ALICANTE. "No espere usted que la sociedad Proyectos Temáticos tenga beneficios, porque está diseñada como una central de gastos. Espere una gestión correcta, y una contención en las pérdidas". Antonio Rodes, director general de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) replicaba así, durante la Comisión de Hacienda de Les Corts, a la crítica del diputado popular Rubén Ibáñez por haber pasado del beneficio de 2015 a las pérdidas de 2016. Un beneficio que, además, según explicó Rodes, se debió a la recuperación de las dotaciones en la sociedad Aerocas (el aeropuerto de Castellón), al pasar de poseer el 99% del capital a solo el 40%.
Lo cierto es que, en sus veinte años de trayectoria, la SPTCV ha sido un pozo sin fondo. Por su propia estructura (no tiene apenas capacidad de generar ingresos y está diseñada para sostener financieramente grandes eventos e infraestructuras culturales), el Consell, único accionista, ha tenido que dotarla una y otra vez de fondos, bien con aportaciones o bien con ampliaciones de capital (y sus consiguientes reducciones para reequilibrar el patrimonio). La última, hace quince días, cuando deterioró su balance por valor de 186 millones de euros para adaptar el activo a la auténtica situación patrimonial de la sociedad, y a continuación inyectó 191 con la asunción de la deuda financiera y comercial, tal como contó Valencia Plaza.
Más allá del traumático saneamiento del balance que ha tenido que acometer la SPTCV para que el auditor pudiese al fin emitir opinión sobre las cuentas, ocho años después, el Consell ha destinado durante las dos décadas de existencia de la sociedad un total de 1.201 millones de euros a mantenerla, según desveló Rodes en su comparecencia. El dato se refiere al periodo que finaliza el 31 de diciembre de 2015. De esos 1.201 millones, 576 sirvieron para constituir el inmovilizado de la sociedad (el mismo que ahora vale mucho menos, según el deterioro aplicado), mientras que 655 se fueron en sufragar el coste de las operaciones de la sociedad. Es decir, el 52% de esos recursos fueron directamente a lo que Rodes identificó con "pérdidas".
Lo que es aún peor: tras el deterioro, el activo de la SPTCV está valorado ahora mismo en 214 millones de euros. Es decir, en estos veinte años la sociedad ha "volatilizado" 987 millones de euros. "Asumida la ruina financiera", argumentó Rodes, el problema radica en que "es difícil encontrar el beneficio social" de ese dispendio. Del gasto total, la Ciudad de la Luz supuso 398 millones, Terra Mítica otros 255 millones, y el aeropuerto de Castellón, 77. A estos hay que añadir 72 millones por la Fórmula 1, 54 por el Auditorio de Torrevieja, 50 por la salida de la Volvo Ocean Race, 19 por el centro cultural sin terminar de Benidorm, 6,7 millones por el torneo de golf de Castellón y otra cantidad idéntica por el Open de Tenis de València.
El mejor ejemplo de que la sociedad era un pozo sin fondo, a juicio de Rodes, lo dio el anterior Consell cuando decidió liquidarla, en medio de una reestructuración del sector público empresarial para ajustar sus costes. Una solución que, según el director general, era "un big bang de derechos, obligaciones y pleitos que se repartían entre otros departamentos de la Generalitat". Por ello, y porque consideraba que podía ser útil para contribuir al cambio de modelo económico que propugna, el Consell del Botànic decidió revertir el proceso de liquidación y sanear tanto su estructura como su situación financiera.
Así, la estrategia de futuro de SPTCV se centra en desinvertir para autofinanciarse (la subasta de las parcelas de Terra Mítica, que ya han comenzado a adjudicarse a los mejores postores), cobrar las deudas pendientes por cánones y la venta del parque temático de Benidorm (10 millones), y reactivar proyectos como el del centro cultural o el auditorio de Torrevieja, que estaba terminado pero sin programación. "Vamos a asumir proyectos financieramente razonables y rentables socialmente", defendió Rodes, "para alinearnos con el cambio de modelo económico". En este sentido, el mejor exponente es el Distrito Digital que impulsa la SPTCV en Alicante, y del que el viernes se publicó la primera orden de incentivos (40.000 euros a cada empresa de base tecnológica que se establezca en la capital alicantina y contrate un mínimo de tres personas).
Por otro lado, Rodes se felicitó por el hecho de que las dos subastas de Ciudad de la Luz quedasen desiertas, lo que permitió al Consell negociar con Bruselas la 'dación en pago' (devolución de los activos a la Generalitat) que está en marcha con el proceso de traspaso a la SPTCV y posterior liquidación, cuyo proyecto está en fase de exposición en el Registro Mercantil. "Ahora tenemos un activo inmobiliario cuyo futuro podemos decidir, en lugar de un saldo, y supondrá un importante impulso económico para Alicante".
En este sentido, Rodes avanzó que la SPTCV ha remitido ya al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) su propuesta para compensar a los afectados por las expropiaciones del suelo para construir los estudios de cine, que fueron anuladas por el Tribunal Supremo. Proyectos Temáticos ha remitido al TSJ el informe de un estudio de arquitectos de València que ha valorado el suelo no afectado por la Ciudad de la Luz (donde se ha construido, se asume que no hay devolución posible de la parcela). A partir de esa valoración, se propone una equidistribución entre los afectados para compensar económicamente la pérdida de sus propiedades.