CASTELLÓ. La vuelta de las vacaciones y el mayor celo preventivo disparan las PCR y colapsan los laboratorios de Castellón. Según el Colegio de Farmacéuticos (COF), el incremento de pruebas supera incluso en algunas clínicas el 200% si se comparan las cifras actuales con las que se registraron a finales de marzo y principios de abril, cuando la pandemia irrumpió con fuerza en España.
"La demanda ha aumentado considerablemente en las últimas semanas y estamos trabajando muchísimo, porque seguimos atendiendo nuestra labor asistencial", explica la vocal del área de análisis del COF, Pilar Marí, quien advierte que ese esfuerzo pretende "dar seguridad a la gente".
Aunque la proliferación de rebrotes acredita el incremento de PCR, no se trata de la principal ni única causa. "Ahora mismo se están pidiendo pruebas para embarazadas, cirugías, reincorporación de trabajadores o simplemente para viajar al extranjero", subraya Marí.
Es más, los estudios para el diagnóstico de la covid-19 y los test serológicos empiezan a incorporarse a los reglamentos de las empresas, lo que supone una ventaja a la hora de detectar posibles nuevos casos y hacer un posterior seguimiento. "En cuanto hay un positivo, se informa a Sanidad y se activa el protocolo con los rastreadores para hacer pruebas a todo su entorno. Es verdad que ahora hay rebrotes, pero también hay mucha labor preventiva", reitera la vocal del Colegio de Farmacéuticos.
Al respecto, Marí defiende que cuantas más PCR se hagan, más fácil será combatir la cadena de contagios. No obstante, recuerda que resulta necesario disponer de la correspondiente prescripción médica. "Es posible que alguien vaya a un laboratorio sin ella, pero en estos casos están los médicos colaboradores que se encargan de hacerlas", precisa.
El precio de las PCR ronda de media los 150 euros, aunque la tarifa varía entre una clínica y otra. Lo mismo ocurre con los test serológicos (rápido o cuantitativo), menos fiables que las primeras, que van desde los 20 hasta los 80 euros.
En la actualidad, las empresas o las mutuas costean la práctica totalidad de las pruebas, siempre que no estén cubiertas por Sanidad. Un porcentaje mínimo de la población asume directamente el gasto. En algunos casos, para conocer su situación serológica. En otros, al no poderse esperar a la cita para la PCR tras haber tenido un caso positivo cercano.