Padilla, en el centro, durante la presentación hoy de la nueva residencia artística del Principal. ALICANTE. Este 2018 es el año en el que la Generalitat entrará en el accionariado del Teatre Principal. Al menos así se ha contado desde el pasado 6 de diciembre. Con esta se tenía previsto que además de pagar la deuda histórica se acometerían una serie de obras en el histórico edificio. El centro, que adelantó su cierre de temporada por este motivo, aún está esperando a que empiecen las obras.
El pasado 9 de junio fue la última función en el Principal. La obra de Fele Martínez Mueblofilia marcaba un fin de temporada adelantado para que antes de Fogueres se pudieran iniciar los trabajos de reforma. Esa era la idea que se manejaba cuando se realizó el acto oficial de firma de protocolos de actuación. En el calendario se ha ido retrasando su entrada sucesivamente hasta que se dejó dicho que se aprovecharía el verano para despejar el espacio.
El tiempo apremia puesto que el inicio del curso escénico se ha adelantado. La actuación musical del tributo Brothers in band - The Very Best of Dire Straits tiene una fecha tan temprana como el día 7 y seguidamente otra función lo ocupa del 11 al 14. ¿Es posible entonces hacer las obras que se necesitan durante julio y agosto en un edificio de carácter histórico?
La regidora de Cultura Dolores Padilla se muestra confiada en eso. La primera razón que da sobre el retraso es que "no se puede hacer nada hasta que no se haya firmado el acuerdo". "Una cosa tiene que ir detrás de la otra", cuenta en referencia a los trámites que están pendientes entre las dos administraciones.
El encuentro de esta semana de Luis Barcala con Ximo Puig debería de haber desbloqueado la situación. Padilla explica que esta negociación la está llevando en persona el alcalde y que en la reunión se trató la situación del Principal. "En el tema del teatro la sintonía ha sido muy satisfactoria y seguimos avanzando con todo lo que necesitamos cerrar para llegar a ese acuerdo", comenta.
El avance que ahora asegura Padilla se está produciendo contrasta con la situación vivida durante el primer semestre del año. "Cuando llegué a la Concejalía el mismo 20 de abril puse en marcha todo lo necesario para que esta operación saliera adelante porque estaba totalmente paralizado hacía un par de meses".
De manera implícita señala a la anterior responsable del área de Cultura, Gloria Vara. Tanto es así que Padilla recalca que, al incorporarse como responsable del área tras el cambio de gobierno municipal, hizo "todo lo necesario para retomar las negociaciones con la Generalitat y de hecho así lo hemos hecho. Al no haberlo hecho con anterioridad es inviable que lo podamos acometer hasta que no se cierren todos los flecos de ese acuerdo".
Con estos antecedentes, Padilla tiene clara una cosa "nada impedirá que se pueda hacer y acometer todo lo necesario que afecta a la sala. No hay problemas. Si no se pueden hacer las obras en julio, se hacen en agosto o en septiembre". Al insistir sobre si se puede dar una estimación del inicio de las obras, concluye que "no aventuraría la fecha. Por nuestra parte, en este momento lo tenemos todo preparado para ultimarlo con la Generalitat".
Si la programación se pone de nuevo en marcha, Padilla destaca que solo afectaría a las obras previstas para el cambio de patio de butacas y las otras acciones que tengan que ver con esa sala, estas "se harían cuando se pudiera". El resto de trabajos previstos, techo y fachadas se podría ir haciendo puesto que no afectaría a los espectadores ni a las compañías.
Y con retrasos van surgiendo nuevos problemas. En la presentación de las actividades de verano del Ayuntamiento no apareció la tercera edición del Festival de Teatro clásico que acogía el castillo de Santa Bárbara. "El festival de teatro clásico lo hemos aplazado. Este año no se puede celebrar", explica Padilla. La regidora señala que "tiene un presupuesto de 15.000 euros; es un festival que hacemos a medias con la Diputación y que entre los dos reunimos 30.000".
El año pasado, cuando se presentó la segunda edición, se cifró en más de 46.000 euros para llevarlo adelante. Una cifra en la que, presumiblemente se incluirían los cachés de las compañías participantes. Uno de los socios que participaba es la Generalitat a través del Institut Valencià de Cultura. Su delegada en Alicante, Alicia Garijo, apunta que este año tenían previsto participar aportando el caché de una de sus producciones, Antígona.
Este año, prosigue Garijo, "no nos han consultado respecto a la decisión de hacerse o no el festival". Ella asegura que en caso de continuar tras "esta decisión del Ayuntamiento" de suspenderlo de momento, "colaboraremos, como lo íbamos a hacer". Padilla apunta "que las producciones vengan es una cosa y que nos ayuden económicamente es otra cosa".
De nuevo, Padilla alude al cambio de gobierno. "Cuando llegué aquí una de las primeras cosas que hice —porque era abril y ya estábamos fuera de tiempo— fue pedir el informe a la Oficina Técnica del Festival para que me digan qué valoración hay en cuanto a infraestructuras". Para un festival que tenía que organizarse a finales de agosto y principios de septiembre, menos de cinco meses era complicado de agendar: "Cuando hemos ido a buscar compañías que creíamos eran las que teníamos que traer, ninguna tiene fecha libre".
Según su relato, el otro problema grave que existía es que "el gasto en infraestructuras superaba en mucho el presupuesto que teníamos". La regidora no está de acuerdo con las condiciones en las que se desarrollaba la actividad en las anteriores ediciones. "Si quieres hacer un festival correcto necesitas dotarlo de unas necesidades técnicas correctas y no está dotado presupuestariamente porque tampoco estaba dotado para los cachés de las compañías". Además, argumenta que el presupuesto con el que contaba en esta edición "no se podía hacer en un sitio que no es el adecuado para hacerlo con tan poco presupuesto".
Entre las opciones que maneja, dice que el Teatre Principal, en otra fecha, sería una de las que más están valorando. Eso sí, sería de forma diferente. Otra cosa que no comparte respecto al encuentro es que se concentraran las funciones, "no podemos hacer ese sobre esfuerzo para tres días". En conclusión, "primero vamos a trabajar para ver la fecha adecuada para el festival y según eso vemos la consignación porque primero hay que diseñarlo, y no luego, viendo los gastos reales. Eso ya dice bastante".
La producción de LaZona y Teatro de la Abadía se podrá ver del 2 al 4 de febrero
