ALICANTE. El gigante alicantino del mármol y la piedra natural, Levantina, no atraviesa una buena época. En números rojos desde 2015, su anterior dueño, BNP Paribas (que se hizo con la propiedad al cambiar deuda por acciones en los albores de la crisis) se la vendió el pasado verano al fondo de capital riesgo británico Bybrook tras aplicar un drástico deterioro de su balance para sanearla, que llevó a la firma a registrar pérdidas de 77 millones de euros en 2016. Y una de las primeras decisiones del nuevo dueño, tal como refleja este viernes el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), ha sido aplicar una espectacular reducción de capital para enjugar pérdidas y restablecer el equilibrio patrimonial.
Según refleja el anuncio, el accionista único de Levantina (Bybrook se hizo con el capital y la deuda de la firma en manos de BNP y el resto de banca acreedora) ha aprobado una reducción de capital desde los 99,98 millones de euros previos a los 60.000 euros a los que quedará reducido ahora. Del total, 5 millones de euros se reducirán con la amortización de acciones de autocartera, y otros 94,93 millones con la amortización acciones titularidad del accionista único. Dado que todas las acciones amortizadas eran propiedad de Bybrook, la decisión de reducción de capital cobró firmeza en el mismo momento de su aprobación, el pasado 20 de diciembre.
El objetivo de esta drástica reducción de capital, tal como se indica en el anuncio, es restablecer el equilibrio entre el capital social y el patrimonio neto, disminuido como consecuencia de las pérdidas de los últimos ejercicios. Fuentes de la firma, por su parte, indican que Levantina ha tomado "la primera medida contable dentro del proceso de refinanciación de la compañía, con el objetivo de garantizar su viabilidad", ya que al restablecer la situación patrimonial (si el patrimonio neto es inferior al capital social, la sociedad entra en causa legal de disolución) "se sientan las bases para lograr un equilibrio financiero que garantice la viabilidad de la compañía".
Asimismo, desde Levantina destacan que se trata de una medida "prevista dentro del proceso de saneamiento de la compañía, y con el objetivo de ordenar su estructura patrimonial actual". En cuanto a la implicación del fondo de inversión británico que compró la firma hace medio año en el futuro de la compañía, aseguran que "la compañía trabaja junto con su accionista en recuperar la normalidad, y así garantizar su operativa y viabilidad. El accionista de la compañía mantiene su firme compromiso en la misma y trabaja con el equipo directivo para reconducir su situación".
Como contó este diario hace un mes, el hasta ahora CEO de Levantina, Patrick Verschelde, dejó su cargo en noviembre tras haber finalizado su encomienda de refinanciar la deuda de la empresa, según se explicaba en una circular remitida a los empleados. El nuevo presidente de la compañía es Don Nicolson, un ejecutivo que ya llevaba dos años en el consejo y que fuentes de la compañía calificaron como el relevo natural. La circular a los empleados, no obstante, indicaba también que se trataba de un nombramiento provisional, pues al parecer Bybrook busca fichar a un nuevo CEO.
Otro cambio de calado reciente en el consejo fue la incorporación del ejecutivo español de origen alemán Andreas Fluhrer, afincado en Madrid y especializado en reflotar empresas con problemas. Fluhrer, según las fuentes consultadas por Alicante Plaza, fue un 'fichaje' personal del nuevo CEO de Levantina, entonces vicepresidente, y una pieza clave de la estrategia de Bybook para la firma.
Actualmente, Grupo Levantina está formada por 14 mercantiles que poseen el mayor número de canteras de la provincia, y cuenta con el mayor yacimiento del mundo de mármol Crema Marfil. Sus 7 fábricas y 20 almacenes de distribución propios aportan a su portfolio más de 200 materiales distintos, que exporta a más de 100 países. En los dos últimos años, además, ha comprado las canteras de Ruiz Marco y Mármoles Dámaso en el Monte Coto, el yacimiento de Crema Marfil que explota Levantina, tal como ha contado este periódico.
Un empleado de Levantina, en la cantera de la firma en El Pinós. Foto: RAFA MOLINA
