ELCHE. El Secretario de Empleo del PSOE Antonio Ferrer (La Nucía, 1954), visitó la ciudad el miércoles para hablar del plan de choque contra la precariedad laboral que ha preparado su partido. En un giro hacia la izquierda y un claro guiño al sindicalismo de Pedro Sánchez, el veterano sindicalista entró a formar parte de la ejecutiva federal en 2017. Ferrer fue el número 2 de Cándido Méndez durante varios años, ocupando la secretaría de Acción Sindical de UGT. El socialista se sentó con Alicante Plaza para hablar del actual marco laboral español, así como otros asuntos de interés como la nueva revolución industrial en ciernes o las posibles soluciones a la economía sumergida, un problema estructural de Elche y otros municipios de la provincia.
Alicante Plaza: Has venido a Elche para hablar del plan de choque contra la precariedad del partido. Háblanos de él
Toni Ferrer: Antes de nada, una breve referencia de dónde estamos. La primera de las cuestiones es que la economía prácticamente ha recuperado el peso de antes de la crisis, pero no así el empleo, uno de los problemas que hay que afrontar. En España se produce lo mismo que antes pero con menos trabajadores. De hecho faltan cerca de 1.700.000 personas con respecto al empleo de 2007. La segunda de las características, que venimos creciendo desde 2014 y creando empleo de mala calidad, precario, de naturaleza temporal, estacional o tiempo parcial. La capacidad de creación de empleo son en sectores muy intensivos en mano de obra y con poca productividad, por lo tanto precarizados de cara a la contratación y la otra vertiente desde la vertiente salarial, habiendo recuperado los niveles de 2007, han bajado 7 puntos.
Esa combinación de precariedad y bajos salarios ha producido un efecto: los trabajadores y las familias han perdido rentos, 3000 euros desde 2009 y los trabajadores 610 euros, eso tiene reflejo en el sistema público de pensiones. En el año 2011 apenas tenía un déficit de 1000 millones y el año pasado con 18.700. La causa no es un misterio, mala gestión del actual gobierno que a través de la reforma laboral ha creado un modelo laboral precario. Ante esto los socialistas planteamos tres cuestiones: derogarla, porque impide progreso económico y equidad social; segunda cuestión, un nuevo estatuto de los trabajadores a través del diálogo de patronal y sindicatos y potenciar convenios colectivos y empleo estable y de calidad; y tercer elemento, que esta combinación permita que se mejoren las pensiones.
HAY QUE RESCATAR EL MODELO EUROPEO Y LOS CONTRATOS INDEFINIDOS: EN ESPAÑA 9 DE CADA 10 SON TEMPORALES
En última instancia, vemos dos cuestiones más, en España hay un sector de la población de paro estructural, ahí hay que actuar también. Invertir en políticas activas de empleo que el gobierno ha reducido (orientación, formación…) y la otra proteger a las personas. Hay dos millones de personas sin protección y eso se puede agravar. Si no se resuelve el Plan Prepara o el de Activación para el Empleo de las comunidades autónomas, tendremos un problema más grave. El último de los aspectos, estamos comprometidos en mejorar la situación de los pensionistas españoles. Hicimos una propuesta para que se revaloricen las pensiones con el IPC y suprimir el nuevo factor de sostenibilidad, vinculado a esperanza de vida. Supone recorte de expectativas para los actuales y futuros pensionistas y por eso apoyamos las movilizaciones.
AP: Ese plan de choque, además de la derogación, ¿se plantea volver al modelo laboral de la anterior? ¿Y cambiar el modelo productivo, orientado hoy al sector terciario, más precario?
TF: En ningún momento miramos al pasado, pensamos que hay que afrontar nuevos retos: digitalización de la economía, procesos de automatización y robotización, introducirlo en la legislación laboral. Hay grandes multinacionales que vienen a España y aprovechan un boquete legal para utilizar falsos autónomos y además subvencionados con las tarifas planas. Queremos afrontarlo, extender derechos a nuevas realidades laborales y organizativas. Es un error pensar que la recuperación de derechos está en el pasado, hay que construir un nuevo marco, un nuevo Estatuto de los Trabajadores que piense en la actualidad y el futuro. Igual que el Estatuto hasta la gran vulneración del PP en el 2012, los socialistas también hemos hecho reformas, pero nunca esa vulneración, desde el año 80 hasta el principio de esta década, hay que construir un nuevo marco.
