CASTELLÓ. La empresa Papas Maribel está inmersa en la ejecución de las obras de ampliación de su planta de producción, ubicada en Castellnovo. El proyecto tiene como objetivo crear nuevas zonas de trabajo en las oficinas, ampliar la nave principal y habilitar un párking específico para vehículos.
La gerente de la empresa, Sonia Doñate, explica que la inversión se planificó hace cuatro años para adaptar la fábrica a los nuevos estándares de seguridad y salud, que obligan a separar la zona de producción de la circulación de vehículos para evitar ruidos. “Necesitamos crear un aparcamiento específico de coches para no meter vehículos de motor en el almacén de producción, además de ampliar las oficinas para crear nuevos despachos de reuniones y una exposición de productos de degustación”, detalla Doñate.
Papas Maribel es una empresa familiar de producción de aperitivos artesanos que fue fundada en 1969 por Miguel Pérez y su esposa María Torres, ambos vecinos de Castellnovo. En 1984 se trasladaron a la actual fábrica, que consta de un almacén, un área administrativa, la zona de producción, la de envasado de productos, la zona de carga y descarga de materias primas y la de productos terminados.
Doñate explica que la patata que se emplea en la elaboración de los aperitivos procede de productores particulares de Segorbe, Alicante y Teruel. El 80% de las ventas de papas, cortezas y snacks tienen como destino la comarca del Alto Palancia y las provincias de Castellón y Valencia. El resto, en Bélgica. “Trabajamos a través de distribuidores autónomos, sobre todo con bares, restaurantes, tiendas gourmet y pequeños supermercados pero ahora con el Covid-19 la actividad se ha ralentizado”, admite la gerente. El objetivo es retomar la normalidad empresarial cuando la pandemia sanitaria haya pasado.
Por otro lado, a escasos metros de la fábrica de Papas Maribel, la empresa Coreplas tramita también una Declaración de Interés Comunitario (DIC), en este caso para regularizar su actividad industrial de reciclaje de plásticos. La instalación, de 11.711 metros cuadrados, posee dos naves y dos almacenes. La empresa está radicada en Castellnovo desde 1995 aunque fue fundada en 1973.
Coreplas, que posee también otra fábrica en Sarrión (Teruel), se dedica a la recuperación de plásticos de usos agrícolas, triturados y embalados.