CASTELLÓ. El anuncio del tijeretazo de 10.000 empleos en BP Oil (el 15% de su plantilla mundial) llega a la refinería de Castelló justo cuando esta empieza a retomar las rutinas habituales previas a la crisis sanitaria del coronavirus. Después de que durante el confinamiento las tareas de mantenimiento hayan quedado reducidas a las actividades esenciales para su funcionamiento, según señalan fuentes internas, en los últimos días la planta ha comenzado a recuperar, de forma paulatina, los trabajos de obra civil, "que habían quedado paralizados", reconocen las fuentes.
Las diferentes empresas contratistas que realizan labores de mantenimiento y mejoras en la refinería del polígono del Serrallo "están volviendo desde hace una semana" a la planta, apuntan las fuentes, después de que a mediados de marzo, coincidiendo con el decreto del estado de alarma, su actividad se viese reducida al mínimo.
Y lo hacen también con la incertidumbre de cómo les puede afectar la noticia, que ya ha despertado las dudas entre el medio millar de trabajadores de la multinacional petroquímica en Castelló.
Por el momento no se conoce cómo puede afectar en España el anuncio público del consejero delegado de BP Oil, Bernard Looney, y sus empleados del polígono del Serrallo tienen la esperanza de que el ajuste pase de largo, toda vez que la plantilla "está ajustada", afirman las fuentes. "Llevamos años pidiendo que contraten a más gente", apuntan para argumentar que el tijeretazo no debería tener repercusión en la planta del Grau de Castelló.
Pero lo cierto es que el gigante petrolero todavía no ha concretado cómo se plasmarán estos despidos, que prevé materializar "antes de que acabe el año", según dijo Looney.
En este sentido, la declaración pública de Looney es la constatación de lo que la compañía lleva haciendo ya "dos meses": una reestructuración global para reducir su dependencia del petróleo, tal y como reconocen las fuentes. Algo que el propio director de la refinería castellonense, Francisco Quintana, ha transmitido de forma interna y que la pandemia sanitaria no ha frenado, sino más bien al contrario.