CASTELLÓ. Los peores temores de Urbanización Golf Sant Gregori han acabado cumpliéndose. Tras apenas unos días en que la compañía ha podido llevar a cabo los trabajos de derribo de las construcciones existentes en los 2,5 millones de metros cuadrados del mayor PAI aprobado de la Comunitat Valenciana, la firma ha tenido que interrumpir estas labores.
El motivo no es otro que la gran cantidad de casas de campo que cuentan con vecinos empadronados. Ante esta problemática, y después de que los operarios encargados de las demoliciones hayan constatado cómo algunos de los habitantes de estas viviendas salían a enfrentarse con ellos, la urbanizadora solo retomará estas labores cuando le acompañe la Policía Local, destacan fuentes de la firma.
Y esto no se producirá hasta después de estas fiestas. "Hasta el 7 de enero seguro que no se retoman los trabajos", apuntan las fuentes. Por el momento, se ha procedido al derribo de medio centenar de construcciones hasta que se ha constatado que la mayor parte del resto albergan vecinos que habitan allí de forma irregular.
Ante la problemática que esto genera para la compañía, y debido a las dudas al respecto que tienen sobre la actuación de algunos técnicos municipales, la firma ha presentado un escrito al registro del consistorio en que solicita que se deje de empadronar a ciudadanos llegados de fuera en las casas ubicadas en el PAI.
Todo, mientras se está a la espera de que el Ayuntamiento dé el visto bueno al modificado del proyecto, lo que abrirá la vía para licitar las obras de urbanización. Si la aprobación llega a lo largo del próximo mes de enero, las actuaciones constructivas podrían comenzar en marzo o abril, según explicó esta semana la firma en una reunión con los propietarios.