ALICANTE. La venta de la firma alcoyana de alta cosmética Germaine de Capuccini, adelantada por Alicante Plaza el pasado mes de febrero, se cerró después de otro gran año de la empresa creada por la familia Vidal, que ha encadenado tres años de crecimiento en las ventas desde 2015. Según las cifras facilitadas por la propia empresa al portal especializado Fashion Network, Germaine de Capuccini cerró el ejercicio 2018 con una facturación de 35 millones de euros, un 9% más que el año anterior (32 millones). Es decir, que se cumplió el plan de negocio trazado un año antes por la familia.
Desde 2015, los ingresos anuales del grupo cosmético se han incrementado un 40%, un crecimiento conseguido tanto de forma orgánica como a base de adquisiciones: en solo tres meses de 2017, cerró las compras de su distribuidor en el Benelux, la belga Saisons, y de la española Ainhoa, de la que el hasta ahora presidente de la firma alcoyana, Raúl Vidal, había sido ejecutivo en una de sus fases fuera de la empresa familiar. El grupo invirtió en estas compras un total de 3,2 millones de euros en 2017. La venta, tal como publicó este diario, se decidió más en base a motivos personales de la familia que a razones empresariales, dado que Germaine de Capuccini atravesaba un gran momento cuando se abrieron las negociaciones.
De esta forma, los nuevos dueños de Germaine, los fondos de inversión Torreal, de la familia Abelló, y el norteamericano Acon Capital, han adquirido una empresa de referencia en plena aspiral ascendente, y su plan de negocio pasa por incrementar los ingresos de la cosmética a través de un ambicioso plan de internacionalización. En sentido opuesto a la estrategia desplegada en los últimos años por sus anteriores dueños, que liquidaron sus filiales en Venezuela y la República Checa, los nuevos propietarios (que han contado con Raúl Vidal como asesor del nuevo consejo) apuestan por la apertura de nuevas filiales en el extranjero y, lo que es un giro aún más drástico, por puntos de venta propios.
De esta forma, si hasta ahora Germaine había apostado sobre todo por una estrategia de distribución en el canal profesional, a través de acuerdos con centros de belleza, la nueva estrategia parece apostar por la apertura de puntos de venta directa al consumidor final. Es decir, retail al uso. La empresa quiere comenzar por Italia, donde sus ventas han crecido de forma notable en los últimos ejercicios hasta los 5 millones de euros del pasado 2018, y prepara la apertura de dos tiendas en Milán y Roma. Hasta ahora, su presencia en el país transalpino se limitaba a los citados acuerdos con centros de belleza, hoteles y SPA.
Al mismo tiempo, la empresa ya ha cerrado acuerdos de distribución con socios locales en Estados Unidos, de donde es originario uno de los nuevos propietarios, y China, para ganar en cuota de mercado. El objetivo último es llegar a abrir sus propias filiales en estos dos mercados, que se consideran estratégicos.
Si bien la llegada de los nuevos propietarios ha traído consigo algunos cambios y la incorporación de Javier Asarta y Alberto Díez, ejecutivos y accionistas experimentados en la industria de productos de consumo y belleza, para aportar su conocimiento especializado en productos de belleza y el canal profesional, lo cierto es que la venta del 100% de la empresa no ha provocado, al menos por ahora, una revolución en los cuadros directivos. El expresidente sigue como asesor del consejo, y el hasta ahora director general, José Giner (hombre de la máxima confianza de Raúl Vidal), sigue en sus funciones.
Como desveló en exclusiva este diario en enero, Germaine había llevado a cabo una drástica operación de reducción de capital para expulsar del accionariado a la sociedad panameña Alhena International, propiedad de Jesús Vidal, hijo de la fundadora de la empresa y padre de Raúl Vidal, que tenía un 25% de las acciones. Con esta empresa fuera del capital, y con el beneplácito de Jesús Vidal, que tras la guerra familiar de 2013 facilitó el acceso a la presidencia de su hijo, se pudo cerrar la operación de venta de la totalidad de la empresa a los fondos. Si bien Germaine ha dejado de ser una empresa familiar, al menos de momento no está previsto que deje de ser alcoyana.