ALICANTE. La Fundación CAM, heredera de la Obra Social de la antigua caja alicantina que se segregó del negocio bancario (hoy integrado en el Banco Sabadell), ha superado este miércoles uno de los principales escollos contemplados en su plan estratégico, aprobado hace seis meses para dotar de viabilidad a la entidad. Según han confirmado fuentes de la fundación, los sindicatos han dado su visto bueno y firmado la propuesta de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteada para reducir la masa salarial, tras reducir el número de afectados y mejorar las condiciones.
De esta manera, según han confirmado las mismas fuentes, se despeja la vía para comenzar a rentabilizar parte del ingente patrimonio inmobiliario que atesora la fundación, bien mediante la venta de algunos activos (si llega una oferta interesante), bien con alquileres. En este sentido, los puestos de trabajo amortizados permitirán a su vez cerrar algunas de las sedes donde se prestaba ese trabajo, y "dinamizar el patrimonio inmobiliario", según estas fuentes. "No puedes cerrar un centro si hay empleados". Entre los edificios que se han quedado vacíos destacan el centro Camon de Madrid, el de educación ambiental en Buñol, o el edificio de Arzobispo Loaces que ya está alquilado, a la empresa especializada en servicios turísticos Esatur.
Otro ahorro importante se ha conseguido con el acuerdo con el IVAM para reabrir el Centro de Arte Moderno de Alcoy (CADA) como sede del museo valenciano en la provincia, dado que el mantenimiento corre ahora por cuenta de la Generalitat. "Nosotros solo pagamos el coste de nuestras exposiciones", explican las citadas fuentes. Una vez superado el trago del ERE, que afectará a un tercio de la plantilla (16 empleados sobre medio centenar), el siguiente paso del plan estratégico es crear un nuevo organigrama y diseñar un equipo de gestión proactiva del patrimonio, no solo el inmobiliario. Así, se ofrecerá el alquiler de espacios, el montaje de exposiciones con fondos propios o la apertura de un centro documental y de investigación para generar ingresos. Otro activo que puede generar caja es el aula de cultura de Elche, por la que se ha interesado la UMH, en este caso para la compra, como ha contado este diario.
En cuanto a las condiciones del ERE que ha merecido el respaldo de los sindicatos, contempla 16 salidas, seis menos de las planteadas inicialmente. Los afectados suman un tercio de la plantilla, ya que aunque la Fundación solo paga directamente el sueldo de unas 40 personas, en realidad emplea a medio centenar (el resto están en centros concertados y no computan como masa salarial, pero sí como plantilla). Precisamente, el número de empleados de la plantilla y el hecho de operar en distintas provincias ha obligado a dirimir el asunto en el Ministerio de Trabajo, en lugar de hacerlo ante la Generalitat, lo que ha dificultado la tramitación. El acuerdo de todos los sindicatos garantiza que no habrá litigiosidad, ya que de recurrir alguno de ellos, el asunto habría terminado en la Audiencia Nacional, como el ERE de la extinta RTVV.
El ERE contempla tanto prejubilaciones como despidos, según han explicado estas fuentes. Para los empleados mayores de 59 años, se garantiza el cobro del 70% de su salario hasta que cumplan los 63 años, cuando podrán acceder a la jubilación. A aquellos que ya están próximos a esta edad se les ofrece la alternativa de acogerse a una indemnización de 20 días por año trabajado, si esta opción les beneficia. Para el resto de empleados, el acuerdo fija una indemnización de 35 días por año trabajado (con un tope de 24 mensualidades). Asimismo, incluye un plan de recolocaciones y crear una bolsa de trabajo para que los afectados tengan prioridad en el caso de que la Fundación necesite ampliar plantilla en el futuro.