CASTELLÓ. El grupo Martinavarro, denominado desde el 29 de abril de 2016 Cítrico Global, compró la onubense Río Tinto Cítricos en julio de 2017 por 42,5 millones de euros y un año después se hizo con la alicantina Perales y Ferrer por 27 millones. Las cuentas consolidadas del grupo con sede en Almassora cerradas el 31 de agosto del año pasado muestran que estas dos operaciones, que se vendieron como procesos de integración, han sido en realidad compras por parte del gigante citrícola castellonense.
Como recoge el informe de gestión que acompaña a las cuentas, el 21 de julio de 2017, Cítrico Global "adquirió el control" de Río Tinto Cítricos mediante una aportación no dineraria en la ampliación de capital realizada por valor de 42,5 millones de euros. Además de este montante, en la operación se pactó también una contraprestación adicional "a los anteriores socios condicionada a la obtención de una determinada rentabilidad", algo que en las dos campañas citrícolas auditadas hasta este momento no ha sucedido a pesar del aumento de facturación experimentado.
Poco más de un año después, el 31 de julio de 2018, a través de Ebransar, una de las trece sociedades que dependen de Cítrico Global, el grupo adquirió el 37,3% de Perales y Ferrer mediante el desembolso de 10 millones de euros y el restante 62,7% de la firma alicantina dedicada al cultivo y comercialización de limones a través de una aportación no dineraria de 17 millones destinados a una ampliación de capital, siempre según las cuentas.
A pesar de esto, en el accionariado de Cítrico Global todavía aparece Cartera de Inversiones Dularra, vinculada a la familia Garavilla (accionaria de Río Tinto), con el 16% del capital social.
Esta actividad expansiva del grupo citrícola castellonense se enmarca tras la incorporación del fondo barcelonés Miura Private Equity en abril de 2016, con un cuarto del accionariado, y se ha visto continuado con la compra de CG Indusvest y la creación de tres sociedades nuevas, Agrimarba 2, Organic Citrus y Ecosenses 2, dedicadas a "la promoción, transformación y comercialización de productos agrícolas" y que no han sido incluidas en las cuentas consolidadas.
Tras todo ello, el grupo radicado en Almassora elevó el año pasado su facturación hasta los 354 millones de euros, lo que supone un incremento de prácticamente el 11% respecto al año anterior. Esto no ha evitado que el grupo registrase unas ligeras pérdidas al cierre de la campaña 2017/2018, de algo más de 100.000 euros, frente a los casi 5 millones de ganancias del ejercicio anterior. Pero esto se debe fundamentalmente a los gastos financieros, de 7 millones de euros, ya que el resultado de explotación del grupo fue positivo en 10 millones, tan solo 1 por debajo del ejercicio anterior.
Y es que la mayor parte de las compañías integradas en Cítrico Global cerraron el año con beneficios, fundamentalmente Martinavarro (12,6 millones de euros), Ebransar (dedicada a la tenencia de participaciones y el arrendamiento de inmuebles, que cerró con 9 millones de ganancia), Cítrico Real Estate (dedicada a la producción citrícola, 6 millones), Río Tinto Cítricos (2 millones), Perales y Ferrer (1,7 millones) y Madre de Agua (otra explotación agraria, 1,7 millones).
De esta manera, Cítrico Global está presente prácticamente en todo el proceso de producción y comercialización de cítricos, incluso desde sus fases embrionarias, con la experimentación y generación de nuevas variedades a través de la firma Carpa Dorada. Mediante las compañías que se dedican a la producción, el grupo "es propietario de aproximadamente 1.733 hectáreas de terrenos". De ellas, ninguna se encuentra grabada con una hipoteca, frente a las 1.574 del ejercicio 2017.
Esto se debe a que, justo al cierre de la campaña 2017/2018, los administradores de Cítrico Global alcanzaron un acuerdo de refinanciación de su deuda con varias entidades de crédito por un importe de 210 millones de euros, que tienen un vencimiento último en julio de 2024. El informe de gestión del grupo también recoge que su capital circulante es de 148 millones de euros.
Además de los terrenos, que están valorados en 50,6 millones de euros, el conglomerado castellonense también posee varias propiedades en inmuebles valoradas en 79 millones de euros. A 31 de agosto de 2018 el grupo había sumado 31 millones de euros en el valor de estos activos.
En la campaña 2017/2018 también se dio la circunstancia de que, a través de sus firmas comercializadoras (fundamentalmente Martinavarro, Río Tinto y Perales y Ferrer), el grupo ha impulsado su presencia en el mercado exterior, tanto en la Unión Europea como en el resto del mundo, mientras redujo sus ventas significativamente en el mercado nacional.
Con posterioridad al cierre de la campaña 2017/2018, el 3 de septiembre de 2018, la junta general de socios de Cítrico Global aprobó la distribución de 50,6 millones de euros en dividendos a sus socios. Esto se hizo con cargo a reservas por la prima de emisión de 0,6 euros por participación.