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A la caza de Medusa-Trump, tras la caída de las Perseidas

14/08/2018 - 

VALÈNCIA. Otro verano sin ver la lluvia de estrellas que nos anuncian hasta en el telediario. La Luna nueva del 11 de agosto garantiza una oscuridad en el cielo ideal para observar las lágrimas de San Lorenzo, dicen. Y mira que hago lo que me mandan. El departamento astronómico del Instituto Nacional de Geografía recomienda ir a un lugar oscuro, sin árboles ni edificios o montañas que obstaculicen la vista. "Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad", añaden. Pues, eso, ahí que me tenían tumbada en la hamaca junto a la piscina, boca arriba, con Venus a mi izquierda y la vista puesta en el negro horizonte, dirección noroeste. Ni por esas. Nublado. Estaba nublado. Pero como las predicciones meteorológicas de España no contemplan la Comunitat Valenciana ni llamándola Levante Feliz…. No aciertan ni el tiempo de ayer. "Condiciones excelentes", pronosticaron.

Tan excelentes como la nueva caída financiera, preludio de la próxima recesión. La lluvia de las Perseidas el pasado fin de semana ha coincidido con el desplome de la lira turca y la amenaza para la quebrada banca europea, que ha sufrido el envite con estoicismo. El origen, el anuncio reciente del Presidente Donald Trump de una subida del doble de aranceles para el acero y el aluminio turcos. ¡Oiga, que nosotros también estamos en la OTAN!, parece haber querido decir el presidente RecepTayyip Erdogan. Pero ni por esas, porque el presidente norteamericano lleva su propia guerra particular contra amigos y vecinos, a los que no considera precisamente socios en los negocios.

El resultado, la caída en un 19% de la lira turca frente al dólar, devaluada para hacer frente al arancel y acompañada de medidas tales como encomendarse al dios turco o buscar divisas bajo las almohadas. Lo que ha traído aparejado el arrastre de las Bolsas europeas, los bancos que invirtieron en empresas con negocios en ese país y el consiguiente arrastre del euro… Y de nuestros bolsillos, los de los ciudadanos de la Unión Europea (UE). Y como hay para todos, además, Erdogan la ha tomado con el Banco Central Europeo (BCE), tras advertir la institución europea que estará vigilante sobre la depreciación de la lira, en un 40% en lo que llevamos de año. 

La caída de la moneda turca amenaza el débil equilibrio de los bancos europeos, resentidos tras la reciente crisis, lo que obliga al BCE a brindar más flexibilidad en la gestión de garantías bancarias en transacciones con la divisa turca. Por su parte, el Banco Central Turco ha reducido los límites de reservas de divisas permitidas a los bancos turcos para retirar liras del mercado. De esta forma, inyectan liquidez al sistema financiero con unos 10.000 millones de liras. El gobierno turco volvió a describir la fuerte caída de la moneda como un "ataque" desde el extranjero. 

Pues no le queda más remedio a Erdogan que, cual Perseo, dirigirse hacia "el otro lado del ilustre Océano, en el Occidente externo, en el confín del mundo hacia la noche", para dar caza a la mortal de las Górgonas, a Medusa-Trump y cortar su cabeza llena de serpientes. Para coronar la gesta con éxito, llevará el escudo de Atenea-BCE con el que evitará la mirada de Medusa que le convertiría en piedra; el casco de Hades-IBEX, para hacerse invisible; las sandalias con alas de Hermes-euro para poder volar, y el saco de las Ninfas-Bolsas para traer consigo la cabeza de Medusa, cortada con la poderosa espalda de Héfesto-UE. A ver si con un poco de suerte, en el camino de vuelta, esta vez podemos ver un poco del polvo de estrellas de las Perseidas. 

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