ALICANTE. La transformación social a la que nos empuja esta crisis extiende sus efectos también en La Jetée, que se cubre de nostalgia, pero también de optimismo. La banda alicantina tiene algo nuevo que contar y cantar. El paréntesis de reflexión al que nos hemos atenido todos les ha servido a ellos para madurar su último trabajo. Un LP que se han tomado con calma y del que acaban de presentar un avance. Menos fuerza, más inercia es el título del EP que, con tres canciones, constituye la primera pieza del LP que lanzarán en 2022. El primero de esos temas que ve la luz es Dos veces breves. Con él abren la veda y se irán dosificando.
“Seguimos haciendo música dentro de nuestras posibilidades y, si no la grabas y no la sacas, se va poniendo triste”, afirma Elío Ferrán, voz y guitarra del grupo. Entiende que sacar un disco, tal y cómo está la música en directo en este momento, no es la mejor opción porque se pierde en gran medida la posibilidad de presentarlo al público. Las opciones que hay ahora son limitadas. Sin embargo, no pueden contener las ganas de hacerlo. “Si tienes un proyecto artístico o musical tienes que ir produciéndolo porque si no se hunde”, apunta.
El EP que presentan es la primera pieza de esa obra más grande que grabarán en otoño. Un globo sonda con el que quieren tomar el pulso de sus seguidores en las plataformas y en un concierto en directo el 30 de mayo en Muelle12, el open space de ocio y cultura en el Puerto de Alicante. “Tenemos que estar pegados a las exigencias del público”, afirma el cantante. Pero irán administrando su música durante este tiempo para no quemar el proyecto. “Ahora no podemos exprimir la parte del directo y tampoco queremos aburrirnos de este trabajo antes de moverlo en 2022, así que mejor iremos produciéndolo poco a poco”, explica.
Aunque el concepto está claro, el planteamiento desarrollado y los temas compuestos, siempre habrá espacio para los matices hasta el último momento. Van con tiempo. De hecho, este EP se grabó en enero y lo presentan ahora, pero llevan organizándolo desde 2020, cuando quedó paralizado por la pandemia. “Sabiendo cómo está el panorama, aprovechamos para tomárnoslo con calma, hablar con diferentes productores y preparar meticulosamente el lanzamiento y la gestión”, afirma Ferrán. Un sosiego que los lleva a la profesionalización y al refinamiento, aunque sin escapar del ruido que hay en su esencia.
“El tiempo que nos hemos tomado ha impactado en el concepto porque nos ha permitido repensarlo e incluso hemos descartado temas que no encajaban en la idea global”, explica. También ha tenido sus efectos en el sonido. “Llevamos un año sin tocar en directo y eso nos ha permitido trabajar mucho las composiciones y la producción, lo que ha desembocado en algo mucho más refinado”, añade. Con ese autocontrol se sienten a gusto, aunque aseguran que no todo ha cambiado. “Seguimos haciendo el mismo tipo de música: guitarras, mucha textura y una mirada siempre puesta en la electrónica y en los años 80-90”, describe Ferrán. Con todo ello, esta vez optan por ir del maximalismo al minimalismo, “reduciendo el ruido a la mínima expresión”.
Menos fuerza, más inercia es un cambio de estrategia vital y se ve reflejado en este EP editado por Ruidera Records. Un salto desde la urgencia y el ruido de sus primeros trabajos hasta una perspectiva más amplia, más conscientes de sí mismos. “Menos saturación de guitarras, más espacio y un equilibrio mucho más meditado entre la electrónica y lo orgánico, entre el pop y la experimentación”, explican. Un proyecto para el que han contado con Guille Mostaza a la producción, romance que continuará con la grabación del LP.