No es posible que el empleo mayoritario que se crea sea temporal, hay que recuperar la directiva europea de contratación, que tiene que ser la indefinida. En España 9 de cada 10 empleos son temporales. La temporal tiene que ser sólo para necesidades coyunturales, es un problema no tanto de la norma; de utilización: hay que reforma inspección de trabajo, sanciones, establecer un sistema en el que sea racional, no puede salir más barato defraudar que cumplir. Las empresas así no sólo se saltan la ley, hacen competencia desleal, tenemos que endurecer las medidas. El actual gobierno da cobertura legal al fraude laboral, parece mentira que se puedan hacer horas extraordinarias en contratos de tiempo parcial. Además tiene que tener un carácter voluntario, y el 60% de ellos no lo son, se cumplen jornadas completas y muchos de esos puestos son de mujeres, por cierto. Las horas extraordinarias no se declaran, según la EPA de 2017, 457 millones de horas extraordinarias son ilegales, 2000 millones de euros que deja de ingresar la Seguridad Social.
AP: Has planteado el caso de los falsos autónomos, que junto a las horas extraordinarias, ¿qué se puede hacer contra esa tendencia al alza? Recientemente se han conocido casos como Deliveroo…
TF: Lo primero regular y proteger. No puede ser que el Gobierno esté mirando a otro lado y encima que estas empresas se beneficien de las tarifas planas. Hay una altísima rotación en función del periodo que se tiene la tarifa plana, a partir de un momento ya no interesa seguir con esta forma. Otra cosa que hablamos con las asociaciones de autónomos es que hay que revisar la Ley del Trabajo Autónomo para erradicar el falso autónomo. No tiene sentido que tengamos al TRADE (económicamente dependiente) con esta figura.
AP: De esos cambios de la industria, la automatización, robotización, la Industria 4.0 de la que hacíamos un foro recientemente, algunos planteaban que se destruirán empleos a corto plazo y desaparecerán puestos tradicionales. ¿Cómo se puede afrontar esta nueva coyuntura ante ese hipotético paro que va a llegar?
TF: Venimos de cuatro revoluciones industriales y tecnológicas anteriores, tenemos que aprender de la experiencia que hemos tenido. Prácticamente el PSOE y otros socialdemócratas nacen con la I Revolución Industrial. Frente a un desarrollo del capitalismo salvaje, proteger a los trabajadores. No puede ser que el desarrollo tecnológico arrase con los derechos de las personas. Hay estudios de todo tipo, algunos más menos apocalípticos que hablan de ese empleo. Existe consenso en que habrá un saldo negativo. Ante eso, qué queremos hacer, introducir una transición justa, que el impacto no deje a personas tiradas, no puede haber ganadores y perdedores. Nuestro papel es el de la justicia y la igualdad, políticas públicas. No se puede hacer bajo catecismos neoliberales, por eso hacen falta políticas públicas y medidas correctoras como ese nuevo Estatuto de los Trabajadores.
Hay otro consenso también, aumenta la productividad y habrá que redistribuirla por la vía de la protección social y la distribución del tiempo de trabajo. Keynes lo planteaba en 1930 por la implantación de la tecnología en el sistema productivo y que habría que reducir la jornada laboral.
AP: Parece que eso está lejos en España…
TF: En Alemania acaban de reducirlo a 28 horas. Los ayuntamientos suecos están experimentando con jornadas de 6 horas. Parece que nosotros estemos en otro mundo. La Industria 4.0 no puede ser algo contra las personas, la tecnología tienen que estar a nuestro servicio. Los partidos que aspiramos a gobernar tenemos que protegerlas para que se haga realidad.
AP: ¿Crees que la patronal puede estar dispuesta debatir sobre esa redistribución del tiempo?
