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su creador abandona el negocio por la baja rentabilidad y el intrusismo

La cerveza artesana decana de la provincia dice adiós: Spigha cierra tras una década

10/06/2020 - 

ALICANTE. En los últimos tiempos han proliferado, también en la provincia de Alicante, multitud de cervezas artesanas al calor de una moda que también han sabido aprovechar las grandes marcas con sus propias propuestas. Pero hace casi una década, cuando la provincia no tenía ningún representante en el sector, fue un proyecto pionero en Alcoy el que abrió el camino a los demás: la cerveza Spigha.

Ahora, casi diez años después, la firma establecida en el polígono de Cotes Baixes de la ciudad de los puentes ha decidido decir adiós. Su fundador, Toni Alós (que puso en marcha el proceso junto a Pau Aznar, quien había comenzado a elaborarla en su casa), anunciaba el cierre de Spigha este lunes por la noche en las redes sociales, un adiós que es definitivo y que ha sorprendido a muchos aficianados a esta cerveza.

La cerveza artesana alcoyana, pionera en su sector, salió al mercado en 2011, con la materia prima de calidad y un proceso completamente natural como señas. Pero también con la filosofía de defender el consumo de kilómetro cero, la apuesta por la proximidad. Una filosofía que sus impulsores han mantenido hasta el final, pese a que Spigha rompió las fronteras de l'Alcoià, que se había marcado inicialmente como objetivo, para llegar por ejemplo a las cervecerías y pubs del centro de la capital alicantina, donde se trataba de una marca muy reconocida entre los aficionados.

Alós explica que la decisión del cierre estaba tomada desde antes de que estallase la crisis del coronavirus, pero que la irrupción de la pandemia ha complicado un poco más si cabe este momento amargo. La realidad es que, pese a la moda de las cervezas artesanas, el negocio no ofrecía la rentabilidad suficiente para justificar la inversión y el tiempo dedicado, según explica. "Ha habido mucho intrusismo: las grandes multinacionales han comenzado a llamar 'artesana' a cualquier cerveza, y las nacionales lanzan una IPA y ya le ponen la etiqueta, pero el proceso no tiene nada de artesano".

El fundador de Spigha lamenta que, además de contra presupuestos de marketing millonarios, han tenido que pelear también contra una tendencia natural a "creer que lo de fuera siempre es mejor que lo nuestro, ha habido que convencer a mucha gente de en tu tierra también se pueden hacer buenos productos, defendernos en casa". También se suma el hecho de que el sector de la hostelería, en general, "mira más el coste que la calidad del producto, que también lo entiendo porque miran por sus intereses". "Nos queda la satisfacción de que nuestra cerveza era muy apreciada, y los mensajes que nos están llegando, una vez que la decisión es irreversible".

Con la decisión tomada antes de la crisis, el cierre se ha prolongado un tiempo más de lo previsto, y durante la pandemia Spigha ha seguido sirviendo el producto (queda mucho stock sobre todo en barriles) incluso con repartos a domicilio para los clientes de la zona. Esta semana han desactivado su ecommerce y gestionado los últimos pedidos, por lo que han decidido anunciar públicamente el cierre. El legado que deja la empresa es una marca muy reconocida en el sector y entre los aficionados, y el camino abierto para otras enseñas como Cervezas Postiguet, en Alicante, o Althaia, en Altea.

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