ALICANTE. El sector textil es el segundo más contaminante del mundo tras el petroquímico, por el uso de los tintes y por la cantidad de residuos que genera. Precisamente, la industria textil Hilaturas Ferre S.A. (Hifesa), de la localidad alicantina de Banyeres de Mariola, se distingue por todo lo contrario: desde 1947 se dedica a "reciclar" tejidos para convertirlos en nuevas fibras, y con un sistema que hace innecesario el tintado del hilo.
La firma creda por los hermanos Ferre Belda está nominada a los premios Triodos Bank, que buscan reconocer la labor y el impacto social positivo de las empresas y organizaciones que financia el banco. Hilaturas Ferre es una de las seis finalistas en esta tercera edición, cuyo periodo de votación permanece abierto al público hasta el 23 de diciembre.
El director general de Hifesa, Alfredo Ferre, explica que aunque las fibras con las que trabajan son de distinto origen, la más habitual (con la que empezó la empresa hace 70 años) es el algodón reciclado. "Trabajamos tanto con recortes de confección (el sobrante) como con prenda usada", explica, "el porcentaje de fibra de prenda usada respecto a la industrial es cada vez más alto".
La especialización de Hifesa, su valor añadido, surgió por necesidad. "En 1947, cuando se fundó la empresa, había mucha escasez de tejidos por las guerras", rememora Ferre, "y era muy habitual fabricar con segundas fibras". Acceder al algodón era complicado, y fabricar con productos reciclados se instaló como cultura en la zona. Pero en aquel momento las aplicaciones del producto resultante eran muy limitadas. "Por ejemplo, las fregonas".
Con el paso de los años y la incorporación de avances tecnológicos, el reciclado de fibras se convirtió en el valor añadido de la firma. "La necesidad es la madre de la innovación", asegura el director general. "A partir de los 80, nos acogimos a un plan de reindustrialización para relanzar la empresa, y pusimos en el mercado un producto muy competitivo, porque no hay que teñir la prenda". Es decir, se reduce el impacto medioambiental, pero también el coste del producto final, porque se suprime un paso del proceso.
Más allá de la ventaja competitiva, Ferre se cree lo que hacen. "El textil es el segundo sector más contaminante, y con la fast fashion o pronto-moda ha disparado su impacto, a mayor producción más contaminación", explica. "Hay que establecer una agenda ambiciosa de cambio hacia un modelo más sostenible". En su caso, se reduce el consumo de agua al no tener que cultivar algodón, el reciclado se lleva a cabo en una planta con instalación solar que ahorra electricidad, y no emiten CO2. "Los productos químicos desaparecen de la producción, porque no necesitas ni fertilizantes ni tintes".
El producto de la firma, en la que trabajan 135 personas para fabricar 6 millones de kilos de hilo al año (4,5 de algodón reciclado), se puede encontrar en calcetines deportivos, camisetas de yoga, leggins, sudaderas, tapicerías, cortinas... y en otras prendas con 'mensaje'. Ferre se muestra especialmente orgulloso cuando relata que su fábrica ha convertido lo que eran uniformes militares del Ejército holandés en mantas destinadas a los refugiados que llegan a Europa. El proyecto se canalizó a través de la ONG Ejército de Salvación. "Es un caso muy significativo de economía circular", dice el directivo, "y además se suministraron las mantas a precio de coste, con lo que también había una función social".
Hilaturas Ferre distribuye su producción a través de tres marcas: Hifesa, Frescure y Recover. En este último caso, se incluye un producto que el director general de la firma de Banyeres de Mariola considera fundamental: el PCT o "Pre-Post Consumer Textail", hilo que se fabrica a partir de tejanos. Los tejidos les llegan a través de GStar, se reciclan y se sacan bajo la marca Recover PCT.
El periodo de votaciones para los Premios Triodos Empresas está abierto hasta el 23 de diciembre. Cualquiera puede votar por uno de los seis finalistas, aunque no sea cliente del banco, en la página web de la entidad, donde se muestran los vídeos con las historias de los seis finalistas. El proyecto más votado obtendrá un premio único de 10.000 euros para continuar con su actividad sostenible. La entrega de premios será el 26 de enero en la Casa del Lector del centro cultural Matadero de Madrid.