CASTELLÓ. No son pocas las diferencias que hay entre las viviendas del norte y del sur de Europa. ¿Se imaginan una sauna dentro de una casa de Andalucía como sí hacen en Noruega o en Suecia? Tampoco fuera de nuestras fronteras es fácil encontrar hogares con persianas o incluso con lavadoras. Fuera de España es bastante común que las personas laven su ropa en lavanderías compartidas ubicadas en los mismos edificios o en tiendas especializadas en este servicio. Las diferencias climatológicas y culturales entre unas zonas y otras no se pueden obviar, porque todas estas premisas influyen en el diseño de una ciudad.
Es pues a partir de este planteamiento que nace Happen (Holistic AProach and Plataform for the deep renovation of the Med residential built ENvironment), una plataforma europea centrada en estudiar las peculiaridades de los edificios alzados, en este caso, en países mediterráneos. En concreto, el proyecto trata de analizar su eficiencia energética para poder rehabilitarlos y diseñar unas mejores viviendas. Para ello, Happen tiene activados, en la actualidad, nueve sitios pilotos repartidos en siete países: Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia y España. Pues de entre todas las ciudades, ha sido Castelló la escogida para desarrollar el proyecto de rehabilitación sostenible de nuestro país.
Construido en 1979, el punto de partida es un edificio de 36 viviendas sociales, ubicado en la calle Santa Cruz de Tenerife y que "luce" en la actualidad completamente destrozado. De hecho, su urgente rehabilitación ya estaba siendo promovida por la Entidad de Vivienda y suelo de la Comunitat Valenciana y el estudio valenciano ARG Arquitectos, aunque ahora también está siendo formulada por el Instituto Valenciano de la Edificación (IVE) y la Universidad de Sevilla. Ambas instituciones buscan conseguir en él ahorros energéticos de hasta un 60%.
Para lograrlo, se mejorará, por ejemplo, el aislamiento de las cubiertas, empleando para su acabado materiales cerámicos de color claro que ayuden a disminuir el efecto isla de calor. También se procurará que las instalaciones sean lo más eficientes posibles y se colocarán placas solares para alimentar la iluminación de las zonas comunes o de los mismos ascensores.
Un modelo de vivienda post-covid
Con todo, el futuro tras la covid-19 aún está por construir y las viviendas también tienen mucho que decir. No era lo habitual: pasar muchas horas en casa era algo que quedaba reservado, si no había otro plan, para los domingos por la tarde, por haberse declarado -casi oficialmente- como el día de "sofá y manta". Durante el resto de la semana, pasar más de diez minutos en el salón o incluso en el balcón, era algo casi anecdotario. Pero de golpe una pandemia mundial nos obliga a encerrarnos en nuestros hogares, a reencontrarnos con un espacio que parecía familiar y no lo era tanto. Es entonces, en este periodo de dos/tres meses, cuando la gente empieza a darse cuenta de las carencias que había a su alrededor. Una ausencia de elementos que, en algunos de los casos, ha avivado la sensación de ansiedad o de intranquilidad.
Un cambio de necesidades que ahora las nuevas viviendas tendrán de afrontar. "No podíamos obviar la experiencia que ha traído el confinamiento, por eso añadiremos a la rehabilitación un modelo de casa post-covid, introduciendo todo lo que la gente ha estado pidiendo en estos días, como tener terraza o balcón. Y así, si por una desgracia nos toca volver a encerrarnos, pues al menos ya existirá ese espacio", señala José Zapater, de ARG Arquitectos.
Pero, además de conseguir espacios al aire libre, el modelo de vivienda post-covid se entiende como un hogar que permite su adaptación a posibles cambios de uso, como puede ser habilitar un salón como zona de teletrabajo o crear incluso nuevos espacios dedicados directamente a ello. También, según una encuesta realizada por el IVE, a más de un 20% de personas les gustaría integrar la cocina dentro del comedor para generar un espacio más grande. Esta organización, tal y como explica el estudio valenciano, "permite disfrutar de una casa no tan compartimentada como las habituales o destinar parte del espacio a una zona para el teletrabajo con luz natural integrada en el resto de la vivienda". Por otro lado, el 45% de los encuestados demanda un mejor aislamiento acústico y térmico.
Así mismo, todas las viviendas de la calle Santa Cruz de Tenerife incluirán en su entrada una especie de vestíbulo para que antes de acceder al resto del hogar las personas pueden desinfectarse, dejar los zapatos o los juguetes de los niños. "Es un paso intermedio antes de entrar en tu casa", apunta Zapater. Del mismo modo, también la cubierta del edificio se convertirá en una zona común donde la gente pueda subir. "Aunque tenga que ser por turnos, queremos convertirlos en un sitio lúdico y con zonas verdes, donde puedas estar con la familia un rato", añade el técnico.
El estudio, que ha añadido todos estos cambios tras el encierro, se mantiene a la espera de que el Ayuntamiento de Castelló les conceda la licencia con las últimas modificaciones para poder finalizar el proyecto y empezar en breve con las obras.