CASTELLÓ. El sector azulejero está "preocupado" por la ley de cambio climático y transición energética de la Generalitat Valenciana. De hecho, "a medio y largo plazo lo que más nos preocupa es el cambio profundo de paradigma" que puede suponer esta norma, unida a la estatal, reconoce el presidente de la patronal Ascer, Vicente Nomdedeu.
Así lo trasladaron este miércoles los dirigentes de la asociación empresarial al president de la Generalitat, Ximo Puig, en una reunión solicitada por aquellos y en la que participaron, además de Nomdedeu, el secretario general de Ascer, Alberto Echevarria, y la responsable de Medio Ambiente y Asuntos Industriales, Victoria Zaera, lo que apunta claramente el motivo de la reunión.
Y es que las restricciones de la Unión Europea en cuanto a emisiones, que deben quedar reflejadas en las leyes estatal y autonómica, son ya un quebradero de cabeza para la industria azulejera, que no cesa de buscar alternativas para cumplir la normativa y minimizar estos costes. El propio Nomdedeu reconoció tras la cita en la delegación del Consell en Castellón que, de lo que se trata, es de "no quedarse sin negocio". Así, aunque "todos sabemos que tenemos que ir hacia una transición ambiental", el cambio debe permitir "que la actividad económica continúe" en un sector "que tiene vías profundas de sostenibilidad".
El propio Puig indicó, tras la reunión con Ascer, que existe un "conflicto" entre la Administración y los empresarios azulejeros acerca del borrador de ley que actualmente está "discutiéndose". Lo hizo al apostar por "el diálogo para superar el conflicto" y destacar que él es partidario "de una transición colaborativa" que tenga en cuenta los criterios industriales. Todo un recado a sus socios de gobierno, que tramitan, a través de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, la nueva norma.
En este sentido, Puig aboga por "colaborar con Ascer para conseguir el posicionamiento de nuestra industria en el marco legislativo europeo" en una sostenibilidad que tenga en cuenta los criterios ambientales, pero también el mantenimiento "del empleo y de una economía que garantice el estado del bienestar". En cuanto a los puntos más conflictivos, desde la patronal azulejera no han querido señalar cuáles son.
La otra pata de la reunión fue la firma, anunciada para "finales de julio o principios de agosto" del convenio entre Ascer y la Generalitat que ya ha sido anunciado en repetidas ocasiones, la última para noviembre del año pasado. El documento, adaptado a la nueva realidad postcovid, contará con una dotación económica del Consell -que Puig no quiso detallar- para materializar el plan de marketing que Ascer ha elaborado con el fin de suplir la ausencia de ferias, de las que ya se han cancelado dos de las más importantes, Coverings y Cersaie. Y es que Nomdedeu apuntó que la industria italiana "sí tiene ese tipo de ayudas desde la Administración".
Asimismo, el convenio también incluirá "un mayor espacio" del plan de rehabilitación de vivienda de la Generalitat, adelantó Puig. El objetivo es que este documento esté en vigor "durante el otoño y el invierno", dijo, con el fin de ayudar a la reactivación.
Esa será una época clave para el sector, sobre todo en su deseo de que no haya rebrotes del virus a nivel mundial, lo que podría permitir a la industria cerámica, actualmente sumida en la incertidumbre, acabar con una recuperación de la actividad casi total e iniciar 2021 en una situación "prácticamente igual a antes del covid", según sus previsiones.
