CASTELLÓ. El paro de todos los sectores "no esenciales" que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este sábado, supone la confirmación de los peores presagios del cluster azulejero. Las tres ramas de la industria cerámica, que dan trabajo de forma directa a más de 20.000 personas en las comarcas castellonenses, se ven con ello obligadas a cesar en su actividad durante "las próximas dos semanas".
Y es que, aunque Sánchez citó textualmente que el permiso retribuido recuperable que se aprobará este domingo abarcará "desde el lunes 30 de marzo hasta el jueves 9 de abril", el jefe del Ejecutivo cuenta con que la actividad tampoco se retomará en Viernes Santo (10 de abril) y los siguientes Sábado Santo y Domingo de Resurrección. Se abre con ello uno de los interrogantes que acechan a la industria castellonense, que teme que, además de tener que pagar durante estas dos semanas a sus trabajadores, puede ver cómo las horas pagadas y no realizadas en estos tres días no las pueda recuperar.
Este es uno de los puntos que en el cluster castellonense esperan que concrete el Real Decreto que derivará del Consejo de Ministros extraordinario convocado para la mañana de este domingo. De ahí que las patronales (Ascer, Anffecc y Asebec) no hayan querido todavía valorar el impacto del mismo, "hasta que no analicemos la norma", señala el presidente de la última, Juan Vicente Bono.
Otro de los interrogantes a resolver es cómo las fábricas de producción de azulejos y baldosas; fritas, esmaltes y colores; y maquinaria cerámica pueden cumplir con el cese de su actividad programada para este lunes. Y es que, sobre todo para el caso de las dos primeras ramas industriales, el apagado de los hornos no es una cuestión que se pueda resolver en un día. El anuncio, un sábado a última hora de la tarde, "para que entre en vigor ya el lunes, nos da muy poco margen de tiempo para organizar los cierres de las plantas", concretan desde una de las principales factorías castellonenses.
De hecho, muchas compañías han programado reuniones extraordinarias durante la mañana del domingo para analizar cómo cumplir con la legalidad en el cierre de las fábricas. De momento, hay varias que tienen previsto continuar con la producción hasta el último turno de trabajo completo, el que acaba este domingo a las 22.00 horas.
De ahí otra de las principales críticas al anuncio de Sánchez. "No nos parece bien que una medida tan importante se anuncie un sábado a las 20.00 horas", reconoce Bono. Otras voces del sector azulejero concretan: "Acatamos la decisión por la alarma social y la necesidad de frenar el avance en los contagios, pero no compartimos las formas".
Y eso que esta, la del cierre forzoso, era una posibilidad que el sector ya contemplaba "en los escenarios más pesimistas que barajábamos", señalan las fuentes. De hecho, en un comunicado, y ante la previsión de que se pudiera concretar el cese de la actividad, la patronal azulejera Ascer ya pedía el viernes que al menos se garantizase "el trabajo de los almacenes y las expediciones de mercancías", es decir, la carga y envío de producto acabado para dar salida al stock y, sobre todo, tener compromisos de pago para los dos próximos meses, de forma que las empresas se garantizasen cierta liquidez en lo que se prevé uno de los momentos más duros de su historia.
Todo, en un cluster cerámico sumido ahora mismo en un mar de dudas y en el que únicamente Porcelanosa, con las plantas ya paradas desde este sábado, se había adelantado al cierre obligatorio ahora decretado. La firma de Vila-real, además, había anunciado el permiso retribuido para sus trabajadores.