TF: Yo creo que sí, resistencias siempre ha habido. Todas las revoluciones han supuesto cambios. Nosotros somos una de las provincias donde tuvimos mayor impacto con la máquina de vapor. El ludismo tuvo una respuesta violenta en Alcoi. Igual que esa manera los socialistas no la compartíamos, había sectores empresariales que no querían ceder. Se tardó, pero se hizo, la ley de las 40 horas la pusimos los socialista en la II República con Largo Caballero. Y después de la dictadura Felipe González. Yo creo que la visión de progreso será la que se impondrá, si no tendremos un panorama triste de vivir en precariedad y con salarios bajos. Unos que trabajamos mucho y otros que poco.
AP: Sobre la provincia precisamente que usted conoce, en el caso de Elche y la economía sumergida, qué se puede hacer con un caso tan flagrante y estructural de fraude
TF: En primer lugar hay que una cosa que parece fácil pero es compleja: tener un diagnóstico. Qué tipo de economía existe, por qué, por qué se prefiere operar al margen… hacer un buen estudio. Tenemos alguna experiencia, a finales de los 80 con Joan Lerma se planteó una mesa por el afloramiento de la economía. Varía según los sectores. Después, hay que buscar fórmulas para evitar el consenso social que se produce en torno a la economía sumergida. Cómo se consigue eso, haciendo políticas que hagan ver que es más atractivo actuar en el marco legal que en la economía sumergida. Por qué determinadas empresas o parte de su proceso están luego en los mercados ordinarios, esos son los temas que tenemos que abordar y ofrecer alternativas. Puño de hierro contra el defraudador y guante de seda para el que quiera aflorar. No podemos quedarnos parados y complacientes porque estamos condenando a generaciones venideras a futuros sin pensiones. Eso sí, las soluciones simplistas de otros no funcionan. Combate firme y sostenido contra la economía sumergida. Hay que proteger a las personas que se ven obligadas a trabajar así. No hay economía sumergida si no hay alternativa o si no hay un empresario que quiere sumergir
AP: ¿Compartes que se ha salido de la crisis? Parece que a nivel macro sí pero no a nivel micro
TF: Se ha experimentado un proceso de recuperación económica pero se mantiene una crisis social. El PIB anual ha superado al nivel anterior a la crisis. El problema está en que las políticas que se han desarrollado, de corte neoliberal practicada por la derecha española, en este caso promulgada por las dos, se basan en que un sector minoritario de la población se benefician de la recuperación, y el resto viven en la precariedad, bajos salarios, desprotección ante el paro… eso es lo que los socialistas queremos cambiar. Este matiz es importante porque hay suficiente posibilidad con la situación económica para generar política de redistribución, la frase del señor Rajoy de que no es posible pagar las pensiones con el IPC es falso. El Estado Español se lo puede permitir y nosotros le hemos enseñado el camino. 1600 millones para revalorizar las pensiones con impuesto a la banca y las transacciones financieras. Porque la economía actual lo permite y por solidaridad.
La competitividad naturalmente que nos empresa, pero esto no viene por precariedad y bajos salarios, sino por invertir en innovación y desarrollo, formación de los trabajadores, internacionalización de la empresa, que estas crezcan en tamaño, no la política minifundista de en cada esquina un emprendedor. Habrá que decirles que se junten para que vayan a una feria o a un mercado internacional: política industrial.
AP: Entrando en el plano sindical, tú que has sido un histórico dirigente de UGT, ¿cómo ves al nuevo sindicato?
TF: Lo veo muy bien. Una situación interesante a nivel sindical, etapa acompañada de proceso de renovación interna, que abre nuevas expectativas y están situando correctamente bien los aspectos centrales: defensa de los trabajadores, empleo de calidad, salarios y en torno a las defensas públicas están haciendo un magnífico trabajo. Y trabajos como el 8 de marzo, con el papel de UGT y CCOO convocando un paro. Es un salto cualitativo del sindicalismo de clase incorporar el papel central de la mujer. Va a tener un efecto más de los que parece esta convocatoria sindical.
AP: Hablando de la renovación de los sindicatos, llega también nuevas etapas ante el marco productivo, como pueda ser el cómo llegar a los pequeños comercios o empresas dado que no hay tejido sindical como en las grandes empresas.
