CASTELLÓN. Promover el uso de la cerámica frente a otros productos como los vinilos, impulsar la I+D+i a través del ITC y la búsqueda de nuevos materiales, multiplicar las acciones de promoción del azulejo en distintos mercados tanto nacionales como internacionales, reactivar la Formación Profesional y la educación dual -que no acaba de cuajar en este sector- o fijar un firme apoyo institucional para resolver el contencioso surgido a raíz de la denuncia por un supuesto dumping por parte de los países del Golfo Pérsico, componen solo una parte del portfolio sobre el que se está trabajando de cara a cerrar un acuerdo entre la Generalitat y la industria cerámica, y que este pasado jueves avanzó el president Ximo Puig en su comparecencia ante los medios con motivo de la celebración del año nuevo.
La situación de desaceleración en esta industria, con 16.000 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos solo en la provincia de Castellón, comienza a preocupar a la Administración autonómica, mientras que, desde el sector, se mira de reojo a la inestabilidad que pudiera derivarse de un año eminentemente electoral y con asuntos de "primera necesidad" para el sector sin resolverse, como es la formación, los sobrecostes energéticos, la fiscalidad o el exceso burocrático que suele acompañar el desarrollo de la actividad empresarial.
En este contexto, dos consellerias han tomado las riendas de la situación, Educación y Economía, sobre las que pivotan la responsabilidad de dar respuesta a las demandas del clúster cerámico. Y son consellerias, hoy, íntimamente ligadas a la formación Compromís -socios de gobierno del PSPV- que, más allá de los anuncios de Presidencia, han venido trabajando y concretando medidas como las de multiplicar por diez las ayudas a la promoción del azulejo hasta llegar a los 200.000 euros o el impulso a los institutos tecnológicos, con el ITC como entidad de referencia para el sector.
Sin embargo, desde la industria se entiende que poco o muy poco se ha avanzado desde que a mediados de esta legislatura -con el rápido resurgir tras los peores años de la crisis- se advirtiera de las carencias que viene dándose en materia de Formación Profesional y en sectores claves para la economía como es la cerámica, determinante para mantener una de las balanzas comerciales más positivas de todo el territorio español, con ventas anuales de más de 3.600 millones al año solo en lo que concierne a baldosas cerámicas.
En el acuerdo que hoy solo se postula se establece también la intención de combatir el avance internacional de materiales como el vinilo y el material plástico, elementos procedentes de combustibles fósiles, y hacerlo frente al azulejo, un material inerte y reciclable con propiedades de durabilidad y sostenible con el medio ambiente.
Finalmente, preocupan también algunos de los aspectos derivados del nuevo contencioso sobre presunto dumping que ha saltado al tablero internacional. Aunque desde el sector se confía en salir indemne de este nuevo proceso, como así ha sucedido en todos y cada uno de los que han sido objeto en los últimos años, los trabajos han llevado al sector a establecer recientes reuniones tanto en Madrid como en València, donde fijar criterios de contenidos técnicos con los que formalizar un argumentario que permita la mejor defensa del sector.
Y fue en este contexto en el que se desarrolló la última reunión del presidente de la Generalitat con los miembros de la ejecutiva de Ascer, encabezada por su presidente, Vicente Nomdedeu. Puig señaló su intención de que, antes de Cevisama -a celebrar en Feria Valencia a finales de este mes- se pudiera formalizar un acuerdo que vendrá determinado por estas premisas y en el contexto de una Mesa de la Cerámica que, a día de hoy, ni está convocada.