CASTELLÓ. Los dirigentes del aeropuerto de Castellón no cesan en su afán por encontrar nuevas vías de negocio que conduzcan al recinto hacia la tan ansiada viabilidad económica. Y en este camino ya hace mucho tiempo que tratan de incidir en otros aspectos que completen al turismo. Esto tuvo un reflejo directo en el relevo a principios de este año del presidente de Aerocas, la empresa pública que gestiona la instalación, que pasó de depender de Francesc Colomer para hacerlo del conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España.
El relevo se produjo una vez se habían implantado los tres planes de posicionamiento de la infraestructura a nivel europeo, que han captado nueve rutas aéreas a lo largo de los últimos años. Tres de ellas debían comenzar a operar estos meses, algo que por el momento ha frustrado la crisis del coronavirus, que incluso ha obligado a variar el destino de una de estas conexiones.
En este contexto, el desguace de aviones y las academias de formación de pilotos se han convertido en los últimos años en un nicho de trabajo fundamental en las instalaciones de Benlloc y Vilanova d'Alcolea. Y ahora se va a dar un nuevo paso en este camino con la implantación de las actividades de estacionamiento y mantenimiento de aeronaves, algo que por cierto ha vivido un impulso en las últimas semanas debido precisamente al paro de las aerolíneas a raíz del Covid-19.
Salvando las distancias, grandísimas, este camino es similar al que concibió, desde su nacimiento, el aeropuerto de Teruel, que alberga la plataforma de estacionamiento de aviones más grande de Europa -con 1,2 millones de metros cuadrados- y una extensión total, incluida la pista y demás elementos del recinto, de 3,4 millones. A años luz de estas cifras, el aeródromo castellonense, que ha ido ampliando de forma modesta su plataforma de estacionamiento desde los 68.000 m2 iniciales, acaba de anunciar la inversión de 2,4 millones para habilitar unos nuevos 28.000 m2.
Estas nuevas instalaciones las copará, casi en su totalidad, la empresa canaria Brok-air, dedicada fundamentalmente al mantenimiento aeronáutico y que a su vez también acometerá diferentes inversiones, fundamentalmente un hangar para reparar aviones, según anunció este martes el president de la Generalitat, Ximo Puig. Eso sí, la solicitud de Brok-air, planteada para un periodo de 15 años, todavía debe superar la fase de exposición pública, tal y como detalló el jefe del Consell.
La inversión podría servir de acicate para el desarrollo de la Zona de Actividades Complementarias, un proyecto cuya redacción adjudicó Aerocas en octubre de 2018 y que tenía un plazo de ejecución de dos años, por lo que este mismo año tendría que definir el desarrollo de unas 200 hectáreas de suelo ubicadas junto al recinto aeroportuario castellonense.