ALICANTE. "Tengo la agenda para entrevistas llena hasta finales de julio y no he parado de hacerlas desde poco después de que empezara el Estado de Alarma". Paula González, con una amplia formación en publicidad, Relaciones Públicas, organización de eventos y protocolo vive en Alicante y, desde que comenzó el confinamiento, se preguntó qué estaría pasando con el pequeño comercio de la ciudad y otros puntos de la provincia, en un cierre momentáneo por la crisis sanitaria del coronavirus. Por este motivo, comenzó a preguntar y a realizar entrevistas a los responsables de estos negocios para conocer su perspectiva, situación y cómo apoyarles para salir del bache. Desde finales de marzo lo cuenta en Instagram, a través de la cuenta @tendenciasalicante. González es madrileña afincada en Alicante desde hace 13 años porque "supone calidad de vida, un buen sitio para vivir, me chifla; además hay muchos productos de calidad interesantes". También es docente en el IMEP, el Centro de Estudios Superiores especializado en Organización de Eventos, Protocolo y Relaciones Institucionales adscrito a la UMH.
Ya lleva cerca de una treintena de historias contadas en este periodo en Estado de Alarma y sigue dando a conocer las experiencias de estos comercios, a través de su propia voz, en un momento en el que ya pueden abrir sus puertas al público. Hostelería, ropa, comida, cosmética... el perfil de las tiendas de las que habla siempre cumple, al menos, dos requisitos: que los productos que ofrezcan sean de calidad y que el trato al público sea igual de exquisito. "Para mí es crucial que cumplan esas características, si vendes un buen producto pero no se atiende bien al cliente, no es suficiente", apunta González.
Entre las historias narradas hay casos de reinvención, explica González "como el ejemplo de Hermanas Martínez, el food atelier, que iba a abrir sus puertas el 24 de marzo y el confinamiento aplazó su calendario, pero han logrado reinventarse con el servicio de delivery", algo que les sirve para remontar. Otro ejemplo es el de Better Pan, a cuyas responsables también han entrevistado y que han logrado repartir muchos de sus productos artesanales durante el boom del pan casero; momento que también animó a la gente confinada a agotar harina y levadura de los mercados para probar su propias creaciones en casa. Otras empresas, tristemente, han cerrado sus puertas para siempre.
¿En qué beneficia esta iniciativa voluntaria a las firmas? "Creo que mejoran porque les doy mucha difusión. No solo hago una historia, también recomiendo sus productos en Instagram TV, por ejemplo o hacemos entrevistas en directo". Cada lunes y jueves prepara una nueva historia que contar sobre otro comercio alicantino y, durante el confinamiento más duro llegó también a emitir sábados, aunque ha vuelto al horario de dos veces por semana. Al menos, hasta finales de julio seguirá contándolas. Más adelante, tras el resultado de esta experiencia, prepara "otras iniciativas que, espero que resulten muy interesantes, dando un paso más, mejor".
