ALICANTE. Punto final, al menos por el momento, a una de las relaciones empresariales más consolidadas en el sector de la construcción en la provincia durante los últimos años. La Inmobiliaria Espacio, filial promotora del gigante OHL que preside Juan Villar-Mir, ha abandonado el accionariado y el consejo de administración de la firma Ubanika, donde hasta ahora era socio del controvertido constructor alicantino Enrique Ortiz.
Urbanika, antes conocida como Deproinmed, fue impulsada por Ortiz a principios de la pasada década para desarrollar proyectos residenciales en la provincia, entre los cuales el más conocido es el fallido Plan Rabassa. En 2009, el constructor embarcó en el proyecto, entre otros socios, a Bancaja y a Espacio (con la empresa de los Villar Mir ya había compartido otros proyectos), pero poco a poco todos los accionistas han ido abandonando la sociedad. El último en hacerlo, en dos fases, ha sido la propia OHL.
Primero, la constructora de los Villar Mir abandonó el consejo de administración, del que había formado parte desde su entrada en el capital de Deproinmed, luego Urbanika. El Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) de Alicante reflejaba a finales del pasado noviembre el cese como consejero de la mercantil Alnab, una filial de Espacio participada al 100% por la rama inmobiliaria de OHL. El sillón de Alnab en el consejo lo ocupó Predios Urbanos, otra mercantil del Grupo Cívica, de forma que ahora los cuatro miembros del consejo de Urbanika son empresas del propio Ortiz: Gestizor, que actúa como presidente, Ocio Los Morteros (consejero delegado), Actual Inversiones 2014 y Predios Urbanos.
La segunda fase de la desvinculación ha sido la salida del capital social de Urbanika. Villar Mir mantenía una posición cercana al 10% del capital de la firma, a través de la propia Inmobiliaria Espacio. Tras la salida de OHL del accionariado, la propiedad de la promotora se reparte entre varias firmas del Grupo Cívica, de nuevo: Ortiz Desarrollos Urbanísticos, Enrique Ortiz e Hijos, y Cívica Fomento Inmobiliario, entre otras.
OHL sigue así el camino de otros accionistas que han ido abandonando Urbanika en los últimos años: la propia Bankia, que llegó a tener el 30%, o CaixaBank, que 'heredó' la participación en Deproinmed del Banco de Valencia. Es la primera que se produce, eso sí, después de la fallida Actuación Territorial Estratégica (ATE) de Ikea, la última intentona de Urbanika por rentabilizar los terrenos inicialmente destinados al Plan Rabassa. De esta forma, Ortiz se ha quedado como único propietario del suelo, mientras la Sareb se ha convertido en el único acreedor.
Como contó este diario, Ortiz alcanzó un acuerdo con el conocido como 'banco malo' para refinanciar todos sus créditos, que entonces ascendían a unos 800 millones de euros, y logró dos años de carencia a cambio de garantías adicionales (más propiedades repartidas por toda la provincia). Entre los créditos refinanciados, destacaba precisamente el concedido a Urbanika, y que estaba avalado con los propios terrenos de Rabassa.
La ATE de Ikea se enterró definitivamente en el otoño de 2016, después de que la Conselleria de Obras Públicas que dirige María José Salvador le diese carpetazo, al desistir Alicante Avanza (filial de Urbanika con la que se impulsó primero el controvertido plan urbanístico de 14.000 viviendas, y luego el proyecto para traer a la firma de muebles sueca y un macrocentro comercial) de aplicar las correcciones al proyecto demandadas desde el área de Medio Ambiente. En estos momentos, todo apunta a que los terrenos de Rabassa seguirán yermos a corto plazo.