BENIDORM. De la mano de Caixabank, la consultora Improven y el despacho de abogados Devesa y Calvo, Benidorm ha acogido este miércoles el foro El cliente internacional en el sector inmobiliario y turístico hotelero, organizado por Alicante Plaza, en el que diferentes expertos han llegado a la conclusión de que el sector inmobiliario vive un crecimiento moderado -es decir, no hay burbuja inmobiliaria-, gracias al impulso de las ventas de compradores internacionales, pero tienes dos urgencias a la vista: no se crea nuevo suelo y falta agilidad administrativa para conceder licencias.
Esa es al menos la conclusión a la que han llegado los cuatro componentes de la mesa que ha abordado Los retos en la gestión y financiación en el sector inmobiliario, que ha contado con la participación Antoni Torremorell, director de producto hipotecario de Caixabank; Pablo Serna, de TM Grupo Inmobiliario; Eduard Navarro, de Net de Gerrers; Antonio Olmedo, de la Federación de Empresas Promotoras y Agentes Urbanizadores de la Comunitat Valenciana (Feprova), con la moderación de David Devesa, de Devesa y Calvo Abogados.
Todos han coincidido en el que parte del buen momento del sector se debe, a su vez, a la buena situación económica que vive España, y dentro del país, la situación de la propia Comunitat Valenciana, que crece más que el resto. "Hay estabilidad política y confianza entre los compradores", ha dicho Olmedo. Además, el 25% de los nuevos propietarios de viviendas son de fuera de España, ha añadido. Pese a ello, Eduard Navarro ha advertido que el sector se puede encontrar con un problema: no hay suelo en desarrollo. "Todo lo que está urbanizando ahora es sobre suelo ya aprobado con anterioridad", ha afirmado. Y eso, como ha reconocido Pablo Serna, puede generar una subida de precios en la viviendas en los próximos años.
Sobre la financiación de las viviendas y la promociones, Antoni Torremorell, de La Caixa, ha explicado que el sector vive un crecimiento moderado porque hay una situación de confianza. Y que ahora se está comenzando un nuevo ciclo económico, desde 2017, donde comienza a haber demanda de reposición de viviendas por parte de una clase media alta de la población. Torremorell ha explicado que el producto que se ofrece a los clientes es la hipoteca a interés fijo por "una cuestión de responsabilidad en el futuro". De esta manera, ha precisado, "las familias ya saben lo que deben reservar para pagar su hipoteca; con un interés variable, como sucedió en el pasado, podría generar muchas inestabilidades en la economía familiar". Se concede un 80% del valor de tasación si se trata de una vivienda de primera residencia y un 60%, si es de segunda residencia. "Es una política de préstamos responsable", ha afirmado.
En cuanto a los promotores, Torremorell asegura que lo primero que hace La Caixa a la hora de conceder la inversión es valorar el proyecto; es decir, si la nueva promoción tiene sentido, si el promotor aporta el suelo y si existe demanda sobre ella. "Ha habido una profesionalización del análisis sobre cada proyecto y a partir de ahí decidimos", ha comentado. "Para nosotros, el sector inmobiliario es clave y de ahí que haya creado 14 centros dedicados al negocio inmobiliario", ha añadido.
Sobre la irrupción de los fondos de inversión en la financiación, ha terciado Eduard Navarro, de Net de Gerrers, quien ha explicado, en principio, se ha interesado por las carteras grandes de viviendas y de suelo, y que eso ha repercutido ya en un aumento del precio del suelo. "Lo que ha provocado es que haya escasez de suelo y que afecte a los proveedores de los promotores", ha dicho. Serna, de TM, también achaca la subida del precio del suelo a la entrada de los fondos de inversión, que en algunos casos hacen que los proyectos no sean viables.
El responsable de La Caixa ha reconocido que su entidad no ha valorado los efectos que ha generado la entrada de los fondos de inversión y que muchas han diversificado su inversión en proyectos concretos, como centros comerciales, edificios de oficinas o carteras de promotores. "España es una país atractivo para ellos", ha admitido.
Una de las claves del buen momento por el que atraviesa el sector inmobiliario es la demanda del cliente internacional, que es del 85%, según ha detallado Pablo Serna, y de entre un 15 y 20%, de cliente nacional. La mayoría de los clientes internacionales procede de Reino Unido -que sigue adquiriendo mucha vivienda de segunda mando, según el presidente de TM Grupo Inmobiliario-; Bélgica, países escandinavos y Francia. El producto que adquiere suele ser una vivienda de entre 90 y 100 metros cuadrdos, que esté cerca del mar o con vistas al mar y con diseños muy atractivos, muy diferentes a los que se hacía ahora hace ocho años, ha explicado Serna.
La falta de suelo, como han apuntado casi todos los ponentes, en parte, debido a las adquisiciones por parte de los fondos de inversión, y la celeridad administrativa también han centrado parte del debate moderado por Devesa. Así, Olmedo, de Feprova, ha sido muy crítico con el "actual marco normativo" en la Comunitat Valenciana, en concreto, con el Pativel, que hace tiempo que comenzó a tramitarse y todavía no existe una resolución definitiva sobre muchos suelos. "Queremos un marco normativo claro y preciso", ha insistido el representante de los promotores de la Comunitat. Y de ahí, también ha hablado del retraso que se produce en la concesión de las licencias, pese a que la Lotup establece que se deben dar en dos meses. Y en eso ha coincidido Pablo Serna, quien también ha reclamado celeridad en la concesión de las licencias y agilidad a todas las administraciones.
"Si para conceder una licencia tardan tanto, qué pasará cuando se tengan que aprobar nuevas reclasificaciones de suelo", se ha preguntado Antonio Olmedo. A su juicio, las administraciones tienen una "visión cortoplacista del urbanismo", que se puede ver agravada en el futuro si no se adoptan cambios en los próximos para habilitar más suelo urbano en el mercado.
Y esa ha sido la conclusión: falta suelo, no hay agilidad administrativa y, pese a ello, el sector inmobiliario vive un momento de crecimiento moderado, debido, en parte, al desarrollo de los suelos fallidos durante la crisis que generó el boom.