
Pero fue tras ellos que se desató la 'locura'. No hay nada que nos guste más que una canción de una serie de televisión. Pignoise iban a llevar a sus fans hasta aquel 'Nada que perder', cabecera de Los hombres de Paco. Pero antes de interpretar este nostálgico tema, vendrían unos cuantos más que nos trasladarían al 2000. Paralelamente, en el Beach Club la fiesta iba con King Jedet. La estrella hacía esperar a sus fans durante veinte minutos mientras sus bailarinas salvaban la cita. Muchos se preguntaban incluso si este era su concierto, pero finalmente apareció sobre el escenario. Eso sí, Jedet alertaba a su público de que le podían "sangrar los oídos", pero iba a "intentar" que así no fuera. El artista recordó además sus años en el cámping de la Malvarrosa cuando visitó Borriana en 2014.
Después llevaba Olvido Gara, al frente de Fangoria para recordarnos que no hay frontera generacional entre sus canciones y las que interpretan los sounders. De hecho, tras ella, llegaba el otro tándem de su éxito: Mario Vaquerizo, acompañado de las Nancys Rubias. De un lado, los temas de la movida madrileña y del otro el "petardeo" pop que tanto le gusta al madrileño. Y tras ellos, la noche se completaría con un poco de talento valenciano, gracias a El Tio la Careta, en la Beach Club. Aunque el público continuaba abarrotando los principales recintos, para rendirse al reggeaton de la colombiana Annita. Y los que hasta las cinco de la madrugada aguantarán, sucumbirían ante el dj holandés, Martin Garrix, artífice de hits como 'In the name of the love', 'Scared to be lonely', 'No sleep' o 'Summer Days'.