CASTELLÓ. Sudáfrica sigue creciendo en el comercio internacional de cítricos y este año, cuando ya ha acabado prácticamente su campaña de exportación, ha batido de nuevo su récord de envíos. Especialmente significativo ha sido su crecimiento en Europa. A ninguna otra región del mundo la república sudafricana, constantemente en la picota por este tema, ha enviado tanta fruta ni ha crecido en la misma medida.
Los puertos de la Unión Europea han recibido este año 497.046 toneladas de naranjas y 180.759 de mandarinas, a tenor del último informe de la patronal sudafricana de productores, correspondientes a la semana 43 del año, la penúltima de octubre. Estas cifras aglutinan las de la Unión Europea y del Reino Unido, que la Citrus Growers' Association (CGA) contabiliza por separado y con la caja de 15 kilos como unidad de medida. Con ello, Sudáfrica envía a Europa una de cada dos naranjas y mandarinas que exporta.
La primera cifra, el casi medio millón de toneladas de naranja, supone un incremento de la exportación a Europa del 29%, mientras en el conjunto del planeta el crecimiento de los envíos de naranjas, sobre todo valencias, pero también navels, ha sido del 10%.
Porcentualmente, el mayor aumento lo ha registrado en Estados Unidos y Canadá, pero las cifras totales de Norteamérica están muy lejos de las europeas. Es significativo además el crecimiento en el Reino Unido. Con ello, el 46% de las partidas de naranjas que han salido desde los puertos sudafricanos han tenido como destino muelles europeos.
En cuanto a los pequeños cítricos, las cifras de la CGA a Europa recogen un incremento del 38% y las del Reino Unido un 32% respecto al mismo momento de 2019. En el cómputo planetario el aumento es similar, del 35%. Así, el 51% de las mandarinas sudafricanas se han vendido este año en lineales europeos.
Todo ello enmarcado en un contexto polémico, en el que no son pocos los actores que piden revisar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Sudáfrica, que este 2020 ha cumplido cinco años y entra por tanto en período de posible revisión. Para argumentarlo se exhibe sobre todo la gran cantidad de envíos que llegan con plagas, que este año se han disparado respecto a 2019.
Es por ello que las organizaciones agrarias siguen exigiendo un cambio en la política fitosanitaria europea. El secretario general de La Unió de Llauradors, Carles Peris, destaca que al mismo tiempo que aumentan los envíos "suben las interceptaciones de partidas con plagas". A su vez, el presidente de la Federación provincial de agricultores y ganaderos de Castellón (Fepac-Asaja), José Vicente Guinot, también resalta la necesidad de que la UE revise el protocolo y exija "el tratamiento en frío de la fruta y la reciprocidad en el uso de los fitosanitarios", ya que allí se utilizan muchos prohibidos en Europa.
Y todo mientras Sudáfrica está plantando en los últimos años una gran cantidad de campos de naranjas y mandarinas, algunos de los cuales ya han entrado en producción, mientras otros lo harán en las próximas campañas.
Tanto es así que el incremento de los envíos de fruta a Europa ha estado por encima de las previsiones que la patronal sudafricana se marcaba al principio de la campaña, cuando hablaba de un 13%. La cifra ha sido en realidad mucho mayor. En lo que sí ha acertado es en que el incremento principal se ha dado en las mandarinas, sobre todo en las de la segunda parte de la campaña.
Y esto hace que aquí "se estén desplazando variedades de la primera parte de la temporada a la segunda; aquí ya no se apuesta por variedades precoces, porque chocan con las tardías de Sudáfrica. Esto concentra más la campaña", argumenta Peris.
Esta coincidencia en los lineales se producirá este año menos que en ejercicios precedentes. Y esto hay que atribuírselo a la pandemia sanitaria, que ha elevado tanto la demanda que los exportadores sudafricanos han acabado sus envíos antes. "La demanda ha sido tan alta que han vendido más que nunca y tienen menos existencias, pero cuando se vuelva al escenario habitual, escalonarán la fruta y tendremos problemas", señala Peris.
También Guinot reconoce que esta "buena noticia", como la califica, "es algo puntual de este año" y ya era esperada por el sector citrícola de la Comunitat, pero en el futuro la competencia desleal se volverá a repetir.