ALICANTE. Ahora sí. El PSPV-PSOE ya tiene candidato a la Alcaldía en Alicante. Su nombre: Paco Sanguino. El dramaturgo y director del Teatro Principal será finalmente el cabeza de cartel de los socialistas en la segunda ciudad de la Comunitat, tras un proceloso recorrido en el que se ha tanteado a varios posibles alcaldables alternativos, y en el que, incluso, se ha llegado a suspender una primera convocatoria de primarias por el clima de enfrentamiento entre los aspirantes.
Todas esas vicisitudes, incluidas las denuncias sobre falta de garantías para que se produjese una votación limpia señaladas el pasado martes, quedan definitivamente atrás en el camino, tras la jornada desarrollada entre las 10:00 y las 20:00 horas de este domingo. Pasadas las 20:45 horas, el recuento estaba claro: Sanguino, el aspirante oficialista patrocinado y arropado por la dirección regional y local, se había impuesto a sus dos contrincantes, José Asensi y Eva Montesinos, con el 54,23% de los votos: es decir, había superado el listón del 50% y, por tanto, no había necesidad de que los militantes tuviesen que volver a pronunciarse en una segunda vuelta.
En realidad, ese era el escenario en el que confiaban los equipos de Asensi y Montesinos: llegar a una segunda votación en la que, probablemente, podrían alcanzar un pacto para sumar sus votos. Sus percepciones sobre la evolución de la campaña, lo auguraban. Sin embargo, al conocer el escrutinio, ambos asumieron el resultado, felicitaron a Sanguino y se comprometieron a trabajar para que el partido pueda recuperar la Alcaldía tras las municipales del próximo 26 de mayo. Fuentes de las tres candidaturas coincidieron, además, en que la votación se produjo con normalidad democrática, sin incidencias reseñables, por lo que el alcaldable electo será proclamado oficialmente este jueves sin más debate ni posibles recursos.
Ahora bien, pese a que la victoria de Sanguino es incontestable, no es menos cierto que el análisis del resultado refleja desgaste para el bloque mayoritario de la agrupación que controla la ejecutiva local: el sector alineado en torno al exsenador Ángel Franco. La consulta a la militancia se saldó con 750 votos de un censo de 995 afiliados, con lo que el índice de participación fue elevado: del 74,5%. Sanguino recogió 403 papeletas; Asensi, 190 y Montesinos, 148. Además, hubo seis votos en blanco y uno nulo. Conclusión: el candidato sostenido por el aparato (léase en este caso cúpula local y también regional) superó a los dos bloques en los que se había dividido su oposición interna por solo 65 votos de diferencia: 403 frente a 338 votos (Asensi+Montesinos). O lo que es lo mismo, el sector mayoritario que llegó a aglutinar al 80% de la agrupación en los momentos en los que tocaba renovar la ejecutiva local ahora se resiente y pierde apoyos.
El 45% de los militantes votó por una opción distinta a la apoyada por la dirección local y regional
¿Qué consecuencias puede tener esa circunstancia en el futuro? No hará falta esperar demasiado tiempo para comprobarlo: la asamblea en la que se debe elegir al resto de componentes de la candidatura local podría celebrarse este próximo fin de semana. O, como muy tarde, puede que el siguiente. Se trata de un segundo proceso de votación en el que la militancia debe mostrar su respaldo a los compañeros dispuestos a formar parte de la lista. En principio, se espera que la propia ejecutiva local pueda plantear su propia propuesta con una relación de nombres concreta. Pero, en esta ocasión, la fórmula establecida es la de listas abiertas, lo que permite que cualquier afiliado pueda postularse para formar parte de la papeleta electoral y exponerse al voto del conjunto de la agrupación.
Con esos mimbres, si lo que se pretende es evitar una confrontación, lo lógico sería que el candidato electo y la ejecutiva traten de presentar una lista de consenso, negociada previamente, en la que se podría favorecer la integración de componentes de todos los sectores. Entre ellos, el sector sanchista agrupado en torno a Asensi y a los partidarios de Montesinos. En caso contrario, podría reproducirse un nuevo pulso con un resultado más abierto de lo que podría esperarse hace menos de un año, ya que, con listas abiertas, cada militante podrá votar por separado al aspirante que prefiera. Y, tras la jornada de este domingo, se pudo ver que un 45% del censo votó distinto de lo que promovía la ejecutiva. Después, eso sí, el candidato tendrá a su alcance la posibilidad de aplicar un coeficiente corrector y plantear cambios en la configuración de la lista una vez votada.