TF: La herramienta más potente es la negociación colectiva. Por eso derogar la reforma laboral es fundamental. Al darle la prevalencia al ámbito de empresas frente al sector, se pretende devaluar los salarios pero restar capacidad de actuación colectiva a los trabajadores, porque así desaparece la capacidad de protección de ellos. Deben ser los convenios sectoriales los que regulen el sector. Las grandes empresas no tienen problema, lo ha introducido el gobierno con su reforma porque buscaba eso, que los trabajadores de las pymes no tuvieran defensa a través del convenio colectivo y las elecciones sindicales porque las empresas de menos de 6 quedan excluidos. Si además quedan excluidos del sectorial… Pero yo ya estoy fuera del ámbito sindical, ahora les corresponde a los sindicatos invertir en organizadores para las pequeñas empresas. Tienen una casuística muy concreta, la actividad sindical la tienes que hacer fuera para proteger al trabajador.
AP: En relación con la patronal, ¿cómo ves el equilibrio de fuerzas? Precisamente hablando de la subida salarial, el pacto de la subida es testimonial, sin repercusión
TF: Se ha producido un desequilibrio entre la fuerza sindical y empresarial con la reforma laboral. El empresario puede despedir con pérdidas o previsión de ellas —es determinante—, te puedo modificar el convenio colectivo, rebajar el salario, cambiar de categoría… todo ese poder se lo ha concedido la reforma. Si encima el convenio sectorial no me gusta, llamo a los que tengo y les digo oiga fírmeme aquí. Se lo especificó muy bien en su momento aquello de de Guindos a Juncker en el Parlamento Europeo.
AP: Para ir acabando, respecto a la trayectoria sindical de los últimos tiempos, ¿ha habido errores por haberse metido en lugares donde no debían como gestión de cajas o la firma del pacto de Toledo de 2011?
TF: En el tema de cajas hay que explicarlo, los sindicatos como tal no intervenían, lo hacían los empleados. No estaban los sindicatos en los órganos de administración, estaba la representación del os empleados. Yo en primera persona me mostré en contra de ese modelo, prefiero el modelo alemán, el sindicato nombra a la persona, entonces sí seríamos responsables. Allí sólo rendían cuentas a su cuello. La gente que ha estado en consejos de Bancaja, la CAM… Podían ser del sindicato, pero representaban a los empleados y no a las federaciones. Los resultados son innegables, gestión mala, y sacar enseñanza, ese tipo de representación no vale. Eso sí los sindicatos no pueden renunciar a participar en órganos de dirección o administración. Uno de los problemas de España e que no hay una Ley de Participación como la hay en Europa. Estamos así en España, Grecia e Italia. Hace falta gente a la que se le pueda pedir cuentas.
Sobre el otro elemento, hay que saber separar. El PP en 2013 se cargó la reforma que pactamos los sindicatos con el PSOE en 2011. Garantizaba la revalorización de las pensiones con el IPC, que el factor de sostenibilidad que el PP quiere meter en enero de 2019 había que discutirlo y ver que no tuviera impacto negativo en las futuras pensiones. Es verdad que se elevaba la edad de jubilación, de forma modulada hasta 2027. Yo creo que era una reforma aceptable y por eso se firmó. Si el PP se la carga se la ha cargado será por algo, si fuera una reforma liberal la hubiera dejado. El PP pretende recortar el gasto y no aumentar ingresos como se pretendía con aquello. Las personas que achacaban esto a los sindicatos no conocen el asunto, ahora se está pidiendo que se aplique esa reforma de 2011.
AP: Por último, ¿cree que iremos a elecciones con la paralización de los presupuestos generales?
TF: Hay una cuestión que me preocupa desde la credibilidad democrática de nuestro país. Al PP le gusta envolverse con la bandera y patriotismo estrecho. En democracia el acto fundamental que tiene un gobierno son los presupuestos, donde se cristaliza su política en todos los ámbitos. Hay una falta de respeto si el gobierno sigue sin presentar los presupuestos. Si no lo hace, lo que tiene que hacer es convocar elecciones porque ha fracasado.
AP: ¿Está el PSOE preparado para afrontar ese marco electoral en el caso de que se diera a corto plazo?
TF: Nosotros estamos preparados. Creemos que cada día que pasa con el PP es un día que para las españolas y los españoles es un día perdido en el que no solucionamos sus problemas: desempleo, bajos salarios, juventud que emigra, juventud sin oportunidades… Claro que estamos preparados. Pero quien tiene que plantear eso es el presidente. Es el que lleva la manija.