ALICANTE. La empresa alicantina de ropa y productos deportivos Sprinter sigue creciendo dos dígitos: tras incrementar sus ventas un 20% en 2016, el pasado ejercicio mantuvo la tendencia al alza y se anotó otro incremento de la facturación del 12,4%, hasta rozar los 225 millones de euros. Este incremento llegaba justo antes de cerrar su 'fusión' con la firma portuguesa Sonae, dueña de Sport Zone, para crear el holding Iberian Sports Reatil Group, que aúna también a JD Sports (dueño del 51% de la marca alicantina antes de este acuerdo). Sprinter cierra sus ejercicios anuales el 31 de enero, y Bruselas autorizó la operación el día 18 de ese mes.
Según reflejan las cuentas anuales del ejercicio 2017, depositadas en el Registro Mercantil, Sprinter facturó 224,45 millones de euros el pasado año, un 12,4% más que en 2016, cuando la cifra de negocio se quedó a las puertas de superar el umbral de los 200 millones de euros (199,77 millones). El crecimiento de las ventas está directamente relacionado con la expansión de la red comercial de la marca alicantina, que alcanzó las 128 tiendas durante el pasado ejercicio (120 al cierre de 2016). A superficie constante, según la memoria de las cuentas, el incremento de la facturación es del 2%.
El incremento del volumen de negocio se dejó sentir de forma notable en el resultado de explotación, que alcanzó los 13,25 millones de euros, frente a los 11,5 millones del ejercicio anterior. Sin embargo, el beneficio neto de la enseña deportiva al final del año se resintió, al pasar de los 9,36 millones de 2016 a los 6,76 millones de este ejercicio. Es decir, ganó un 27% menos. La explicación hay que buscarla en un peor resultado financiero (-4,4 millones de euros, frente a los 1,25 del año anterior), directamente relacionado con la inversión acometida para trasladar su centro logístico desde Elche al polígono de las Atalayas, donde el nuevo grupo aterrizó en junio.
Como ha contado este diario, el nuevo grupo de Sprinter cobró forma en febrero, cuando las autoridades europeas de Competencia aprobaron la operación, que aúna a las principales enseñas deportivas de Europa (JD Sports del Reino Unido, Sonae de Portugal y Sprinter de España) con el objetivo de plantar cara en el retail deportivo a la francesa Decathlon, líder indiscutible hasta la fecha. El grupo, con los balances cerrados de sus integrantes en 2016, nacía con una facturación acumulada de 500 millones de euros y un 11% de la cuota de mercado del canal. La unión ha dejado a los fundadores de la enseña ilicitana, la familia Segarra Soria, con una participación del 15% en el nuevo holding, dominado por los socios portugueses.