VALÈNCIA. Los patinetes se han convertido en una alternativa al vehículo para desplazarse por las ciudades que día a día coge más peso y suma más adeptos. Verlos circular forma parte del paisaje cotidiano de las urbes. Sin embargo, esta nueva forma de moverse puede resultar incómoda en trayectos más largos al no contar con un punto de sujeción del usuario. Con el objetivo de ofrecer una mayor comodidad, estabilidad y control para los 'riders', la startup valenciana Skroller ha diseñado una solución totalmente distinta a los tradicionales sillines.
Se trata de una especie de cinturón que conecta el cuerpo al patinete transformándolo en parte activa del centro de gravedad para mantener el equilibrio. Y es que los patinetes, al contrario que el resto de vehículos de dos ruedas, carecen de un punto de apoyo más allá de las manos que acaban soportando toda la tensión del cuerpo para conseguir la estabilidad. Con este instrumento, se liberan los brazos e incluso permite al usuario inclinarse al girar para que el propio peso ayude al patinete a coger las curvas como si de una bicicleta se tratara.
Los creadores de este producto son Sergey Kazakow, Santiago Mompó y David Martí, tres amigos que hace unos meses decidieron dar rienda suelta a una idea: cambiar de manera significativa la forma de circular en patinete para que fuese más cómodo. "Empezamos en octubre del año pasado. Queríamos conseguir más comodidad al circular en patinete porque al final uno acaba cansado porque no tiene sujeción y ejerce mucha fuerza para conseguir estabilidad", explica a este diario Sergey Kazakow. Tras varias pruebas, finalmente consiguieron un primer prototipo que, además, permitía un mayor control, confort y estabilidad en la conducción.
Todo ello se consigue mediante un pequeño cilindro que contiene una cinta con un cojín incorporado que se abrocha a la cintura. Este mecanismo está diseñado para ajustarse a la posición a medida que la persona se acerca al manillar. Para regular la distancia se aprieta el botón de la parte superior del cilindro, fácilmente accesible con las dos manos.
La startup valenciana está a la espera de conseguir la patente de este mecanismo, una alternativa distinta a los tradicionales sillines. "El patinete no es una moto y aunque le pongas un sillín no está diseñado para llevar todo el peso atrás. El sillín es un accesorio y una forma de mejorar el patinete para no ir de pie, pero con Skroller ni vas de pie ni sentado, sino que es tu cuerpo el que participa en la conducción. Es un cambio total de lo que es el concepto del patinete porque consigues esa sujeción", destaca Kazakov.
De este modo, acciones corrientes que parecían imposibles como señalar un giro, llevar un paraguas o incluso saludar a un conocido están al alcance de la mano de manera sencilla y segura. Para conseguir el mejor rendimiento y durabilidad garantizando la máxima funcionalidad, Skroller cuenta con materiales resistente a todo tipo de esfuerzos y golpes.
La empresa está ultimando los detalles de la campaña de crowdfunding que lanzará el próximo 9 de septiembre en la plataforma Kickstarter para conseguir financiación para comenzar la producción en masa y la comercialización. Y es que por el momento el producto no está a la venta, pero se puede reservar a través de su página web con un descuento para cuando comience su venta.
Asimismo, la compañía ya ha iniciado conversaciones con empresas de alquiler de patinetes para establecer algún tipo de acuerdo con ellas. "Tenemos algunas respuestas, pero nada cerrado. Ahora estamos con la campaña de crowfunding para poner el proyecto en marcha y comenzar a comercializarlo", concluye.